Capítulo 17.

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-Y te gusta?

Cada vez más.

Agos Pov's

Sus besos eran adictos, sus labios suaves y mojados, sus besos tenían gusto a menta y metal. No podía ni quería romper el beso, ninguno de los dos quería. Nuestros labios se movían al compás. El timbre de salida suena en toda la escuela haciendo que el beso se rompa. Mi mirada baja al suelo, no podía mirarlo la vergüenza me ganaba, el calor no tardo en subir a mis mejillas. Su mano se posa en mi barbilla y hace que lo mire. Sus ojos brillaban y expresaban admiración, deseo... no sabía cómo interpretarlo.

-¿Por qué pelearon? – La pregunta que más rondaba por mi cabeza sale sola por mi boca. Sus ojos se apagan y dejan demostrar ese bello brillo.-

-¿Tanto te importa? –Su voz vuelve a ser cortante y áspera.-

-Yo... -Vuelvo a mirar al piso por la vergüenza. Solo quería saber por qué... ¿el por qué se habían peleado? Veo como alumnos salen de sus cursos y caminan hacia la salida, otros al campo del instituto a practicar. Veo que no contesta entonces me separo de él, ya que gracias al beso estábamos muy cerca.- Lo siento.- Después de decir eso, empiezo a caminar hacia el aula para buscar mis cosas.

Al llegar al aula, esta estaba vacía como lo suponía. Agarro mis cosas pero escucho que alguien cierra la puerta, sabía quién era pero no podía mirarlo a la cara.

-Fue por ti... Por ti nos peleamos –Al decir eso mis ojos van directo a los suyos buscando una respuesta a todas mis dudas, pero no las encuentro.- No quiero que él te lastime. –Eso lo dice tan bajito que no se si lo dijo o me lo imagine.-

-¿Por qué... -Dude en hacer esa pregunta pero al final me anime.- ¿Por qué te importa tanto? –El me mira y en sus ojos refleja que mi pregunta le dolió.-

-Enserio no te has dado cuenta.- su voz sonaba dolida. Yo niego en respuesta.- Agos, me gustas... desde el primer día me gustaste, después te conocí y me gustabas más.- Al decir eso se acercó a mi dejándonos solo a centímetros su cuerpo con el mío.-

-Yo no... no puedo...

-¿No puedes qué? –Dijo eso brusco. Mi mirada baja al piso por la vergüenza.- ¿No puedes gustarme? – Yo solo asiento en respuesta.- ¿Por qué no, Agos? Dime... -Mi mirada sube. Nuestras bocas están a milímetros de tocarse de nuevo.- Dime porque no puedes gustarme y te juro que no te doy el beso que tanto estoy deseando darte.-

-No lo vez –Con mis manos me señalo.- No soy bonita, soy una suicida, gorda, no valgo la pena, Soy la sonrisa forzada de las 9:30 a.m. y él ""Estoy bien" de las 4:45. Soy el "No tengo hambre, cenare después" de las 9:00, Soy él "Duérmete ya" a las 2:30. Soy el "Insomnio" de las 3:15. Soy las "Lágrimas" a las 4:35. Soy la "Sangre" de las 5:08.- Mis lágrimas no tardan en llegar.-

Veo como él está en shock por todo lo que dije, pero a los segundos reacciona, limpia con su dedo las lágrimas que bajan por mis mejillas y responde:

-Pues yo te ayudare a que esa persona quien crees que eres cambie, y te veas como yo te veo

-¿Así? ¿Cómo me ves? –Esa pregunta sale de mi boca sola sin antes pensarla.-

-Hermosa, brillante, fuerte, una chica que está llena de inseguridades pero nunca lo muestra, una chica que tienes esa luz propia que brilla con todo su esplendor y no se da cuenta porque es natural.- Sus labios cada vez están más cerca de los míos.-

Sin pensarlo dos veces, esta vez soy yo la que junta nuestros labios en un beso suave. ¿Por qué lo beso? Porque él era el único que me podía ver sin vendas sin mentiras y no le daba miedo ni pena, lo sabía lo sentía. Él era el único que aun sabiendo mi realidad se quedaba y luchaba conmigo en esta guerra sin fin conmigo misma, que no paraba.

