EL REENCUETRO

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5 años despues

(Damian)

Hace un año y medio que termine mi carrera y consegui trabajo.
No he realizado muchos proyectos, pero los que he hecho, han encantado, tanto mi jefe como a los clientes.
Quedaron satisfechos con mi trabajo.

Ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez que vi a Maria, pero soy capaz de reconocerla en cualquier parte.
Estoy seguro de que era ella la chica que estaba en la cafeteria, esa cafeteria.  Recuerdo el dia que estuve alli con Maria y nuestras manos se tocaron.  No se que ocurrio exactamente pero, tuve una sensacion extraña que jamas habia sentido antes, resulta complicado describirla.

Estoy paseando por el parque que queda cerca de la casa de Carmen, es un barrio muy tranquilo y ademas me gusta.
He alquilado un piso por esa zona, pero pienso comprarlo en un futuro.
La casa de Carmen se encuentra a unos 5 minutos andando desde la mia, el parque a 10 minutos, pero merece la pena.

Estoy paseando por el parque.
Recuerdo la ultima vez que estuve aqui, Maria y yo eramos muy buenos amigos en aquel tiempo, seguimos en contacto, pero hace tiempo que no se nada de ella.
Maria, jamas olvidare ese dia: hacia brisa, una brisa que me envolvia en su aroma de vainilla, mientras sus cabellos al viento llamaban mi atencion.  Se giro y aprecie su sonrisa, hacia tiempo que no la veia.
Ese dia estaba preciosa y descubri que aun sentia algo por ella, ese sentimiento todavia prevalece.

- Perdona - tocan mi hombro - creo que esta es tu cartera - dice una chica con el brazo en alto tendiendo mi cartera.

- Muchas gracias, se me ha debido caer mientras paseaba - la miro unos segundos, no puede ser. La pulsera de su mano lo deja claro - ¿Maria?

- Si, ¿como sabes mi...? - me mira confusa - ¿Damian? - ambos sonreimos y nos abrazamos.

- ¡Me alegro de verte! - digo - ha pasado tanto tiempo.

- Lo se - deshacemos el abrazo - mirate estas genial - dice.

- Gracias, tu estas estupenda. Pensaba que no te volveria a ver.

- Yo tambien, aunque siempre tenia la esperanza de encontrarnos algun dia - dice sonriente - nos tomamos un cafe y hablamos, tenemos mucho que contarnos.

- Es una gran idea.

Caminamos hasta nuestra cafeteria de siempre.
Una vez sentados empezamos a hablar, lo primero que comentamos es lo que ha pasado en los ultimos años, ambos estabamos ocupados con el trabajo aunque llevemos poco tiempo.
- Nunca me dijiste que estudiabas - dice Maria - pero deduzco que lo mismo que yo, si coincidimos alguna vez en la universidad.

- Es curioso, fuimos a la misma universidad pero no a la misma clase.  Aunque en algunas asignaturas coincidiamos - digo - en el campus tambien nos vimos, no entiendo porque nuestra amistad se enfrio.

- Yo tampoco, supongo que cada uno tenia sus propios amigos y no nos juntabamos tanto como al principio.

Seguimos hablando sobre los proyectos que tenemos en mano. Ella tiene un proyecto compartido pero aun no conoce a su compañero.
- Me han dicho que es un gran arquitecto, tiene talento a pesar de su corta experiencia - dice Maria.

- Seguro que tu tambien lo eres.

- Puede ser. Me gustaria preguntarte una cosa, quiza no quieres responder aunque ya ha pasado tiempo, pero tengo curiosidad.  Se que Maite y tu terminasteis despues de un año y medio, Maite me lo conto pero, me gustaria oirlo de ti.

- No me esperaba esa pregunta - sonrio - paso hace tiempo, pero vale.  Simplemente despues de hacer un año, nos dimos cuenta que actuabamos mas como amigos que como pareja.  Al principio no le dimos importancia, pero con el tiempo acordamos dejarnos y quedar como amigos.  Hoy en dia seguimos siendo muy buenos amigos.

(Maria)

Estoy paseando por el parque. Este parque me trae muchos recuerdos: del que mas me acuerdo es la primera vez que Damian y yo paseamos por él.
Leo y yo acababamos de romper, necesitaba un amigo y él estuvo a mi lado, consiguio hacerme sonreir cuando parecia imposible.

Este parque queda cerca de su casa, en la que vivia con Carmen, por eso soliamos estar siempre aqui.
Un ultimo recuerdo que tengo de estar aqui fue con él tambien, estaba enseñandome a disfrutar mas el momento.
Lo recuerdo perfectamente: estabamos en un banco, él tenia los parpados bajados, escondiendo sus ojos azul cielo.  La brisa me transmitia su perfume de "adidas", su voz profunda me cautivo, sonrio y las palabras desaparecieron, mi mirada estaba fija en sus labios y descubri lo mucho que me gustaba.
Pasaban los años y mis pensamientos solo los abrumaban lo mucho que extrañaba su compañia.

Acaricio la pulsera de Londres que me regalo, esta pulsera me ha mantenido fuerte los ultimos años, siempre que la veo o la acaricio, me acuerdo de Damian.

Observo pasear a la gente hasta que un objeto en el suelo capta mi atencion.  Se le ha caido a un chico que acaba de pasar, lo recojo y me acerco a entregarselo.
- Perdona - toco su hombro - creo que esta es tu cartera - digo con el brazo en alto tendiendo su cartera.

- Muchas gracias, se me ha debido caer mientras paseaba - me mira unos segundos - ¿Maria?

- Si, ¿como sabes mi...? - lo miro confusa, me suena bastante. Me fijo en la pulsera y otra vez en él - ¿Damian? - ambos sonreimos y nos abrazamos.

- ¡Me alegro de verte! - dice - ha pasado tanto tiempo.

- Lo se - deshacemos el abrazo - mirate estas genial - digo, ha adelgazado y se mantiene en forma.

- Gracias.  Tu estas estupenda, pensaba que no te volveria a ver.

- Yo tambien, aunque siempre tenia la esperanza de encontrarnos algun dia - digo sonriente - nos tomamos un cafe y hablamos, tenemos mucho que contarnos.

- Es una gran idea.

Pasamos un largo rato hablando sobre el trabajo y la razon de que nos distanciaramos.
Maite me conto que ellos habian terminado despues de un año y medio, pero quiero escucharlo de sus labios, ver como le afecto y como se siente.

- Lo siento mucho, debio ser duro - digo tocando su mano.
Al rozar su mano siento la misma sensacion que la ultima vez.
Es como una descarga, una sensacion que recorre todo mi cuerpo, ahora lo se.  Es una señal que indica que  debo estar a su lado.
- Bueno.  Nos queriamos, pero creo que siempre estuvimos juntos como amigos, amigos que se besaban pero, siempre fue una amistad, una buena amistad, solo eso.

- Entiendo - digo - se hace tarde.
¿Te apetece dar una vuelta y luego cenar?

- Me parece un plan perfecto. Me apetece pasar tiempo contigo, simplemente hablando, incluso toda la noche - dice sonriente.

Él con su sonrisa seductora y yo con mis mejillas sonrosadas, nos levantamos y vamos al parque de nuevo para pasear.

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