Mi plan de día sábado era permanecer en la cama todo el tiempo que fuera posible, levantarme cuando el hambre ya fuera suficiente para ir a buscar algo comestible al refrigerador y divagar entre páginas web de arte, para buscar nuevas técnicas para pintar. Pero al parecer el universo y todas sus estrellas se alinearon para que papá llegara a golpear la puerta de mi habitación a las siete de la mañana, para decirme que trabajaría hasta tarde hoy, Matheo iría con su madre a la casa de sus abuelos y me quedaría sola en casa. Besó mi frente y dejó dinero sobre la mesita de noche antes de irse.
Luego de sentir el motor de su auto rugir, no logré quedarme dormida otra vez y a duras penas saqué mi cuerpo con ganas de holgazanear fuera de la cómoda cama. Al parecer mi día empezaría mucho antes de lo esperado.
—Suertudo. —murmuré pasando por el lado de la cama de Sonriente, al menos él podría dormir hasta cuando quisiera. Al escucharme se estiró y cambió de posición sin siquiera verme.
Los gatos pueden ser muy odiosos cuando se lo proponen.
Cuando Sonriente llegó a casa hace algunos años, a pesar de que era un cachorrito que derrochaba ternura por donde lo miraras, tenía ese aire odioso común en todos los gatunos pero mucho más elevado: no soportaba que le rascara el lomo, se subía a mi escritorio y lanzaba lejos mis pinceles y pinturas, arañaba las hojas y se quejaba cada vez que le sacaba de mi cama cuando era hora de que me acostara. Afortunadamente se le pasó al poco tiempo, quizá no estaba a gusto lejos de sus hermanos y a causa de eso su actitud gruñona.
Ahora era el gato más agradable y cariñoso que pueda existir, aunque de vez en cuando aún le daban sus arrebatos de minino odioso.
Bajé hasta la sala de estar para encender la tele y buscar algo que ver mientras preparaba mi desayuno, dejándola así en un programa de prensa rosa en donde pasaban todos los cotilleos de las personas famosas del mundo del espectáculo; no era completamente de mi agrado que hubieran tantas personas al pendiente de absolutamente todo lo que hicieran Selena Gomez, Ariana Grande o las Kardashian, si acaso les salió un grano horrible en la nariz o desafinaron en su presentación en alguna entrega de premios importantes. Lo que me dejó como motivo el dejar aquel programa fue nada más y nada menos que la voz de uno de los presentadores. A pesar de que cada palabra salida de su boca fuera chisme y más chisme, el tono de su voz llegaba a ser relajante si no prestabas atención a los que decía.
La mañana estaba calurosa y al no querer agobiarme en preparar un desayuno elaborado, recurrí a mi confiable tazón de leche fría con cereales de chocolate; podría hacer tostadas, pero la mantequilla de maní se había acabado ayer en la noche, por lo que no pude salir a comprar más.
Quizá el quedarme sola en casa podría ser favorable para hacer cosas productivas, podría retomar mis clases de yoga en línea o limpiar mi cuarto, que aunque no era un desastre podría llegar a serlo si no ponía todo en su respetivo lugar.
Cuando me senté en el sofá frente a la televisión el programa ya hubo terminado, dejando reproduciendo algunos videos musicales que la audiencia pedía cada día y agradecí a aquella persona que envió el nombre de la canción que sonaba en este momento. Let her go de Passenger me acompañó mientras devoraba el desayuno y un maullido cerca de mi oreja me hizo sobresaltar, Sonriente estaba sentado en el respaldo del sofá y por los constantes maullidos podía suponer que estaba hambriento.
Le sonreí acariciando detrás de su oreja, pero se quitó de inmediato dándome la espalda para cambiar de lugar y dedicarme una mirada poco agradable.
Sonriente sin comida era igual que yo sin mis acuarelas.
*
Suspiré terminando de tender la cama, era lo último que me faltaba para que mi cuarto luciera un orden prudente: en la estantería estaban los libros— unos cinco que había adquirido hace un buen tiempo— en su respectivo lugar, había sacudido en donde pude divisar algo de polvo, deseché potes vacíos de pintura o algunos que tenían su contenido seco y dejé mi escritorio tan ordenado que cualquiera pensaría que no había sido usado en un largo tiempo. Salvo por una que otra manchita de color por ahí.
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ACUARELAS
RomanceNadie dijo que tus problemas no podrían iniciar a partir de esa cosa que más amas hacer. ~Prohibida la copia parcial o total de la historia. ~Registrada en safecreative.