Capítulo 1

                                    

                                          
 Losing friends and I'm chasing sleep
Everybody's worried about me
In too deep, say I'm in too deep
And it's been two years
I miss my home
But there's a fire burning in my bones
And I still believe
Yeah, I still believe 
                          
1. 

                          
     Las agujas del reloj parecían moverse con suma lentitud dentro de la clase de Historia, las explicaciones que la profesora Letich nos daba seguían de largo por mis oídos debido a que tan sólo quería que sonara la maldita campana y largarme a casa para poder ver a mi madre luego de tanto tiempo. A su vez que la clase avanzaba, mi mano deslizaba el fino lápiz por la hoja, dibujando así el último trazo de mi dibujo cuando oí la voz de la profesora nombrarme.

                          
— Señorita Raymond- levanté la vista de mi cuaderno para dirigirla al frente de la clase
                          
— ¿Si?- pregunte notando mis mejillas enrojecer al ver como la clase se daba vuelta guiando sus ojos hacia mí.
                          
— ¿Cómo cree que tomaron los españoles que los borbones aparecieran al frente del poder político?- me pregunto con una malévola sonrisa en el rostro, dude por unos segundos sin saber que contestar, ya que no había oído ni una sola palabra de toda su explicación.
                          
— ¿Mal?
                          
Las risas invadieron al completo salón ante mi incoherente respuesta, los pequeños ojos de la profesora Letich perforaron mi rostro con suma severidad antes de apuntarme con uno de sus dedos
                          
— Hágame el favor de prestar más atención y pasar por el salón de detención apenas termine esta clase.
                          
Asentí resignada cerrando mi cuaderno de apuntes, escuchando minutos más tarde como la campana sonaba dando así por terminada la clase. Recogí mis útiles guardándolos dentro de la mochila y salí del salón después de recoger mi nota para entrar a la clase de detención. 
                          
Los alumnos que con frecuencia visitan las clases de detención hacen correr la voz de que el profesor que se encuentra a cargo de aquel salón es un firme consumidor de marihuana y que ignoraba a todos sus estudiantes, pero aun así detestaba concurrir debido a que lo único que veía allí dentro, cada vez que me mandaban a ocupar uno de los lugares vacíos dentro del salón de detención, eran los vagos que se salteaban clases o idiotas que no les importaba su futuro ni un poco. Lamentablemente y aunque no sea de mi agrado estar aquí, en lo que va del año ya será la sexta vez que asisto debido a mis continuas llegadas tardes y como se habrán dado cuenta, por mi importante falta de atención, más que nada durante esta última semana.
                          
Teclee un rápido mensaje para mi amiga Chloe una vez que me hube sentado en un asiento y dejado la nota que la profesora Letich me dio sobre el escritorio del profesor yunkie.
                          
Para: Chloe 
                          
"Clase de detención otra vez, te veo más tarde xx ; )"
                          
Mire mi reloj de mano y observe que había llegado apenas cincos minutos tarde pero aun así el señor "no le doy importancia a mis alumnos" no me dijo nada.  Desde el asiento en el que me encontraba recorrí la sala con mi mirada, viendo y observando a los mismos de siempre pero a diferencia de veces anteriores, hoy él estaba allí, su cabello rubio a medio despeinar y sus hermosos ojos celestes brillando por la luz exterior que lograba entrar por una de las ventanas abiertas. Aquel sujeto era Brandon Cooper, era el Quarterback de nuestro equipo escolar y mi amor platónico desde preescolar aproximadamente y también era la primera vez que lo cruzaba aquí ¿Que habrá hecho? 
                          
De cualquier forma trate de no darle importancia a su presencia y saque mis útiles para poder adelantar un poco de la tarea de literatura. Las hojas comenzaron a deslizarse de atrás para adelante en mi cuaderno rápidamente debido al movimiento que mi muñeca realizaba hasta que me detuve de golpe, observando sin poder creer lo que mis ojos veían.