Capítulo 14.

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Pov Holly.

Si de algo me había vuelto enemiga, era del alcohol hospitalario, Hellen había curado los rasguños con ese líquido infernal, me quejaba por el maldito ardor y ella solo se molestaba porque según ella me movía demasiado, en verdad dolía mucho.

—Holly por favor, quédate quieta —me regaño Hellen molesta por décima vez.

—No, eso duele como los mil demonios —chille molesta por el ardor de las heridas.

Ella solo negó molesta con la cabeza y guardo todo en un pequeño botiquín de primeros auxilios que había en el baño, no pude despedirme de Nathalie y Sam, pero deseaba que llegaran con bien a su luna de miel, pues se lo merecían, tome un suéter tejido junto a un pantalón de chándal blanco, me los coloque lo más rápido que pude y Hellen se marchó de la habitación dejándome sola, aunque la noche anterior había dormido sin Nath en la habitación, Matthew había dormido en su lugar.

Organice toda la maleta porque mañana a primera hora nos iríamos a Australia de nuevo, ya quería volver para buscar a mis padres, aunque al principio tuve miedo de hacerlo, ya no hay duda alguna de que quería volver con mi familia, cuando termine de alistar la dichosa maleta tome el diario, claramente lo había traído para no aburrirme en caso de que quedara sola como en este momento, abrí la cuarta hoja, la misma letra.

''Han pasado 2 meses desde que no se nada de Carter, sinceramente comienzo a dudar del supuesto amor que decía tenerme, después de saber que perdí al bebe todo en el cambio, su atención hacia mí, su cariño, su calor, él es otra persona, no es aquel chico que conocí en una feria hace 6 meses y me enamore''.

Cerré el libro, me sumergí en mis tontos pensamientos, el nombre Carter y la feria hizo que recordara algo de mi pasado.

2 años atrás.

—Holly ven aquí, no huyas —me grito mi hermana Khloe desde un puesto de dulces.

Camine hasta ella y observe que junto a ella estaba el mismo chico rubio con un gran oso de peluche en sus manos sonriendo, me acerque a él y lo abrace inhalando su perfume varonil, solo lo mire a los ojos y sonreí enormemente.

—Toma pequeña —me miro sonriendo; —es para ti, te amo Holly —me paso el oso.

—Carter, es hermoso, yo también —abracé el peluche

—Al igual que tu novio —bromeo coqueta mientras él solo me miraba atento.

—Eres un presumido Adams —golpeé su hombro juguetonamente.

Él solo me abrazo y dejo un casto beso en mi frente, nos separamos y entrelazo nuestras manos, mientras que mi hermana nos veía bastante emocionada, caminamos hasta una atracción en donde está, quedaba elevada en el aire estático, nos subimos los tres y nos elevamos en el aire.

Actualidad.

¿Por qué no pensé antes? el mismo Carter Adams era mi novio y había tenido algo que ver con la chica que escribió el diario, había embarazado aquella chica y ella perdió el bebe, ¿pero quién era la dueña de este dichoso libro?, aunque no me dolía lo que acaba de descubrir porque no recuerdo nada de mi pasado y daba gracias a Dios porque no quería estar a moco tendido por un idiota que no supo valorarme, sentí unos toques a la puerta y guarde rápidamente el diario bajo la cama bastante apurada.

— Adelante —grite dando paso a quien tocaba.

Entro Daka con varias bolsas de dulces en la mano, se sentó junto a mí y dejo caer todos los paquetes de dulces sobre la cama, eran caramelos y chocolates. Me extendió uno y lo acepté gustosa.

—Mañana regresarán a Australia —se escuchaba triste por nuestra gran partida; —nosotros volveremos a Londres y no sé cuando te vuelva a ver, quería hablar contigo de lo que paso en la fiesta —me tomo de la mano delicadamente.

—Daka, no quiero hablar sobre eso, por favor —desvié la mirada hacia la puerta avergonzada; —hablemos de otra cosa —la miré de nuevo con una sonrisa débil.

Ella solo asintió avergonzada por su comentario, tomó un chocolate y se lo llevo a la boca, quería probar más de este maravilloso dulce, aunque llevaba quizás meses sin probar algún tipo de caramelo, me gustaban mucho los chocolates.

—Cuéntame como es tu vida en Londres, debe ser una ciudad hermosa — La miré y ella sonrió ampliamente.

—Vivo con mis padres, aunque mi mamá siempre ha dicho que me tengo que casar con el hijo de un millonario para no pasar decadencias, pero es imposible porque estoy saliendo con un chico de mi universidad, Holly —me miro sonriendo; —se llama William —añadió llevando otro dulce a su boca.

—Se ve que tu mamá es bastante, no sé peculiar —bromee riendo.

—No te alcanzas a imaginar las veces que me ha regañado solo por no seguir las reglas; —me brindo una amplia sonrisa; —mi hermano siempre dice que luche por lo que quiero; —se llevó una mano a su cabello rubio y comenzó a jugar despreocupada.

—Tu hermano tiene razón, siempre hay que luchar por lo que quieres —asentí con una media sonrisa.

QUIÉREME DESPACIO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora