¿Qué hubiera pasado si Jaime Lannister no se hubiera convertido en un miembro de la guardia real en su juventud?
La historia se remonta un poco antes de la rebelión de Roberth y desde ahí, en adelante.
Todos los personajes pertenecen a George R. R...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
◦•●◉✿✿◉●•◦
Leonor Tully, era la menor de las hijas de Lord Hoster Tully, cuando su madre la trajo al mundo y falleció unas horas después, dejando así a cuatro hijos y un esposo a solas. Desde que Leonor creció en Aguas Dulces, lo hizo sin una madre y con el rotundo rechazo de su hermana Lysa, quien constantemente la veía como la culpable de la muerte de su madre, razón por la cual Leonor se sintió diferente al resto desde temprana edad.
Su hermana mayor Catelyn Tully era prácticamente su madre, con amor y esmero, Catelyn trató de cuidar fervientemente de Leonor, pero a medida que crecía Leonor desarrollaba actitudes heredadas de su tío Brynden Tully lo que siempre fue un problema para ella.
Sentirse diferente, la llevó a ser diferente y actuar diferente a las demás damas, ella veía que Catelyn y Lysa se vestían con hermosos trajes de seda y vestidos largos y hermosos que ellas mismas se hacían, nadie obligaba a Leonor a actuar como una dama excepto su hermana Cat, su padre cedía a sus encantos y siempre terminaba dándole la razón, pues era su tesoro más preciado después de Cat.
Amaba escalar la copa de los árboles, o quedarse a la orilla del pequeño puerto apuntando con su flecha a algún pájaro con mucha precisión. Siempre fue dotada de eso, actitud y fuerza, como si hubiera nacido para ser hombre y los dioses se hubieran equivocado de cuerpo.
Cuando tenía quince años, su padre Hoster acogió a un chiquillo muy delgado y minucioso llamado Petyr Baelish, quien que no agradó para nada a Leonor y alguien que desde que lo vio supo que no iban a llevarse bien y fue así como pasó, Peter se enamoró perdidamente de Catelyn, pero ella lo rechazo pues estaba enamorada de Brandon Stark, heredero de Winterfell con quien su padre, más tarde la comprometió.
Antes de la Rebelión de Roberth, Leonor había viajado en una oportunidad con su padre a Desembarco del Rey, donde conoció al hijo del Rey, Rhaegar, desde ese momento, Leonor supo que no había nacido en un cuerpo diferente, solo tenía distintos propósitos y convicciones, pues se enamoró perdidamente de él, un amor que pasó a ser más bien platónico, un amor que jamás existió realmente.
Cuando volvió a casa con su padre de su largo viaje, Leonor le contó a Catelyn que había conocido al príncipe Rhaegar, confesándole que probablemente estaba enamorada por primera vez en su vida.
—Es muy grande para ti — le dijo Cate mientras cepillaba el largo cabello rojizo de Leonor.
—No voy a casarme con él — refunfuñó Leonor tras arrugar su pequeña nariz — no voy a casarme con nadie nunca; pero eso no quiere decir que nadie pueda gustarme.
— Pero ¿El príncipe Leo? ¿No crees que es demasiado?
Leonor giró los ojos y suspiró frustrada, Cate comenzó a trenzar el cabello de su hermana pequeña mientras ambas miraban por la ventana hacia el río, Leonor aquella noche se encontraba algo deprimida, su hermana pronto se casaría y se iría a vivir a Winterfell, dejándola a solas con la pesadilla de su hermana Lysa, Edmure no contaba mucho, siempre había sido un tonto y Leonor lo evitaba como si fuera un espectro, no solo por su torpeza, Edmure también le seguía las bromas a Lysa y su hermandad no fluía debido a eso.
Cate se quitó la bata y se acostó junto a su hermana en la cama de paja, Leonor se refugió en el regazo de Catelyn mientras pensaba en esto.
—Cuando te vayas a Winterfell, ¿Podré visitarte?
—Claro que podrás, te recibiré con los brazos abiertos
Leonor suspiró
—Brandon prometió enseñarme a usar la espada — comentó emocionada.
Catelyn sonrió y movió la cabeza.
—Las damas no usan espadas, Leonor
—No me interesa ser una dama, tú más que nadie lo sabe — Leonor se sentó en la cama y miró a su hermana fijamente — ya hablé con padre, le dije que quería prepararme para entrenar, que estaba bien si no quería que usara armadura, pero que me permitiera entrenar.
Catelyn suspiró.
—Solo acepta porque eres su debilidad — murmuró con una sonrisa melancólica — eres lo ultimo que le quedó de mamá y te adora — Catelyn tomó el mentón de Leonor — tienes la ternura y delicadez de mamá, pero lamentablemente heredaste la obstinación del tío Brynden.
Leonor rió detenidamente y se volvió a acostar junto a su hermana.
—¿Amas a Brandon Cat?
—Lo quiero mucho, sí. Es un buen hombre
Leonor hizo un mohín y cerró los ojos antes de dormirse.
—El amor es debilidad — dijo y Cat se quedó perpleja — y espero no amar nunca a nadie.
—Esas son palabras muy traicioneras, Leo — le reprochó
Pero la chica no respondió, se hizo la dormida mientras contemplaba la oscuridad, sin saber que responderle a su hermana mayor, la única que era capaz de entenderla pese a lo obstinada y terca que Leonor era.
