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- Emmm... Esto.... -¿y ahora qué?

Dejó de agarrarme y lo único que escuché fue un suspiro de su parte mientras miraba al techo. Debo de ser una carga importante para él... .

-Escuche, siento llegar tarde, pero por su propio bien espero que no pensara en faltar al castigo. Hacer eso equivale a una falta grave. Píenselo la próxima vez.

-Lo siento, pero al ver que no llegaba pues... -me dirigió una mirada, acto seguido extendió su mano hacia mi.

-Ten.

Estaba confundida... Era una bolsa blanca la que tenía en su mano. Acepté aquella bolsa, sin embargo no la abrí, seguía mirándola como estúpida.

-Es ramen.

¡Ramen! ¡Comida! Pero.... Un momento, ¿por qué?

-No iba a llegar tan tarde, al parecer le gusta hablar en voz alta. -soltó una pequeña risa. -Y tampoco me vio. Escuché que tenía hambre y recordé que anoche antes de ir a casa paré en un supermercado para comprarme la cena. No llegué a agarrar la bolsa que dejé en el coche, simplemente se me olvidó. Al entrar en casa me tumbé en el sofá y fue cuestión de segundos para quedarme dormido.

-Yo.... No puedo aceptar esto. -no puede ser, él también se tiene que alimentar.

-Tranquila, comí muy bien en la hora del recreo si es eso lo que le preocupa. Estoy lleno.

Me quedé en silencio mirando al suelo. ¿Debería aceptarlo de todos modos?

-No se quede ahí. -sacó unas llaves de su bolsillo y abrió la puerta de su despacho. -Pase, podrá comer aquí dentro, no la echaré la bronca.

 Seguía en silencio, lo único que hice fue obedecerle. Él me indicó una silla, señal de que podía sentarme ahí.

 Miré la bolsa, realmente estaba agradecida.

-No sea tímida.

-Sí... -saqué el ramen de la bolsa y lo puse en la mesa. -Muchísimas gracias, de verdad.

-Que aproveche. -me dedicó una sonrisa más amplia de lo que normalmente estoy acostumbrada.. Su sonrisa también es jodidamente preciosa.

 Su sonrisa también es jodidamente preciosa

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-Sí, gracias. -le devolví la sonrisa. Al abrir el ramen me di cuenta de algo...

-¿Sucede algo?

-Eh... Le faltaría el agua...

-Oh.... Aish, ahora vengo. No toque nada.

 No llegué a pronunciar ninguna palabra, pues se había ido más rápido de lo que esperaba. ¿A dónde va? ¿Una emergencia?

 Aish... ¿cómo me como yo esto ahora? Mi estómago no para de rugir.  Si mí castigo se basa en pasar hambre mientras espero a mi tutor a que regrese de Dios sabe dónde... Me hubiera ido a casa desde el principio.

Mi nuevo profesor [JiMin & tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora