Ya no te pienso tanto. Me tiene muy confusa las razones de ello y la manera en la que debería sentirme al respecto. ¿Debería estar feliz? Porque no lo estoy, aunque tampoco me entristece como antes.
Tu cercanía hace un manojo mis sentimientos, cada uno de ellos alborotado y voluble cada vez que te veo, pero definitivamente no me quiero apartar del desorden existencial que me causas. Porque el amor es hermoso; mientras permanezcas en esa nube de fantasías junto aquella persona: tu amor no correspondido. Y lo sé, estoy consciente de mis ilusiones, de mis fantasías, de las historias que yo misma me creo. Me estoy haciendo daño pero simplemente no quiero apartarme. Soy demasiado masoquista como para dejar de pensar de ti voluntariamente. Prefiero que duela a dejar de sentirlo.
Deseo tanto que notes cuando estoy, y cuando no estoy. Que sientas mi ausencia como yo siento la tuya cuando desapareces. Deseo que te des cuenta que un par de ojos se iluminan con tu mera presencia y se enternecen con cada gesto que haces.
Muchas personas se fijan en tu seriedad y en tu belleza física, pero yo voy mas allá; yo noto la extrañeza en tu semblante al observar tu alrededor. Noto la secuencia de tus movimientos al acomodar tus cabello. Noto como al caminar sueles observar el suelo sin levantar la mirada y noto como inconscientemente abres los labios cada vez que te pierdes en tus pensamientos.
Deseo que te des cuenta de eso, aunque tema.
Porque de alguna manera logras que mi día no sea un desastre.
