Capítulo veinticinco
León
Sentí como todo el aire se escapaba de mis pulmones y también un peso extra que no me dejaba recuperarlo. Abrí mis ojos para encontrarme a mi novia sobre mí con una grande sonrisa.
—¡Feliz cumpleaños número 20! —dijo gritando en mi rostro aun adormilado—. Levántate viejito —soltó una carcajada que fue acompañada por mi risa.
—Sería más fácil levantarme si no estuvieras sobre mí —ella sonrió y rodó para quedar recostada a mi lado—. Buenos días —le dije una vez que había conseguido respirar con normalidad.
—Buenos días —posó una mano sobre mi mejilla—. Son las diez de la mañana y tú aun sigues dormido, se nota que la edad te está haciendo efecto.
—Muy graciosa, linda, pero sólo soy un año y nueve meses mayor que tú, no me digas viejo que me lo voy a creer.
—Como sea, ¿Qué quieres que hagamos hoy? Ya que es tú día haremos lo que quieras —la sonrisa se mantenía en su rostro.
—Perfecto quiero pasar todo el día en la cama contigo —dije seriamente y la sonrisa de Gia se borró al instante. Conté en mi mente diez segundos para esperar alguna otra expresión pero al ver como su rostro se congeló y no dio señales de vida solté una carcajada—. ¿Qué clase de cosas sucias estás pensando? —le pregunté y su expresión cambió.
—¿A… ahora yo soy la mal pensada? —preguntó levantando la voz—. Lo dijiste con toda la intención de que sonara de esa forma —se sentó en la cama y se cruzó de brazos—, aunque sea tu cumpleaños deberías ser más serio…
—¿No crees que soy serio al pensar en hacer el amor contigo? —pregunté totalmente serio imitando su acción de sentarme en la cama, de esa manera obtuve una mejor vista de su rostro ahora completamente rojo por mis anteriores palabras—. ¿No has pensado en eso? —pregunté sin abandonar mi expresión, quería que Gia supiera lo sincero que era al hablarle sobre eso.
Ella negó con la cabeza sin voltear a verme, sus manos estaban sobre su pecho apretando fuertemente la blusa azul que llevaba puesta, seguramente la había escogido porque ese era mi color favorito, su rostro aún seguía rojo y su mirada parecía perdida como si estuviera formulándose alguna idea, esperé hasta que ella quiso hablar.
—Aunque tengo 18 años —dijo murmurando—, no he pensado en nada así. Es decir, dormimos juntos desde hace un mes y me parece bien pero… no sé. Te quiero pero no creo poder estar lista para algo así, es sólo que, ya sabes, miedos e inseguridades yo…
La silencié con un beso y pude sentir lo tensa que estaba así que acaricié lentamente su mejilla con una mano y con la otra empecé a hacer caricias a lo largo de su brazo, tardó unos segundos en seguir mi beso pero mientras tanto no hizo ningún intento por apartarse, un minuto después seguíamos un ritmo con nuestros labios. No sé cuándo fue que nos movimos pero cuando menos acordé Gia estaba sobre mi regazo, sus brazos alrededor de mi cuello y nuestros cuerpos lo más juntos que nos era posible mantenerlos.
Me aventuré un poco y bajé una de mis manos hasta su cadera la dejé ahí unos segundos y poco a poco fui levantando su blusa para poder tocar su piel, se sentía cálida. Separamos nuestros labios apenas unos segundos para poder tomar aire y fue ahí cuando Gia se dio cuenta de que mi mano estaba tocando su piel desnuda, se removió incómoda sobre mí pero tampoco intentó apartar mi mano, me dedicó una sonrisa tímida y nuevamente se acercó a mis labios. Lentamente retiré mi mano mientras nuestros alientos se mezclaban (no nos habíamos besado, sólo teníamos nuestros labios a centímetros de distancia).
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Kiss me, baby (KMB Libro #1)
Teen FictionLeón ¿Qué pasaría si un día encuentras una caja fuera de tu puerta con un bebé dentro? Sí. Un bebé. Ah y una nota, la nota es muy importante ya que fue como me enteré de que era padre a los 18 años de edad. Gia Tratar de ser una chica normal en un c...