la escuela tiene que saber

                                    

                                          


                          
            
                          
En lo que restaba de ese día tan horrible, Remus John Lupin había desaparecido, nadie sabía a donde había ido y tampoco lo buscaron, sabían el dolor que todo esto le causaba. Severus Snape se encerró en su habitación y no salió de ahí, seguramente llorando y viendo la foto de él y su hermanita, la segunda mujer que había amado y se estaba por ir también. Por otro lado, el par de gemelos, y todos los amigos de Camila Striklen, acudieron a sus clases las primeras horas, pero luego con el permiso del profesor Dumbledore, tuvieron el día libre, y se lo pasaron en el lago. Sergio Striklen se la paso discutiendo con Dumbledore, pero entrada la noche se rindió, y decidió dejar a su nieta al cuidado de Madam Pomfrey. La noticia de que algo extraño había sucedido en la mañana no tardo en saberse por todo el colegio, y todos deseaban que llegara la hora de la cena para saber porque tanto misterio por parte de algunos profesores. Sin embargo Katherine, se había encargado de decir que Camila se había vuelto loca, etc.
                          
La hora de la cena llego y todos los alumnos estaban ya sentados en sus respectivas mesas, incluso Snape y Lupin habían aparecido. Dumbledore se paró e inmediatamente todos hicieron silencio.
                          
-bueno, supongo que ya sabrán que algo ha pasado esta mañana, y creo que todos tienen el derecho de saberlo, sobre todo para silenciar algunos rumores que han difundido sobre la señorita Striklen. He estado pensando la manera de decírselos, pero realmente no creo que lo haya, así que es mejor no dar más rodeos y comunicárselos; hoy en la mañana la señorita Camila Striklen ha... intentado quitarse la vida- el gran comedor quedo en completo silencio, todos estaban impactados- ella tuvo una vida muy injusta y simplemente quiso descansar, pero por suerte y gracias a su lechuza que dio con los profesores Lupin y Snape, pudimos salvarla, pero lamentablemente se encuentra en coma. Yo les pido que no pregunten el porqué de su decisión, ni que la juzguen... ella era cerrada a los demás, pero siempre ayudo a quien lo necesito, por eso propongo un brindis por Camila Striklen-inmediatamente todos alzaron sus copas, menos Katherine y sus amigas- para que salga del coma, y pueda ver la vida de una manera diferente, por su salud y felicidad, SALUD –alzo la copa y tomo zumo de calabaza.
                          
-yo quesera decir algo- dijo el abuelo de Camila, Albus le hizo una señal con la cabeza dándole permiso- mi nieta ha tenido una vida demasiado difícil, y yo no pude hacérsela más fácil-empezó con la voz quebrada- a los cuatro años su padre murió, y en cierto punto ella tuvo que ver, ya que como toda niña quiso defender a su padre de un robo, pero su padre por protegerla murió, es el día de hoy que ella se siente culpable a pesar que le he repetido miles de veces que no era si, que no era su culpa, pero nunca pude hacer que cambiara de opinión. A los ocho años la madre la abandono diciéndole que no podía seguir viviendo con quien había matado al hombre de su vida, y simplemente se fue, sus amigos le dijeron cosas espantosas y la dejaron sola, solo me tenía a mí y yo a ella y desde entonces trate de darle lo mejor que pude pero se ve que no pude –Sergio estalla en llanto- no pude evitarle un dolor que no se lo deseo a nadie, y por no saber protegerla hoy está en coma. Y me siento muy mal porque no pude hacer que viera lo hermosa que es la vida- tomo aire y siguió hablando- Cami es mi nenita, es lo único que me queda, y por favor, pido que recen por ella... gracias- se limpió las lágrimas y fue a sentarse en la mesa de los profesores.
                          
-gracias Sergio por esas hermosas palabras, ten por seguro que se recuperara, ahora pueden comer-dijo Dumbledore
                          
Las conversaciones en el Gran Comedor empezaron, todos estaban demasiado conmocionados con la noticia, todos conocían a Camila y la mayoría tuvo su ayudo en algunos deberes, sabían que no era muy carismática, o al menos así se mostraba, pero siempre estuvo dispuesta a ayudar a los demás. Las únicas que no estaban tristes eran, obviamente, el grupito de amigas de Katherine, quienes hablaban y reían de sus cosas, quedando como unas desalmadas.