26.

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No quería presentarse aquel día, no le importaba si era la última jornada escolar donde vería a la gran parte de su curso, no habían sido tan importantes y ya había decidido gracias a su familia que podría cambiarse a otra escuela donde poder estudiar, lo único que quería tras meterse entre las personas era mirar a su amado y verlo capaz de pasar adelante a recibir su diploma.

Se sentía tan horrible de tener que camuflarse, de no poder despedirse del albino, solo le quedaba observar atentamente como lucía su ropa de la escuela mirando sus rodillas, sus orbes no desprendían brillos, y muchas veces miraba hacia los puestos vacíos del curso, contando a Error, habían faltado tres.

¿Si lo estaba buscando? Tuvo que quitarse esa idea de su cabeza, respirando con fuerza y parpadeando seguidamente, poco a poco los nombres se hacían presentes por el director, y uno a uno pasaban los estudiantes, hasta que en el turno de Ink, este pasó hasta el escenario sin tener la capacidad de mirar a todos, saludando con sus piernas ligeramente temblando a su superior y así devolverse hasta la hilera que harían para pasar hasta el exterior del gimnasio.

Tomó aire, quizás no estuvo a su lado, quizás lo había arruinado pero debían despedirse, tenía que aceptar la realidad por más que no quería ni pensar que no lo volvería a ver, sus ojos escocían ante eso, tan triste, ya no tendría sentido ir a la escuela sin tener que ver la razón que lo hacía despertar. Pero era hora, así su hermano dijo, tenía que dejarlo ir o buscar de alguna forma donde vivía.

Sin embargo, cuando iba a pasar cerca de sus antiguos compañeros, no vio a Ink por ninguna parte, no estaba en la salida con los demás padres, tampoco en el sector donde debiera estar. Eso lo asustó, lo desesperó y corrió en su busca. Creía que iba a estar en los baños, pero no se escuchaba ni alma en pena, ¿Cómo era posible que desapareciera en un abrir de ojos?

Solo tuvo un lugar que esperaba que no fuera el indicado, uno que no le causaba dulces recuerdos, pero era el único sector donde sabía que su amado había estado anteriores veces, partiendo en un trote que tras llegar, se detuvo casi de golpe al oír voces. Esas voces que... Ya había oído.

"Aww, si es su graduación, ¿Tan emocionado estás que lloras?"

"¡Haha! ¡Sin ese niñato sí que eres un niño indefenso!"

"¿Niño?" Preguntó una tercera voz "¿No querrás decir niña?"

Risas, humillaciones, dirigidas hacia el albino, su cuerpo estaba estático, al igual como todas las veces. Viendo como Ink estaba encogido evitando que los mayores miraran sus lágrimas, pero sus sollozos se hacían evidentes.

"Y-Yo no soy..."

Una patada recibió, y Error sintió similar a ese dolor, una puntada en su corazón por no poder ir, por no saber qué hacer.

"¿No eres niña? Entonces ¿Por qué no te haces una?"

Después de eso, los tres tipos se fueron riendo, Ink en el suelo, y Error tras la pared maldiciéndose a sí mismo, no podía moverse, su cuerpo estaba tenso, pesado, se iba a desvanecer si seguía ahí. Apretó los dientes y sorbiendo su nariz corrió hasta el baño, después de ello, se fue directo a casa arrepentido por dejar a Ink así, por arruinar su vida.

Defectos. ¦ ErrorInk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora