Capítulo 36: La adivinanza.

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Sophie POV

¿Brooke Williams acaba de decirme todo eso? Sigo sin palabras. Después de todo Dinah tenía razón. Ella es una perra. Yo me sentía mal por lo que hice en su fiesta de cumpleaños, estaba dispuesta a pedirle disculpas. Ya no pasare la noche despierta preguntándome como pude haber actuado tan mal con algo tan privado. Ya no me sentiré mal por Brooke. Porque sé lo merece y lo acaba de demostrar.

Antes de que dijera lo que dijo, planeaba preguntarle si podíamos hablar en el receso y pedirle perdón. Pero eso, repito, quedó atrás.

Apenas toca la campana me voy directamente al baño. Siento tantas ganas de llorar y de golpear a alguien. Por suerte, Dinah y las chicas no me siguen. Odiaría que alguna de ellas esté conmigo en este momento, porque a decir verdad, no sirven para consolar. Se la pasarían recordándome que mi maquillaje se correrá o cosas que a mí me dan igual en esos momentos.

Me encierro en un cubilo y cubro mi rostro con mis manos.

¿Y a ella que demonios le importa si mis padres no se aman? ¿Qué le importa si a papá le preocupan más sus amantes que su propia hija? ¿A quién demonios le importa todo eso? Ni siquiera a mí me interesa.

Si no te interesa, ¿por qué estás llorando?

Ignoro a mi subconsciente. Limpio mis lágrimas con las palmas de mis manos. Es verdad, no debo llorar por algo que no me importa. Suspiro. Por más que intente convencerme a mí misma de que me da igual, sé que no podré convencer a la presión que siento en el pecho al recordar sus palabras o a las lágrimas que quieren escaparse de mis ojos.

Sigo llorando unos minutos más, porque se me hace imposible parar. Espero a que la campana vuelva a sonar y todos estén en clases para salir del cubículo. Me moriría de vergüenza si alguien se entera que estuve llorando. Se aprovecharían de mi tristeza, papá me dijo que no debo dejar que noten mi debilidad.

Al ver mi rostro en el espejo me enfurezco. Mi maquillaje corrido, mis ojos y labios hinchados, y mi nariz roja demuestran que soy una tonta. ¿Cómo pude dejar que algo que alguien más dijo me ponga de esta forma?

Lavo mi rostro y lo maquillo nuevamente. Gracias al tiempo que estuve llorando se me hace imposible quedar como antes, pues para que mis ojos se desinflamen necesito una hora, mínimo. No puedo estar sesenta minutos aquí.

Salgo del baño con la cabeza hacia abajo. Lo que necesito es claramente helado y dormir cuatro días. Ugh. Estúpida Brooke.

Choco con alguien y levanto la mirada para ver quién es. Es Connor, me sonríe de forma apenada y luego su ceño se frunce.

—¿Estabas llorando?

Demonios.

—¿Dónde quedaron tus modales? Acabas de chocarme —digo y sobo mi brazo, fingiendo que me duele.

—Me di cuenta de que acabo de chocarte —dice elevando sus cejas y luego ladea la cabeza un poco apenado— Y lo siento.

—Acepto tu disculpa —digo e intento pasar por su lado, pero vuelve a detenerme parándose frente a mí— ¿Puedo ayudarte en algo?

—Quiero saber por qué estabas llorando.

Resoplo.

—¿Te importa?

Ni en un millón de años le diré a Connor la razón por la cual estaba llorando. Ni siquiera se lo dije a mis amigas.

—Claro que me importa.

¡Estúpido tú! #MEN3 (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora