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Una puerta siendo abierta fue lo que me despertó de mi ensoñación.
Moví mis manos de su nuca a su pecho para alejarlo, a lo que el gruño en protesta y recorrió con su lengua mis labios. De reojo pude ver a el director de mi escuela, o Samuel como lo llamaba el tipo que me tenia acorralada contra la pared y trataba de que mis labios se movieran.

Tanto fue mi desesperación de que me soltara que lo empuje y di una cachetada. Por lo cual comencé a quejarme, el ni siquiera hizo una mueca de dolor.  Mi muñeca estaba que explotaba de dolor.

—yo..yo lamento haber interrumpido alpha– murmuro Samuel un poco apenado.

— eso ya no importa, has pasar al doctor a mi recamara y que me espere Allí.

El solo asintió y se retiro.

—¿estas...

Trato de preguntarme como estaba pero no lo deje terminar.

—estoy como la mierda.

El levanto con su mano mi barbilla y me observo fijamente, un azul brillante fue lo que me encontré al observar su mirada.

—vamos.

.

.

.

Una cuantas horas después me encontraba vestida como la gente normal, traía puesto un vestido delgado y sencillo.
Una ducha relajante fue lo que recibí después de que un doctor me revisara la muñeca, me hicieron tomar un medicamento con el cual en 2 minutos ya no sentía ni un mínimo dolor en la muñeca, haciéndome pensar que son brujos pues eso no creo que sea normal.

Me senté en la gran cama que se encontraba en medio de la elegante y enorme habitación, suspire cansada al saber que esto era un secuestro demasiado raro.

Después de que el doctor se fuera el adonis que me beso y dijo que era suya, me dijo su nombre.
Mattew un lindo y varonil nombre. Dijo que en cuanto terminara de darme un baño, fuera a su oficina y ahí me explicaría todo.

Me pare de la cama y camine hacia la puerta. Con las indicaciones que me dio Matt llegue hasta la puerta indicada.
La abrí sin tocar, al tan solo dar un paso dentro de la habitación mi corazón se acelero, algo de lo cual no estaba acostumbrada.

Mattew me observo serio por unos segundos hasta que escaneo como venia vestida y sonrió.
Me indicó que me sentara y se aclaro la garganta.

—primero que nada, no quiero que huyas, aceptare tus condiciones si es necesario, pero te pido que me escuches con atención.

Asentí.

El suspiro y recargo sus codos en el escritorio viéndome fijamente.

—soy un licántropo.

Una sonrisa risueña apareció en mis labios.

—un hombre lobo.

El me miro un poco enojado por mi interrupción pero aun así asintió y continuo.

—los hombres lobo somos seres sobrenaturales los cuales pertenecen a...

Lo interrumpí de nuevo.

— manadas, las cuales son dirigidas por el lobo al mando o el lobo designado a ser un tipo amo de la misma. Este controla y protege el lugar en el cual viven.

El suspiro resignado y aun así siguió.

—se les llama alpha, este como ya dijiste se encarga de proteger a su manada junto con su mano derecha su beta. El cual es su mas fiel compañero aparte de su luna.  Su luna es la que se encarga de mantener la tranquilidad en la manada. Al igual de dar a luz al siguiente alpha. La luna es el alma gemela del alpha que es elegida por la misma madre luna.

DE MI PROPIEDAD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora