No me amó.
Es decir, ni siquiera supo de la existencia de mis sentimientos.
Estaba muy ilusionado por algo que no pasó ni pasaría.
El amor nos hace tontos.
Ciegos.
Idiotizados por una farsa que creamos en nuestras cabezas.
A veces creo que ha sido culpa tuya, por haberte cruzado en mi camino, pero claro, tú no podrías saberlo.
¿Qué culpa tienes de acelerarme los latidos y alterarme la respiración?
No creo en el destino o en Dios como para echarles la culpa de haberte visto.
Por lo que la última persona de la lista a la que puedo tachar de culpable es yo mismo.
Cree situaciones por mi propia cuenta y me enamoré de cosas que solo pasaron en mi mente, ¿cuenta como amor?
¿Amar algo que nunca pasó?
Así que sí, soy culpable de amarte.
Qué cursi que sueno pero es la verdad, mi gran amiga la verdad, tan hermosamente dolorosa.
Pero no sé cómo arreglar el lío en el que metí, no sé cómo juntar los trozos de corazón que se rompieron por mi culpa.
Tú no hiciste nada, de verdad, absolutamente nada.
¿Cómo borro aquellas situaciones inexistentes de un futuro que yo esperaba junto a ti?
Se me han grabado a fuego en la piel.
Me hace mal, pero no encuentro remedio, me pregunto si tú sabrás curarme; nunca lo sabré.
Eres feliz y tendría que serlo yo también ya que eso es todo lo que quiero para ti.
Pero los humanos somos egoístas, quiero ser yo el que te haga feliz.
Y el egoísmo me hace sentir una mala persona.
Otra cosa que es mi culpa.
Espero reírme de mis sentimientos hacia ti en un futuro, que seas una anécdota para mis nietos y que te borres de mi pecho, porque no soporto vivir imaginando cosas que no pasarán.
Amarte, es mi culpa.
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Historias Cortas.
Short StoryConjunto de historias de una sola parte con temática homosexual.