Subí por las escaleras internas siendo perseguida por él y para perderlo me quedé en el primer piso, entré rápido a una de las habitaciones y encendí la luz para ver dónde había entrado, aunque me quedé anonadada viendo todo lo que significaba ser Ihan Khlaed, en una enorme repisa de varios estantes tenía muchos premios diferentes, siete Grammy's, Emmy's, VMA's, tablas de surf, globos aerostáticos y entre otros que no eran solamente latinos. Él entró creyendo que iba asustarme y me agarró de atrás sorprendiéndome pero no lo logró del todo.
—Sos rápida eh. —dijo un poco agitado y me soltó para ponerse delante de mí cuando se dio cuenta el asombro con el que miraba el reconocimiento a su trayectoria. —Me tenés acá en persona ¿no es mucho mejor?
Un banner gigantes con la foto del tour 2010 ocupaba toda la pared, él arriba y por debajo la multitud ovacionándolo. Certificados por sus discos, de oro, plata, platino y bronce, los tenía a todos, diplomas por causas en las que se había comprometido y diferentes cosas firmadas, como guitarras y palillos de batería, incluso fotos de conciertos en marcos. Realmente era importante.
—Es una locura. —dije, se acercó por atrás nuevamente y me abrazó desde la cintura, yo apoyé mi cabeza en su pecho. —me gustaste sin saber quién eras, hasta ahora no me aprendo tus canciones y sos... muy importante para el mundo.
—Es lo que me gusta de vos, me valoras por quien soy, no por lo que tengo, me aceptas y me rechazas como una persona normal y eso es lo que me hace dar cuenta lo mucho que significas para mí, ese cable a tierra que suelo necesitar mucho, muy seguido.
Lo miré de costado con una sonrisa por la ternura de sus palabras y él se adelantó para chocar sus labios con los míos en un corto beso.
—Mirá esto. —dijo y me soltó para caminar a la pared, tocó un botón y en el centro de la habitación se abrió un hueco enorme, segundos después su cama empezó a subir para encastrarse en el suelo como si perteneciera al cuarto. —los tengo conectados porque siempre que vengo acá es cuando pienso y me acuerdo de lo que soy, mayormente eso me pasa cuando estoy pasado de revolución y no puedo dormir.
—Con razón tenés el ego tan elevado. —murmuré y él asiento con gracia. —Es genial.
—A veces sí es genial, pero ahora vamos a ver una película. —dijo y se subió a la cama para invitarme también, me subí a su lado y de la pared de frente que tenía posters de la gira, con un botón que apretó se abrió y una televisión enorme ocupó todo el espacio.
— ¿También aparece la máquina de pochoclos?
—No tanto no. —se rió acomodándose a mi lado. — ¿qué querés ver?
—Una película tuya.
—No es aburrido eso, ¿Transformers te gusta?
—Ah sí, vi la uno, ¿hay dos?
—Van por la cuatro, vamos a poner la dos para que la veas. —dijo y con el celular buscó la película que no tardó en reproducirse en la televisión, lo cual nos permitió acomodarnos y apegarnos el uno al otro con la excusa de ver algo, pero era tan lindo sentirlo cerca que ni siquiera me concentraba con lo que pasaba frente a mí, no dejaba de alucinar con lo cómodo y suave que era estar acostada sobre su pecho.
Miré la hora en el reloj de su muñeca ya que su brazo me estaba envolviendo, y eran las dos de la madrugada, nos entretuvimos con la película y cuando quise darme cuenta, él se había dormido, me puse de costado y tuve tiempo de mirarlo. Era extraño tener tanta mención de quién era, tanta fama e imagen construida para el mundo, lograba que lo creyera un poco, pero al tenerlo tan cerca y poder sentir su respiración, era un enorme cable a tierra para poder entender que solamente era un chico que intentaba ser feliz, buscaba su camino y crecía en todo lo que hacía cada vez más, la mejor parte de todo era que su corazón me pertenecía, el amor que tenía para dar empezaba a ser exclusivamente para mí y eso era lo mejor que me podía pasar, y sin terminar de creérmelo, me acerqué despacio y besé suavemente sus labios.
—Ihan... —murmuré entre pequeños besos que le di a su boca, él se movió un poco. —me tengo que ir.
—Mmm...—musitó y empezó a responder débilmente mis besos. — ¿Qué?
—Me tengo que ir.
—Daría todo para que siempre que me despierte sea por vos y así.
Sonreí y me aparté para mirarlo, abrió apenas los ojos y estos estaban perdidos.
—Me tengo que ir, es tarde y vos tenés que dormir.
—Pero quiero estar con vos.
—Quiero que duermas si es posible todo el día, tenés que recuperar fuerzas y yo volver a mi casa.
—Juli no quiero que te vayas, tenemos que aprovechar estar juntos. —se quejó poniéndose de costado para abrazarme, también lo abracé y puse mi mejilla por encima de su cabeza.
—Mañana va a ser mucho más complicado que me vaya, y aparte mi tía si no me encuentra se va a desesperar.
—Oh. —bufó y se apartó para mirarme. — ¿No soñé nada y fue real?
— ¿Qué cosa?
—Que estamos juntos.
—Estamos juntos, no lo soñaste. —confirmé sonriendo y levantando mi mano para acariciar mi mejilla. —Me tengo que ir donjuán.
—No soy un donjuán, soy un de Juli.
Me reí y me acerqué a besarlo.
—Sos hermoso soy de Juli, pero es en serio, me tengo que ir.
—Lo arruinaste. —dijo apartándose para levantarse, me reí y me levanté también para no hacerlo más largo. —Al menos fue un poco más de cinco minutos.
—Sí, me gustaría que fuese más pero si aprovechas para dormir distendido es mejor, así no nos tenemos que preocupar por nada.
—Sí en eso tenés razón, a la mañana Renato es el primero en llegar a molestar.
—Vos no lo arruines nombrándolo. —le pedí y me acerqué para pasando mis brazos alrededor de su cuerpo para abrazarlo. —gracias por darme más de cinco minutos.
—Es lo mínimo que puedo hacer por lo nuestro Juli, de verdad quiero que funcione y podamos estar juntos sin tanto lío, tener una relación como cualquier otra.
—Me estoy acostumbrando a que no sea normal, así que también quiero que funcione.
—Sos tan linda. —murmuró agarrando mi cara entre sus manos y me besó pausadamente, con una suavidad que aprecié y pude corresponder de la manera más dulce. Esa hermosa sensación de tenerlo y creerlo parte de mí, cada vez me agradaba más y hacía acrecer sentimientos mucho más fuertes, sin intención de pararlos ni estructurarlos, simplemente sentir.
Él me acompañó a mi casa, pidió al guardia que manejara su auto y aunque nos arriesgamos a que me vieran, ellos tenían el silencio comprado por lo que no teníamos de qué preocuparnos, aun así la despedida fue mínima, ninguno quería que nos vieran besar y tuvimos que conformarnos con un casto saludo cuando me bajé en mi edifico.
6 minutos que no te veo y ya extraño a mi hermosa novia, ¿quién diría que en la primera cita íbamos a terminar juntos?, buenas noches hermosa.
Me morí de ternura, incluso cuando no lo veía ese sentimiento estaba latente. Mi corazón entendía de eso, era su novia.
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No soy tu fan!
Teen FictionPROHIBIDA LA COPIA Y/O ADAPTACIÓN. HISTORIA REGISTRADA. No porque él sea una reconocida figura mundial del espectáculo, tenga dinero, fama y una deslumbrante sonrisa en la cara, las personas deberían alabarlo, después de todo era una persona normal...