Recibí la informal invitación que tu mamá nos dio para que fuéramos a cantarle cumpleaños, así que fue a tu casa. ¡Qué bonita casa, Jesucristo basta!
Llegue ahí sin poder creerlo, la verdad nunca pensé que pudiera estar ahí. Me senté y llegó tu hermano, ¡ese un amor! me hizo reír a más no poder...Pero tuviste que entrar a la habitación y arruinar la armonía que había logrado conseguir.
Con cada paso que dabas a mi corazón latía fuerte, contenía las ganas de vomitar y practicaba en mi mente una conversación entre los dos, que, lamentablemente, jamás llegó.
Saludaste a mi mamá, a mi papá y a mi hermanito, y pues a mi, a mi me miraste de reojo por un instante. Instantáneamente, mi mente se detuvo. ¿Acaso hice algo mal? ¿Debí ser yo la del incentivo? ¿Responderías mis preguntas cuando estés frente a mi?
Ni siquiera la sabrosa torta que tenía a la espera de ser picada pudo sacarme del trance en el que estaba. Me fui de tu casa y ni siquiera te percataste de ello.
¿Vale la pena gastar la saliva hablando maravillas de alguien que apenas sabe de ti?
Atte: Disgustada y hecha migas...
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Las acosadoras cartas que jamás le di a mi crush
RandomCOMPLETA. Hola, se que no me conoces pero te convertiste en mi crush y hasta la fecha no he podido sacarte de mi cabeza