27.

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Llevaba meses sin ver al albino, y la tristeza había hecho sus daños en su personalidad, su ausencia provocó que el vacío de su pecho fuera renovado con un reemplazo casi inservible, la impotencia e inutilidad que sentía a cada día parecía desaparecer hasta quedar en el olvido de un recuerdo que se iba transformando de meses a más de un año.

Cambiarse de colegio era repetir un ciclo, uno incompleto, pero ahora solo veía rostros nuevos desde que había entrado a la secundaria, ya no era quien se quedaba en la esquina del salón a no hablar con nadie, había podido juntarse con personas que compartían intereses en común, la indiferencia plena de todo. Pero Error era el único que tenía su fachada deprimente bajo su desinterés, ellos solamente amaban molestar y pelearse, una distracción que lo ayudó a dejar a un lado su pésame.

Pero no a superarlo.

Salió de clases, viendo el calendario de su celular para ver los próximos eventos como exámenes o proyectos, pero mientras navegaba en sus aplicaciones, encontró notas que no recordaba haber hecho. Se trataba de pequeños escritos que reflejaban algunos datos del chico albino. ¿Qué será de él?

Entre todas las palabras de perfección y defectos, encontró la dirección de su hogar, recordó que alguna que otra vez le había seguido, pero no atrevido a tocar a su puerta, posiblemente era un augurio encontrar tal calle, si seguía tal destino habría oportunidad de encontrarse otra vez con él.

Sintió coraje, y partió rápidamente hasta la dirección que tenía escrita en su celular, su corazón estaba en su garganta latiendo por los nervios de tener que volver a ver a quien sin querer había arruinado su vida, de quien no pudo despedirse adecuadamente, de quien no pudo proteger por su propia estupidez.

Por fin podría decirle que lo sentía, ahora que tenía más valor de dar el primer paso.

Llegó después de correr bastante, y agitado se acercó a la puerta, veía que tenía otro color en sus paredes, empero le hizo caso omiso. La entrada se abrió, y un adulto se mostró. No le reconocía, y eso le estaba asustando.

"¿Se encuentra Ink? ¿Ink Comyet?"

"¿Disculpa?"

El adulto giró su rostro sobre el hombro para hablar en un idioma que no entendía, Error frunció el ceño, confundido a más no poder. Después de breves segundos el adverso volvió a mirarle.

"Ellos se fueron hace más de un año."

Un balde de agua fría para Error, quien tuvo que ahogar su inhalación de sorpresa, sintiendo sus piernas flaquear, ¿Se habían mudado? ¿Había perdido para siempre todo rastro de Ink? Aquella sensación que tuvo en la graduación de primaria había vuelto con fuerza, susurrando un ahogado gracias para retirarse sin esperar respuesta.

Debía superarlo, debía que aceptar la horrible realidad.

Lo había perdido.

Por siempre.

Defectos. ¦ ErrorInk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora