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Jihoon vigilaba detenidamente la puerta de la habitación, expectante. 
                          
Tanto su madre, como los profesionales a cargo de él, se habían retirado hacía unos minutos atrás y le avisaron que Mingyu ingresaría a continuación para visitarle. El doctor Kwon pareció molestarse cada vez que mencionaba a Mingyu. ¿Por qué motivo le exasperaba tanto el chico? ¿Sucedió algo entre ellos?
                          
No tuvo más tiempo para seguir meditando al respecto, porque la puerta vuelve a abrirse y una alta figura apareció bajo el umbral: Kim Mingyu. 
                          
Lo ve avanzar, sosteniendo un bastón de madera en su mano derecha, más rápido que antes y con mayor confianza.
                          
No recordaba que fuese tan alto, que brillara así como en un sueño. Aunque aún aparenta conservar esa cautivadora esencia del joven tímido y lleno de preguntas que conoció hacía más de un año; a los ojos del mundo, ya era todo un hombre.
                          
Mingyu fija su mirada sobre él desde que ingresa en el cuarto y, por supuesto, Jihoon hizo lo posible por mantener viva la conexión entre ellos.
                          
El más joven no se sentó en la silla a su diestra (la única en esa habitación), sino que cayó de rodillas junto a la cama y envolvió la mano de Jihoon con las suyas. 
                          
-Jihoon...
                          
Entonces Mingyu estaba llorando. 
                          
Su espalda se sacudía con espasmos violentos y por los labios liberaba sollozos agudos. Él siempre lloraba, era muy sensible, un aspecto difícil de cambiar. 
                          
-¿Qué pasa?- Su voz se escuchaba tan ronca que la gravedad y consternación con las cuales pretendía preguntar éso, quedaron esfumadas.
                          
-Lo siento, Jihoon...
                          
-¿Qué tienes con pedirme disculpas cada vez que nos vemos, Kim Mingyu?
                          
Mingyu levanta la cabeza empapada en lágrimas y le observa, ocultando los labios. Después llora un poco más. Jihoon comprende que no es capaz de explicarle aquello que le atormentaba, sus ojos estaban lejos, muy lejos de allí. 
                          
-¿Tuviste una pelea?- Intenta adivinar, levantando su mano y acariciándole el mentón.- Anda, dime qué está mal... Todo tiene solución, excepto mi enfermedad... ¿Quisiste desconectar mi respirador o algo así?
                          
Mingyu seguía viéndole pero ahora tenía el ceño fruncido. 
-No hables de ésa manera, Jihoon...
                          
-¿Entonces?
                          
-Yo...- Aspiró ruidosamente.- Por accidente, hice algo horrible. 
                          
-¿Qué es? ¿Mataste? ¿Mentiste? ¿Robaste?
                          
-En realidad me robaron a mi...
                          
-¿Eh? ¿Cómo que te robaron?
                          
-Aunque no fue dinero lo que me robaron.- Aclara, todavía nasal.- Sino mi decencia y mi lealtad...
                          
-¿Puedes dejar de hacerte el tonto y decírme qué demonios pasa?
                          
-Me besaron, Jihoon...
                          
Jihoon trataba de limpiarle el rostro húmedo, pero apenas podía levantar su mano uno o dos segundos sin que la intravenosa le moleste.
-¿Quien?
                          
-Wonwoo...
                          
-¿Te gustó? 
                          
El otro hizo una mueca de repulsión.
-¡Para nada!
                          
Jihoon asiente.
-¿Entonces? 
                          
-¿No te puso triste? 
                          
-Espera, ¿tuviste relaciones íntimas con él?
                          
-¡Claro que no!
                          
-Bien...- Concluye estirando un poco la 'e'.- ¿Contexto?
                          
Mingyu se calmó, había apoyado su mejilla sobre la palma del otro.
-Durante la fiesta de despedida de año, el 31 de Diciembre...
                          
-¿Fiesta? ¿Fuiste a una fiesta?
                          
-Si. Verás... Existe cierta tradición por año nuevo. Y a medianoche...
                          
-Wonwoo te besó...- Completa Jihoon, captando por donde iba la cosa.- ¿Te explicó que era tradición?
                          
-Lo hizo...
                          
-¿Es todo? ¿Un beso?
                          
-Y ni siquiera fue un buen beso...- Mingyu estudia a Jihoon con una ceja levantada.- ¿Aún no te sientes angustiado?
                          
-¿Quieres que me angustie?
                          
-No...- Se ríe.- Estaba tan preocupado, Jihoon... Ése beso fue lo peor que hice en mi vida. Creí que te pondría triste, que lastimaría tus sentimientos saberlo. Incluso llegué a pensar que sería un poco feliz si te enojabas conmigo...
                          
-Bueno...- El más joven se veía tan abatido que fue casi inevitable para Jihoon compadecerse de él.- Como castigo, sólo podrás besarme a mi de ahora en adelante...
                          
Mingyu echa a reír nuevamente y le da un beso en la palma de la mano.
-Acepto el castigo de muy mala gana...
                          
-Y tampoco voy a felicitarte por caminar, hasta que montes los patines que te regalé hace un año por Navidad...
                          
-Injusto...
                          
Jihoon le contempla lloriquear y restregarse contra su mano como un perro. Luego le canta y aunque su voz sigue débil, lo hace porque él se lo pide.
-That boy... Isn't good for you. Though he may want you too. This boy wants you back again. Oh, and this boy would be happy. 
Just to love you...