Las cortinas de mi nueva habitación estaban abiertas, atadas con unos pequeños trozos de cinta lila que encontré dentro de una de las cajas de la mudanza. Miré todo a mí alrededor sintiéndome satisfecha: la cama ya estaba con las sábanas y la colcha puestas, mis pocos libros sobre el estante junto con algunos adornos que no estuve dispuesta a abandonar en mi antigua casa, y la lámpara yacía junto a mi laptop en el escritorio al lado de la ventana.
Sólo faltaba sacar mi ropa de la maleta, mis artículos de limpieza y belleza de las cajas e ir al auto de papá por mis utensilios de pintura.
Pronto me siento agotada con tan solo levantar la maleta para dejarla sobre la cama, y mi cabello atado en un moño alto no ayuda a aminorar el calor que está haciendo; aquí es verano, y aunque en la mañana corría un viento que me heló las piernas, ahora mismo todo me parecía estar tan sofocante que no dudé ni un segundo en abandonar lo que hacía, abrir la ventana y sentarme en la silla frente al escritorio, donde justo me golpeaba la cara la tenue brisa que entraba.
Mi mano se dirigió por inercia hacia el bolsillo de mis pantalones cortos en busca de mi celular antes de que mis neuronas hicieran sinapsis para recordar que tengo que conseguir uno nuevo. El que tenía ya es historia.
Y sin otra alternativa, termino por abrir y encender la laptop para luego ingresar a mi email.
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P a r a : [email protected]
A s u n t o : No te atrevas a ignorarme.
M e n s a j e :
¡Hola, rizos! Si te preguntas por qué no he respondido a tus mensajes por WhatsApp o Facebook, Instagram o por donde sea que estés intentando contactarme (si es que lo has estado haciendo, pero supongo que sí por tu propio bien), es porque mi teléfono ha dejado este mundo.
Sip, hizo gluglú cuando se me escapó de las manos justo sobre el váter del aeropuerto.
En fin, saltándome los detalles sucios de mí intentando recuperarlo, fue imposible salvarlo y no tendré uno nuevo hasta que vaya al centro comercial mañana.
Sólo han pasado unas cuantas horas y ya siento que te extraño, idiota. :( Mi habitación está bien, la casa está bien, Sonriente está más feliz de lo que esperaba y Matheo sigue insoportable como siempre. Me haces falta para sobre llevar todo.
Extraño todo, hasta el clima me recuerda a casa.
-Haydee. G.
Ps.: Amo tu foto de perfil, y no lo digo porque una mini Haydee esté sonriendo al lado de un mini Harry. xo
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No espero que conteste en seguida, pensando que en Londres son las diez de la noche y debe estar comiendo o en algún lugar con sus amigos.Cierro la pestaña de Google y apago la laptop, repasando mentalmente lo que ha sido de mi vida hasta ahora.
Viví en Londres Inglaterra desde siempre, logré terminar mis estudios en un instituto con notas bastantes decentes que me permitieron aplicar y quedar seleccionada en la carrera universitaria que quería, pero a los jefes de papá se les ocurrió transferirlo y tuvimos que mudarnos hasta Estados Unidos. Boston, para ser específica.
No me quejo de nada, pude inscribirme en la universidad y de hecho todo es un tanto parecido a como era en aquel otro país. El clima, se está en las mismas estaciones del año al mismo tiempo y hasta la casa que consiguió papá es bastante parecida a la que teníamos antes.
Pero el barrio y las personas…
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ACUARELAS
RomanceNadie dijo que tus problemas no podrían iniciar a partir de esa cosa que más amas hacer. ~Prohibida la copia parcial o total de la historia. ~Registrada en safecreative.