¿Qué hubiera pasado si Jaime Lannister no se hubiera convertido en un miembro de la guardia real en su juventud?
La historia se remonta un poco antes de la rebelión de Roberth y desde ahí, en adelante.
Todos los personajes pertenecen a George R. R...
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Arriba, abajo, al costado, donde sea que intentara inmovilizar a Jaime Lannister, Leonor fallaba, la sonrisa arrogante del Lannister solo hacía que se enojara más y más, así que volvía a intentarlo, chocando su espada con la de Jaime una y otra vez, impidiéndole que la dejara inmóvil, su único objetivo era no dejarse vencer.
Jaime levantó su espada haciendo un rápido movimiento delante de ella, Leonor trató de esquivar el golpe, pero el Lannister la engañó, pues no fue arriba donde dio el golpe, fue abajo y eso la desequilibró, no obstante, viendo que iba quedar con la espada de Jaime en su cuello, Leonor giró sobre sí misma y levantó una pierna golpeando la mano de Jaime, provocando que con el desconcierto, éste dejara caer la espada al suelo quedando así con la espada de Leonor en su pecho.
Jaime sonrió con sorna.
Leonor creyó que iba a rendirse, pero Jaime golpeó su brazo provocando que ella cayera con el trasero al suelo, giró tan rápido que no lo vio, para cuando lo hizo ya era demasiado tarde, Jaime tenía en su mano la espada y se precipitaba a lanzarse sobre ella. Rápidamente se levantó y apretó el mango de la espada con fuerza entre sus manos para saltar sobre Jaime antes de que la atacara, este cayó a la tierra boca arriba y Leonor, a horcadas sobre él, con la espada sobre su cuello.
Jaime soltó la espada y extendió las manos abiertas a los lados de su cara.
—Vale, vale... me rindo — susurró, pero Leonor no quitó la espada de su cuello — te subestimé. Lo admito, eres buena... y te ves bien, sobre mí.
Leonor juntó sus cejas, era la primera vez que un chico era tan directo con ella de esa forma, se sintió avergonzada y furiosa, cosa confusa que la llevó a soltar su espada y alejarse del joven Lannister de un salto.
—Nunca más vuelvas a seguirme, Lannister — le advirtió Leonor, mirando fijamente los ojos de Jaime, tan verdes como la copa de los arboles inmaduros.
Jaime se acercó a ella mirándola de manera desafiante.
—Tú no eres como el resto de los Tully — meditó el blondo — eres distinta, ¿Te lo habían dicho?
Leonor hizo a un lado su cabello y retrocedió alejándose de él.
—Y tú eres como todos los Lannister, presumido y arrogante — la chica comenzó a alejarse mientras Jaime contemplaba su esbelta figura alejarse.
Las palabras se quedaron atoradas en su garganta mientras Leonor desaparecía detrás de los muros, era la primera vez que una chica, además de Cersei lo dejaba con las palabras en la boca y por supuesto, también había sido la primera vez que una chica lo vencía en una batalla de entrenamiento.
Los Tully siempre le habían parecido débiles y manipulables, pero ésta chica se diferenciaba de todos ellos, era astuta, rápida y fuerte, si no tuviera el cabello rojizo pensaría que no era Tully, ellos no eran así, no las damas... Leonor era diferente y Jaime nunca iba a olvidar como ella lo derrotó, como ella lo envolvió en sus encantos de los que él mismo aseguró que ni ella misma se daba cuenta que tenía.
