Capítulo 19.

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Pov Holly.

Después de dormir casi toda la tarde, comer palomitas y ver algunas películas, unos toques a la puerta se hicieron presente mientras terminaba de vestirme frente al espejo, salí a atender la persona que tocaba y para mi suerte era la rubia de esta mañana.

—Holly, ¿estás lista? —cuestiono sonriendo.

—Sí, estaba terminando de vestirme —asentí sutilmente; —voy por mi cartera y salimos —añadí, sonriendo y camine hasta el mueble y tome mi bolso.

Llevaba unos jeans simples, una blusa negra junto a unos tacones del mismo tono, termine de cepillar mi cabello y salimos del apartamento, realmente me sentía bien para salir a comer algo y distraerme.

—Cuéntame como te fue en Estados Unidos —me miro para romper el silencio que había entre nosotras.

—Bastante bien, estuve donde una amiga que se casó hace poco y pues visitando a una familia lejana que vive allá —mentí bastante confiada; —¿y tú? —cuestione sonriendo.

—Puedo decir que bien, conocí a un chico guapísimo en la editorial donde trabajo —sonrió risueña; —se llama Liam y es todo un encanto, me dijo, ''oye preciosa, tienes una hermosa sonrisa, por cierto soy Liam y tus ojos combinan con mi nombre'' —lo imito sonriendo.

—Que bien, Bethanny —logre saber su nombre por su credencial.

—Oye qué formal —se rio sonoramente; —antes me decías Beth —se cruzó de brazos un poco molesta.

—Lo siento Beth, es solo que ando un poco pensativa porque mañana tengo que ir a trabajar y tengo mucho trabajo atrasado —confesé un poco apenada.

—No pasa nada Holly, no te demoraré mucho —sonrió amablemente.

Asentí y salimos del edificio, ya no es encontraba el portero que conocía, si no uno más joven, dimos las buenas noches y caminamos para tomar un taxi, después de 10 minutos llegamos a un restaurante de comida rápida y nos bajamos, Bethanny pago y entramos al dichoso lugar.

Nos sentamos en una mesa y ordenamos algo rápido, se me antojo algo de pizza y una coca cola fría, la mesera nos dio una sonrisa y se marchó.

—Hace rato, no salía a comer contigo como antes, mi primo Carter no me aviso donde andabas en todos estos meses —se quejó con una sonrisa.

—¿Eres prima de Carter? —cuestione abriendo los ojos como platos.

—Si, ya lo sabías, ¿no? —pregunto frunciendo el ceño.

—Lo lamento, me tengo que ir —me levante de la mesa y deje algo de dinero sobre esta.

Camine lo más rápido que pude hasta la puerta y para mi mala suerte Carter estaba allí con un ramo de rosas, eleve mis ojos al cielo y respire hondamente, aquí vamos.

—Holly quiero que hablemos —me miro insistente.

—Ya te dejé claro que no quería que me buscaras, no te quiero ver en mi vida Carter déjame en paz —chille molesta y camine por su lado, pero él me detuvo tomándome del brazo.

—Jamás en tu maldita vida me vuelvas hablar así —grito molesto y dejo una cachetada sobre mi mejilla.

—Eres maldito, imbécil —grité zafándome de su agarre mientras tocaba mi mejilla adolorida.

Logre salir de aquel lugar, me sentía humillada y más que nada melancólica, sabia que Carter no me inspiraba confianza y justamente tenía razón, unas lágrimas cayeron por mis mejillas de forma ligera, las seque delicadamente y pare un taxi mientras Carter gritaba mi nombre tras de mí.

Logre irme de allí rápidamente y le pedí al taxista que me dejara en casa de Matthew, quizás era algo absurdo ir hasta allá, pero sé que Hellen me ayudara en estos momentos, después de que el taxi paro frente al gran portón, pague y me baje directo a la puerta principal.

Cuando llegue frente a la puerta toque varias veces el timbre, pero nadie abría, pensé que no había nadie y comenzó a llover con truenos, comenzó hacer frío y alcance a mojarme, después de varios minutos la puerta se abrió dejando ver a Hellen sorprendida al verme allí parada frente a ella.

—Holly, qué sorpresa verte aquí —me miro perpleja.

—Si Hellen, soy yo —titirite por el frío y me abalance sobre ella.

Ella correspondió a mi abrazo y las lágrimas comenzaron a caer, me aferre a su camisa y ella solo me susurraba en el oído palabras de aliento, después de varios minutos me separe de ella y absorbí de mi nariz, mis mejillas estaban frías al igual que mi nariz.

—Mi niña, entra que estás empapada —abrió los ojos como platos al verme bien como estaba.

Asentí y entre, con esperanza de ver a Matthew, pero todo estaba silencioso, la casa se sentía sola y eso me daba algo de miedo, Hellen me tomo del brazo y me llevo hasta el cuarto de lavado, me miro horrorizada y me extendió una toalla.

—Quítate la ropa Holly, la pondré a lavar para que te seques mientras ponte la toalla, espera traigo un camisón de Matthew —me informo ella saliendo de la pequeña habitación.

Hice lo que me pidió, quede totalmente desnuda bajo la toalla, me coloque la toalla y Hellen no tardo mucho en llegar con el camisón y una gran sudadera de hombre, supuse que era de Matthew.

—Gracias Hellen eres un ángel —sonreí agradecida por el gesto de Hellen.

—No es nada Holly, cámbiate mientras te preparo un delicioso chocolate para que me digas que haces aquí mi niña —ella me miro sonriendo y le tome la mano.

Salió de allí dejándome sola para poderme cambiar, me coloqué la sudadera junto al camisón el cual me quedaba bastante grande, el perfume impregnado en la ropa era el de Matthew y de eso no había duda alguna, camine hasta la cocina, los recuerdos llegaron a mi mente como un rayo y recordé la primera vez que llegue aquí, todos los días que pase y sobre todo la presencia de Matthew.

—Siéntate querida, ya te sirvo chocolate caliente —anuncio Hellen tomando una taza.

Invirtió el líquido caliente en la taza y me la entrego, agradecí y Hellen se sirvió una para ella, se sentó a mi lado y comenzamos a beber chocolate mientras me miraba con mucha insistencia e inquietud.

—Holly, agradece que Matthew no está en casa porque está viajando y ahora si pequeña dime que paso —me tomo una mano en forma de apoyo.

—Gracias por todo Hellen, de verdad lo siento —musité en un susurro; —estoy aquí porque tengo muchas cosas que contarte, iniciando por la prometida de Matthew —solté sin pensarlo.

QUIÉREME DESPACIO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora