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- ¿Alicia?, ¡hace mucho que no te veía! -

Grité emocionada, inmediatamente me levanté del sofá y fui a abrazarla, pero ella me alejó algo brusca.

- Yo...t-tengo que irme -

Me miró unos segundos y luego salió por la misma puerta por la que entró.

- ¿Por qué usted conoce a mi amiga? -

Pregunté a Tae confusa mientras me sentaba sobre la silla delante de su escritorio.

- Ese tipo de personas no es tu amiga... -

- ¿Por qué dice eso? -

- Yo...mmm...solo...olvídalo, a veces digo cosas que no debería... -

Habló nervioso mientras se colocaba sus guantes de nuevo.

- Mmm...iré a una cafetería tengo hambre...¿no desea nada? -

- Un café si no es mucho pedir, tengo mucho trabajo y un poco de cafeína me hará bien -

- ¿Y el dinero?, no creerá que yo compraré... -

Le dije mientras me levantaba empujando la silla en la que me encontraba sentada y le extendí mi mano y con el dedo índice de la otra toqué la palma de mi mano.

- Qué niña... -

Sacó dinero de uno de los bolsillos de su pantalón y me dejó $5 sobre mi mano.

- Que tacaño...con eso no me alcanzará para una rosquilla...deme más... -

Dije seria, haciendo un puchero, mientras le acercaba aún más mi mano.

- Me quedaré pobre por tu culpa -

Habló molesto y me dejó diez dólares más, este hombre es un Don Cangrejo en carne y vida, aunque uno muy lindo.

- Ya...vete a ver el café rápido, ten cuidado y no hables con hombres, ¿me oyes? -

- Sí, sí, solo debo tener ojos para el señor Kim -

Contesté mientras guardaba el dinero que me había dado minutos atrás.

- Gracias... -

Le sonreí moviendo mi mano en manera de despedida mientras salía por la puerta de su oficina.

- Ahora a la cafetería -

Me dirigí al ascensor, entré y dejé que me llevara a el piso que le ordené, cuando salí de la empresa Kim, caminé por las calles hasta llegar a una cafetería no tan lejos de la empresa, entré y me fui a la recepción de el lugar.

- Deme dos cafés y una rosquilla para llevar, por favor -

Pedí a la chica de la recepción, que no tenía nada de buen humor.

- En un momento le entregamos su pedido -

- Sí, gracias -

El "momento" que dijo se volvió en mucho tiempo, ya llevaba mucho esperando, hasta que al fin la misma chica trajo mi orden lista.

- Disculpe la demora, son cuatro dólares por los dos cafés y tres dólares por la rosquilla, en total siete dólares -

Asentí y saqué el billete de diez dólares que me entregó Tae y se los entregué yo a ella, mientras tomaba mi orden.

- Muchas gracias -

- Gracias a usted, vuelva pronto -

Salí de la cafetería y abrí con cuidado uno de los vasos de plástico que contenían el café y lo empecé a beber

- Vaya estos cafés son deli... -

No pude terminar de hablar ya que una de las personas que iban caminando por la calle en ese momento chocó conmigo provocando que el líquido de el vaso cayera en mí.

- ¡Ah!, ¡Está caliente! -

Grité mientras alejaba la blusa de mi cuerpo.

- Lo siento ¿p-puedo ayudarla? -

- ¡Claro que sí!, ¡intente secarme! -

La misma persona que chocó conmigo metió una de sus manos a su bolsillo derecho y sacó un paño, acercó su mano temblorosa a mi blusa.

- ¡Apurese! -

Levanté mi cabeza para observar a aquella persona que secaba mi ropa y conectamos miradas.

- Oh...¿Candie?, ¿en serio? -








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