Al separarnos nuestra respiración era agita y nuestros ojos no podían despegarse uno del otro. La puerta del curso se abre y por esta entra el conserje quien nos mira con curiosidad.

-Chicos, todos los alumnos ya se han ido. –Mi cara debe ser toda una exposición. Agarro mis cosas del suelo, que gracias al momento se habían caído al suelo, la mano de Nicolás se junta con la mía entrelazándose con dulzura y salimos de ahí despidiéndonos del conserje.

-Te llevo a casa, ven.- Nuestras manos todavía estaban entrelazadas y eso me gustaba.-

-No, está bien. Puedo ir a casa sola. Ya es tarde, tal vez te estén esperando en tu casa –Dije como excusa. Lo que más quería era que él me llevara a casa. ¿Por qué no lo hacía? Fácil. La última vez que estuve así de cerca con Nicolás en mi casa, Francisco casi lo mataba, no quería que él se enterara que mi padrastro se usaba sexualmente y era el dueño de todos mis cortes.-

-Está bien, déjame llevarte a la parada por lo menos.- Lo miro curiosa. No va a insistir.- Sé que lo que dijiste es una excusa, Agos. Pero no te obligare a que me lo digas, pero tienes que saber si quieres hablar ahí estaré yo para ti. –Como en respuesta me acerco a él y le doy un beso en la mejilla.- ¿Vamos? –Asiento.-

Al llegar a la parada, desabrocho el cinturón y me despido de é.

-Gracias –Digo agradecida. Bajo de la camioneta pero antes de poner un pie en el asfalto su mano toma mi muñeca.-

-Agos... -Suena nervioso.- Lo de hoy...

-No te preocupes, no le diré a nadie –Dije desanimada. Sabía que esto no podía ser tan perfecto, es que era mi vida nada en ella es perfecto y mágico.-

-No, ¿Qué dices, Agos? Lo que iba a decir antes de que me interrumpieras... -dice sonriendo.- Lo de hoy que mañana no cambie, por favor. No quiero que lo que paso hoy, mañana sea nada. Para mi enserio eres importante y no quiero que mañana cambié todo.- Después de decir eso mis brazos se unen a su cuerpo un abrazo confortante.-

Le digo al oído.- Para mí también lo de hoy fue perfecto e inolvidable.- Sin más retrasos bajo de la camiones.- Nos vemos mañana.-

-Adiós preciosa.- Eso hace que me sonroje por milésima vez en el día.-

El micro no tarda en llegar. Al subir, pagar y sentarme mi mente viaja por miles de pensamientos:

Lo que paso hoy ¿Era real? ¿No era un sueño? Me pellizco las majillas y ahogo una mueca de dolor. La mujer que estaba sentada al lado mío me mira mal y se va, no aguando y suelto una risita. Él enserio me había besado. A Nicolás yo... le gustaba. No podía creerlo. Cada vez que recuerdo el beso me sonrojo. No podía ser! Me le había declarado a Nicolás: "Pero ya no siento lo mismo, ahora creo que me gustas tú". Pero él también se me había declarado. Entonces ¿Qué éramos? ¿Novios? ¿Seguíamos siendo amigos? Saco cada suposición. Ya no me importaba nada. A Nicolás le gustaba!! La sonrisa no podía borrarse de mi cara.

El micro se detiene en la parada donde tenía que bajar. Mi mente no podía dejar de pensar en el grandioso día que había sido hoy. Antes de llegar a mi casa siento gritos en la casa de al lado... La casa de Katerin. Miro hacia esta y por la puerta sale mi amiga y viene hacia mi llorando y me abraza de repente y le correspondo el abrazo y acaricio su pelo, sabía que estaba mal y me necesitaba... y como ella estuvo para yo estaría para ella.

Cada Corte Un Dolor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora