Capítulo 49: Re-escribamos la historia

                                    

                                          
- Poché, no lo hagas por favor - La voz de Calle se escuchó detrás de ella.
                          
La nombrada se dió la vuelta, viendo a la castaña parada ahí, como si nunca se hubiera ido, con una expresión de preocupación en su rostro.
                          
- No es lo mismo Daniela, no solo quiero escucharte o verte cuando estoy bebida, no quiero solo ver la imagen que mi mente hace de ti, quiero tenerte en mi brazos, besarte, abrazarte, sentir tu cuerpo junto al mío - Está confesó - Esto que estoy viviendo, no es real, es una horrible pesadilla que no me gusta - Está continuó.
                          
- Está no es la manera de terminar - La castaña comentó, dando una pasao hacia al frente.
                          
En ese momento la puerta de las escaleras abrieron, dejando ver unos guardias. Poché sonrió observando a la castaña, negando con la cabeza.
                          
- Joven, le pedimos que se baje de ahí - El guardia comentó.
                          
- Lo lamento - Poché musitó para la castaña dejándose caer hacia atrás, sintiendo su cuerpo romper la corriente de aire hacia abajo, observando cómo Calle se asomaba desde el borde de edificio, desapareciendo segundos luego.
                          
La peli-gris fue cerrando los ojos, sintiendo todo el peso de su pecho desapareciendo poco a poco, la caída era agonizante, pero para la chica se sentía tranquila al solo pensar que ya no iba a sufrir más. El impacto llegó, y con el una oscuridad más profunda.
                          
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El sonar de una máquina hizo que está abriera los ojos, observando a Calle en la camilla acostada, con los ojos posados en ella.
                          
- Pochesita - Está susurró preocupada, observando a la mencionada, apretando el agarre en la mano un poco.
                          
Poché palpadeo varias veces, escaneando la habitación, viendo que estaba devuelta en el cuarto del hospital, varias de las enfermeras alegre de que la castaña despertara, antes de marcharse, cerrando la puerta a sus espaldas, dejando que las chicas tuvieran privacidad.
                          
La peli-azul, se había mantenido observando la puerta unos minutos, sintiendo sus ojos aguandose, su vista tornándose borrosa, desviando su mirada hacia su compañera.
                          
» Solo me lo eh imaginado « pensó, viendo como la castaña hacia el esfuerzo de sentarse.
                          
Poché abrió y cerró la boca, mordiendo su labio intentando aguantar las ganas, fracasando en el intento, ya que había empezado a subirse a la camilla, rápidamente abrazando a la castaña, fuerte contra su cuerpo.
                          
- ¿Poché, que ocurre? - Calle preguntó, aguantando el dolor que sentía, preocupada por la acción de la peli-azul, que se encontraba llorando un mar en esos momentos.
                          
- P-pensé que t-te pe-perdía, no quiero vivir sin ti - Poché sollozó con su respiración entre cortada, escondiendo su rostro en el cuello de la chica.
                          
Calle abrazó a la chica como pudo, pues el dolor se le estaba haciendo insoportable - Prometí que jamás te dejaría - anunció, besando la cabeza de la chica - Primero tengo que vivir mi vida a tu lado - Está sonrió.
                          
Poché se retiró un poco, mirando a la castaña a los ojos, antes de inclinarse lentamente depositando un dulce, deseado y delicado beso en los labios de la castaña.
                          
- Ya me decidí, quiero intentarlo, no quiero esperar, quiero que ambas avancemos esto juntas, me arrepentiré si algo te llegará a pasar y por miedo haya perdido mi oportunidad - La peli-azul susurró al terminar el beso.
                          
Calle inclinó la cabeza hacia el lado, con una sonrisa - Sabes, lo mejor de haber quedado aquí por unos días inconsciente, es que al despertar tenga a una princesa hermosa a mi lado, y sea lo primero que vea - Está comentó con ternura, llevando una mano al rostro de la peli-azul, limpiando con su pulgar las lágrimas - Cuando salgamos de aquí, prometo llevarte a una de las citas más románticas en tu vida - Está sonrió, inclinándose a la vez que jalaba a la chica, besandola en la frente, luego en el puente de la nariz, y finalizando en los labios, con un corto beso.
                          
Poché asintió lentamente, empujandose hacia atrás, para recostarse al lado de la menor.
                          
- Lo siento, creo que te lastime - la peli-azul comentó recordando el estado de la chica.
                          
Está negó con la cabeza, acostandose y descansando una mano en la cintura de la peli-azul - No te preocupes por eso, yo hubiera hecho la mismo si fueras tú la que estuviera en mi posición - Está admitió con una leve sonrisa, y un sonrojó en sus mejillas.
                          
Ambas cayeron en un silencio, solo disfrutando del sonido de respiración de la otra, el calor que radiaba el cuerpo de la otra, empujando el frío del aire acondicionado lejos, y la palpitaciones de la contraria. Solo disfrutaban el hecho de que estuvieran vivas y juntas en ese momento, antes de que Poché rompiera el silenció.
                          
- No fue un accidente - Está empezó, dejando su mirada fija en el pecho de la castaña.
                          
- ¿A qué te refieres? - Calle preguntó confundida, desviando su mirada de la pared hacia la chica.
                          
Poché levantó la mirada a los ojos de la castaña - Matu corto el cable de los frenos, comentó que si tú no eras de ella, no podías ser de nadie - Explicó, cerrando los ojos.
                          
Calle negó con la cabeza - Yo hablaré con ella cuando salga - En sus ojos se reflejaron malicia, antes de que desapareciera, regalando le una sonrisa genuina y enamorada a la peli-azul - Solo soy tuya - Está comentó.
                          
Poché abrió los ojos y le devolvió la sonrisa, bajando la mirada y acercadose al pecho de la chica, dejando una pequeña distancia entre ellas, mientras el cansancio la iba invadiendo, dejando se llevar en un sueño profundo.
                          
Calle se le quedó observando a la peli-azul » Por que esa desgraciada de Matu no puede aceptar que jamás seré de ella « Pensó llevando una mano al cabello de la pequeña, dejando sus dedos entrelazarse con cuidado en los mechones, recorriendo hacia las puntas del cabello, volviendo a hacer el procedimiento varias veces » Está si no te la perdonaré « gruño, cerrando los ojos.
                          
Ambas chicas fueron despertadas al rato, por el ladrido chillón de Ramón, quien Vale metió al cuarto a escondidas.
                          
- Estaba en depresión - La chica admitió con una sonrisa culpable, rascándose la cabeza, mientras observaba a las chicas, quienes se estaban sentando, besando al pequeño.
                          
- Valentina, necesito pedirte un favor - Calle comentó con seriedad después de unos segundos, antes de escuchar unos ruidos apurados desde fuera de la habitación.