Fomento del Valor Humano
A pesar de que mis experiencias no sean nada especiales, pues son sólo
experiencias humanas normales y corrientes, creo que mi adiestramiento
budista me ha dado una experiencia muy útil para tener presente en la vida
de cada día. Estoy contento de poder compartir algo de ella con vosotros.
Creo sinceramente que todos los seres humanos somos de la misma na-
turaleza, tanto a nivel mental como emocional. Todos nosotros tenemos el
potencial para ser personas felices y buenas y también lo tenemos para ser
malas y perjudiciales. Creo que el potencial para todas estas facetas está pre-
sente en nosotros. Lo importante es tratar de fomentar, en cada uno de no-
sotros, los aspectos positivos y útiles y tratar de reducir los negativos. Aun-
que los aspectos negativos puedan, a veces, traer cierta satisfacción a corto
plazo, a la larga sólo aportan sufrimiento. Las actitudes positivas nos traen
siempre fortaleza interior. Con fortaleza interior tenemos menos miedo y
más confianza en nosotros mismos, y resulta más fácil extender nuestro
afecto hacia los demás sin barrera alguna, ni religiosa ni cultural ni de nin-
gún otro tipo. Es, por lo tanto, muy importante reconocer nuestro potencial
para lo bueno y lo malo y, después, observarlo y analizarlo cuidadosamente.
Esto es lo que yo llamo fomentar el valor humano. Mi principal interés
es fomentar la comprensión del valor más profundo del ser humano. El va-
lor humano más profundo es la compasión, un sentimiento afectuoso y
comprometido. Estas cualidades básicas del ser humano son muy impor-
tantes, tanto si se es creyente como si no se es, y no importa cuál sea la re-
ligión que se practique; sin ellas no se puede ser feliz.
Algunas personas cuentan con una disposición mental adecuada para seguir una fe religiosa. Hacer uso de la fe religiosa para fomentar estos valo-
res humanos básicos es muy positivo. El mensaje de las principales religio-
nes del mundo es básicamente el mismo: amor, compasión y perdón. Lo
que varía es el modo en que fomenta cada religión tales cualidades. Pero da-
do que todas ellas aspiran más o menos a la misma meta, vivir una vida más
feliz, ser personas más compasivas y crear un mundo más compasivo, el he-
cho de que los métodos sean distintos no representa un problema. El logro
último es lo importante. Las principales religiones del mundo tienen el mis-
mo potencial para ayudar a la humanidad y, puesto que existe una gran va-
riedad de disposiciones mentales entre los seres humanos, necesitamos, ló-
gicamente, religiones distintas. La variedad es beneficiosa. La armonía en-
tre las diferentes tradiciones religiosas es otro asunto importante. Por eso
me esfuerzo siempre en fomentar la armonía entre religiones.
Ahora voy a explicar el darma del Buda centrándome en una obra es-
pecífica de la literatura budista, los Ocho Versos para Adiestrar la Mente
(Loyong Tsik Guiema). El hecho de que se trate de un texto budista no sig-
nifica que esté intentando fomentar o propagar el budismo. Mi motivación
está clara; si examinas mis numerosos años de actividad, podrás juzgar si
lo que digo es cierto o no.
En primer lugar, siento que aprender de otras tradiciones religiosas es
a veces muy útil. A menos que conozcamos el valor de las otras tradicio-
nes, es difícil desarrollar respeto por ellas. El respecto mutuo es el funda-
mento de la verdadera armonía. Debemos esforzarnos por desarrollar un
espíritu de armonía, no por razones políticas ni económicas, sino más bien
porque comprendemos, simplemente, el valor de las otras tradiciones.
Algunos de mis hermanos y hermanas cristianos, tanto monjes como
laicos, me han dicho que están utilizando técnicas y métodos budistas pa-
ra desarrollar su compasión e incluso su fe. Han adoptado algunas técnicas
e ideas budistas en su práctica pero permanecen dentro del marco de su
propia religión. Yo les digo siempre a mis amigos occidentales que lo me-
jor es seguir la propia tradición. Cambiar de religión no es fácil y, a veces,
causa confusión.
No obstante, quiero decir algo a las personas que sienten, realmente,
que la propuesta budista es más eficaz y adecuada para su disposición
mental. Por favor, pensadlo detenidamente y, cuando estéis convencidos
de que el budismo es lo que os conviene, entonces, es vuestro derecho se-
guirlo. Es importante recordar lo siguiente: a veces, las personas desarro-
llan una actitud crítica hacia su religión o tradición previa con el fin de jus-
tificarse por haber cambiado de fe. Esto ha de evitarse por todos los me-
dios. Puede que vuestra religión anterior ya no os sea útil, pero eso no
quiere decir que no sea útil para la humanidad. En reconocimiento de los
principios y derechos de las otras personas y del valor de sus tradiciones,
debéis honrar vuestra antigua religión. Me parece importante.