47.

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No pegó los párpados ni una hora, podía solo descansar unos minutos hasta volver a recuperar la razón y ver entre las sombras, los muebles de su habitación. Sabiendo que ya no podría conciliar el sueño, totalmente agotado se preparó para ir a la escuela, llegando media hora antes y de los primeros al salón.

Se sentó con ojeras bajo sus ojos, estaba listo para tratar de dormitar mientras esperaba que iniciara las clases, pero antes de apoyar su cabeza en su mochila vio al albino entrar al salón, como si fuera el destino que se encontraran.

No se dijeron nada, Error todavía estaba bastante cansado que apenas sabía si debía hablar o esperar que el otro fuera quien le diera sus cosas, sin soportar más el peso de su cabeza, se acurrucó en sus propios brazos vociferando un ruido de pereza. ¿Qué más podía hacer?, los nervios seguían siendo dominantes que su sueño.

Ruidos de pasos, después el movimiento de una silla, con solo ladear la cabeza, pudo ver a Ink que se había sentado a su lado, con la misma posición de sus brazos. La mente de Error sufrió un deja vu, además de sentir melancolía al recordar que habían estado así más de una vez en la primaria, parecía tan lejano...

"Traje tus cuadernos..." Dijo el albino, su voz parecía ser un susurro en medio de una nana.

"Gracias." Pudo decir apenas.

El tiempo ahora que tenían para conversar era mínima, en cualquier momento llegaba algún compañero de ambos, el moreno como siempre no pudo expresar nada, volvió a esconder su rostro entre sus brazos.

Ink se levantó dejando los cuadernos y se volvió a su puesto, Error se había quedado dormido.

Defectos. ¦ ErrorInk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora