—¡No, no, no!—grito con desesperación. Trato de correr hacia Lia, veo la tristeza y resginación en sus ojos mientras Bruna la lleva dentro de la casa y ambos sabemos que en cuanto cruce ese umbral, morirá.
El odio que sienten hacia ella esas personas no dejará que se mantenga con vida.
Dos oficiales me toman de los brazos cuando veo que finalmente no hicieron una mierda para evitar que termine dentro de la casa de los horrores. Es tal mi desesperación que los lanzo a ambos al suelo tratando de entrar pero me prohíben la entrada enlistando a los francotiradores para cualquier clase de movimiento dentro de la casa.
Siento un vacío en el pecho que me está consumiendo lentamente. Las dos partes de mi corazón están ahí, a pocos metros, siendo víctimas de un grupo de mierda que tuvo que juntarse para poder acabarnos porque individualmente no podían y la impotencia que tengo me hace gritar.
Brennan de inmediato se atraviesa en mi camino junto con Kate, ambos intentan hacerme entrar en razón pero lo único que entiendo es que necesito entrar en esa casa cuanto antes.
Los oficiales resguardan la entrada, veo el movimiento de los francotiradores desplazándose a cada maldito rincón que pueden pero no hay movimientos visibles. No tienen electricidad, las persianas están bajadas, prácticamente están en un punto ciego que escogieron muy bien por ese motivo.
—¡Entren a sacar a mi esposa y a mi hija, ya!—le grito al sargento que como siempre, con una psicología barata intenta hacerme entender que pondrían en riesgo la vida de Lia y Hope si atentan contra las peticiones de los secuestradores.
Eso me pone incluso peor, esperan que me quede sentado rogando porque me las devuelvan cuando sé que eso no va a pasar jamás. Antes las matan y se pegan un tiro en la maldita sien que dejar que los atrapen.
—Hay que hacer algo, no van a entrar—me dice Kate detrás de mí.
—¿Qué podemos hacer? Tiene bloqueada la entrada—mientras Brennan y ella continúan hablando yo sé que tengo solo una oportunidad de hacer las cosas bien, aunque tenga que pagar un precio luego de esto.
Trago grueso, ruego por no oír ningún disparo ni algo que se le parezca y cada minuto que pasa siento que me arrancan un órgano vital con pinzas. Es indescriptible todo lo que mi cuerpo siente puesto que siento cada mínima célula de mi cuerpo retorciéndose, rogando por tener un poco tranquilidad lo cuál pasará cuando tenga a mi hija y mi esposa de nuevo conmigo.
—Necesito entrar—digo llamando su atención—Tengo que entrar, sé que le van a hacer daño y no... no dejaré que eso pasé.
—No puedes, no te dejarán en...—de repente la detonación de un disparo nos pone a todos en alerta. Por unos segundos siento que todo a mi lado queda en completo silencio y hay alguien gritando el nombre de Lia que se oye bastante lejano, como si estuviera a miles de kilómetros de distancia cuando realidad, solo soy yo. —¡Hudson!
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Entre Sábanas de Seda (AQS #1)
Romance¡Primer libro de la serie Amores que Sanan! Versión 2021. Con un padre y hermano alcohólicos, Lia pasa su vida trabajando para saldar sus deudas y se prepara para saldar la siguiente en un reluciente bar de Santa Mónica. Rodeada de personas con din...