vii.

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La ropa que Finn le había llevado consistía en un pantalón oscuro como la chaqueta junto con una remera sin mangas y unas botas que agradeció desde lo más profundo de su ser poder vestir. Observó el vestido entre sus manos, apenas podía admirarse lo blanco y las flores claras debido a la suciedad de la tierra, la sangre y lo roto. Suspiró antes de hacer un bollo con él y arrojarlo al suelo.

—¿Estás bien?

Alex giró sobre sus talones, sonriendo al escuchar la pregunta de Bellamy, quien se había asomado a través de las cortinas.

—Ya me lo preguntaste —replicó mientras guardaba la pistola en la parte trasera de su pantalón, escondiéndola bajo la chaqueta.

—Lo sé, pero... —Se removió en su lugar con su mirada clavada en el piso. Alex no supo qué más decir, le había asegurado que estaba bien a pesar de todo lo que había pasado las últimas horas pero de repente sintió un gran peso en sus hombros y recordó que no había dormido en toda la noche debido a su plan de escape.

Abrió la boca para hablar, aún no muy segura de lo que quería responder pero se quedó en silencio cuando Finn apareció en escena.

—Ya vienen —anunció apurándose a subir las escaleras hacia la escotilla. 

Alex y Bellamy se miraron entre sí antes de salir al exterior.

Se detuvo al instante en cuanto atisbó a Clarke caminando frente a un grupo de tres terrestres, quienes también se detuvieron cuando ella lo hizo. Clarke la observó de arriba abajo como si no lograra comprender que estuviera allí y Alex no podía imaginar por lo que había pasado; las cicatrices en su rostro blanco resaltaban y apenas podía diferenciar su piel propia de las lastimaduras.

Clarke fue la primera en acortar la distancia para envolverla en un cálido abrazo.

—Sabía que estarías bien... —susurró contra su cuello. Alex se permitió cerrar los ojos, jamás hubiera creído que estaría tan contenta de volver a ver a Clarke pero comprendió entonces que ella era una de las razones principales por la que seguían vivos.

Sin embargo, el momento tan especial fue interrumpido cuando sintió un tirón en el cabello que la alejó con brusquedad de Clarke, quien protestó aunque sus gritos se alejaron cuando Alex cayó al suelo con un gruñido pero preparada con su pistola en la mano, apuntando hacia delante.

—¡Ey! —oyó a Bellamy protestar y forcejeando con, lo que supuso, era otro terrestre. Alex no se permitió distraerse de la figura que se cernía delante de ella. Una mujer de piel oscura con una cicatriz que le recorría el rostro sostenía una espada con el filo de esta apuntando al pecho de Alex. La terrestre no dio el golpe final debido a la pistola que tenía lista para disparar.

—¡Esto no fue lo que acordamos! —gritó Clarke. Alex hubiera reído de no ser por la mirada fría y oscura de la terrestre. No eran personas de confianza y, sin embargo, se encontraban allí tratando de forjar una paz que no existía. Clarke había sido una ingenua.

—Ella mató a Rhys —anunció la mujer sin quitar sus ojos de ella.

—¡Suéltenla! —gritó Bellamy detrás de ella y, tras un golpe, Alex lo atisbó desde el rabillo del ojo con su rifle apuntando hacia la terrestre.

—¡Bellamy, no! —rogó Clarke mientras Alex luchaba por llevar oxígeno a sus pulmones.

—Si no lo mataba, hubiera acabo conmigo —habló entre dientes, notando que la respiración de la terrestre se volvía aún más irregular.

Entonces, otra terrestre se acercó a la mujer que la apuntaba con la espada. Esta mantenía un porte erguido, su rostro pintado de una forma extraña que hacía resaltar sus ojos claros y un pañuelo rojo y largo colgaba de su hombro izquierdo, tapando mitad de su traje oscuro. No hacía falta que hablara para saber que estaba al mando.

—No estamos aquí por ella —dijo con una voz desprovista de emoción y mirando a la otra terrestre—. Indra, baja la espada —ordenó. La mano de Indra tembló pero Alex se mantuvo firme con la pistola entre sus manos, las cuales comenzaban a adormercerse—. Ahora —añadió e Indra no tuvo otra opción que obedecer. Al instante, Bellamy la ayudó a ponerse de pie pero Alex seguía con su mirada sobre la mujer, quien tampoco había quitado sus ojos de ella, como si estuviera planeando cómo acabar con con su vida una vez que las aguas se calmaran—. Vamos —continuó mirando a los dos terrestres que la acompañaban antes de entrar a la nave.

—Lo siento —habló Clarke con el ceño fruncido. 

Bellamy aún sostenía a Alex por la cintura.

—¿Qué hacen exactamente aquí, Clarke? —preguntó, quitándole las palabras de la boca.

—Los terrestres querían atacarnos pero creo que he encontrado la forma de hacer un pacto para que nos dejen en paz —explicó rápidamente. 

Alex frunció el ceño.

—¿Qué pasa con Jasper y el resto? —cuestionó dando un paso hacia delante para que Clarke no tuviera más opción que responder. Tardó unos segundos en hablar, como si estuviera buscando las palabras correctas.

—Los rescataremos, pero primero debemos terminar con esto —dijo, en un tono de voz más calmado—. Lincoln es nuestra única esperanza, ¿cómo está?

Alex se encogió de hombros. No lo había visto desde que habían llegado y lo habían acomodado en el piso superior, aún inconciente. Clarke asintió a pesar de la clara desilusión y nerviosismo. Si Lincoln no volvía a la normalidad, estaban acabados.

—Será mejor que vuelvan al campamento. Deben suturar tus heridas. —Dio un paso hacia el costado, dando por finalizada la conversación pero Alex se adelantó aunque Bellamy la detuvo.

—No me iré a ningún lado —habló captando la atención de Clarke una vez más—. Si rescatar a Jasper depende de lo que pase allí dentro, entonces me quedaré.

Clarke bajó la mirada antes de dar un paso hacia delante y mirarla a los ojos, utilizando la misma actitud cada vez que hablaba sobre algo que estaba completamente segura.

—Todo saldrá bien —afirmó—. Además, necesitas descansar —añadió, esta vez mirando a Bellamy antes de asentir como si hubieran mantenido una conversación telepática en su presencia. Se dio la vuelta y desapareció por las cortinas sin que nadie volviera a interrumpirla.

—Vamos —susurró Bellamy tomándola delicadamente del brazo pero cuando Alex giró para mirarlo negó lentamente con la cabeza.

—Tenemos que ir por Jasper —susurró. Bellamy agachó la cabeza para que fuera lo único que pudiera mirar.

—Y lo haremos —prometió listo para comenzar a caminar pero Alex lo tomó del brazo, recordando que había muchas cosas que aún no sabían y, de repente, sintió su mente nublarse.

—¿Qué es lo que está pasando en el Monte Weather? —cuestionó mirándolo a los ojos. Sabía que estaban buscando una manera de entrar y que el presidente no quería que se fuera pero, ¿qué era lo que en realidad estaba ocurriendo? 

Bellamy suspiró, mirando a su alrededor antes de volver su vista hacia ella.

—Prometo que te lo contaré en cuanto lleguemos al campamento —susurró. 

Alex se quedó en silencio, no muy segura de qué decir pero no le quedó más opción que asentir.

Beautiful Mess II → Bellamy BlakeWhere stories live. Discover now