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El 80% de la población mundial ha desarrollado superpoderes. Como consecuencia, han surgido tantos superhéroes como supervillanos. 

                          
Izuku Midoriya es parte de ese 20% restante sin ningún poder o habilidad en la que fuera superior al resto, esto se lo dejaron bastante claro a sus tan solo cuatro años de edad, donde un médico informó a su madre y a él sobre que nunca tendría alguna peculiaridad. 
                          
Para él fue duro, a decir verdad, en ese entonces él soñaba con ser un héroe tal como All Might y al saber que eso jamás se lograría fue más que un poco devastador para su persona.
                          
Fue brutal a decir verdad, todos sus sueños destrozados a una edad tan joven...
                          
Lo que más lo marcó en ese momento de su vida fue la reacción de su madre, su amada madre.
                          
Ella se disculpaba reiteradamente mientras que lloraba con desespero, como si sufriera una angustia igual o mayor que la del propio Izuku. En ese momento Midoriya Izuku pensó que su madre estaba decepcionada de él, pensó que era un hijo inútil, que no era suficiente; ahora sólo piensa que ella pensaba en él y en su pobre sueño roto.
                          
Que se disculpaba por su propio pesar, por pensar que ella no podía hacer nada por su propio bebé.
                          
Aun así, en su angustia, Izuku no vio eso y solo se hundió más en su tragedia, hasta que tuvo que aprender a vivir con la noticia de su normalidad.
                          
Luego de eso tuvo que tolerar un par de pequeñeces más como el constante bullying que su supuesto "mejor amigo" le propinó al (según él) ser mejor que Izuku. 
                          
Al igual que con su madre, la situación le dolió en el alma. Kacchan en ese momento era para él su mi mejor amigo, casi un hermano de otra madre, y aún así él no lo pensó más de una vez para hacerle "la vida imposible".
                          
Sin embargo sus desgracias no eran nada en comparación a lo que su destino estaba preparando para su futuro, para ser más exactos para cuando tenía tan sólo 10 años de edad.
                          
Eso fue lo que definitivamente hizo la diferencia en su vida, fue lo que lo llevó a la actualidad.
                          
La actualidad en la que sostenía una conversación con él mismo, o mejor dicho, con su otra personalidad.
                          
—¿Crees que me recuerde? Han pasado ya cinco años...

                          
—Tu madre no te ha olvidado, tranquilo Deku. Sólo fueron aproximadamente 157.680.000 segundos de que te fuiste, eso no es nada en esta vida.

                          
—Pero Izu, ¿y si ya tiene otro hijo? ¿Y si simplemente se olvido de mí? Quizá vamos a llegar a la casa y ella no va a estar y nos van a decir que se mudó hace tres años y no saben nada de su paradero o través... —No pudo seguir ya que "Izu" lo interrumpió.

                          
—¡Deku! Tranquilo. Si es que tu madre no está pues simplemente la buscaremos, si es necesario recorreremos el mundo entero, pero la encontraremos. Tenlo por seguro.
                          
—Gracias Izu...

                          
Sus conversaciones eran normales sin tomar en cuenta que técnicamente sólo tenía un emisor/receptor.
                          
A pesar de que ambas personalidades eran completamente diferentes estas convivían en armonía la mayor parte del tiempo. 
                          
Izu solía ser el más frío y calculador, él fue quien tomó las riendas de sus vidas y gracias a él ahora Midoriya Izuku (ambas partes) era capaz de respirar aire puro.
                          
En cambio Deku era como la esperanza del cuerpo, se opone a la violencia a menos que sea estrictamente necesario. Es el más frágil y animado. Sin él Midoriya Izuku (todo él) hubiera perdido la esperanza y se hubiera rendido sin siquiera luchar.