Cumpleaños (Parte 2) 18 años

                                    

                                          
Capítulo 22
                          
Gia
                          

                          
Las cosas habían salido mejor de lo que esperé. La familia de León había decidido adelantar un par de días sus vacaciones para que mis padres me dejaran ir y también llegar a tiempo para pasar mi cumpleaños con ellos. De esa manera fue como funcionó.
                          
Terminé de preparar mi maleta tan sólo 10 minutos antes de que León llegara a mi casa y entrara a mi cuarto sin permiso.
                          
—¡Vamos tarde! —dijo.
                          
Volteé a verlo y me crucé de brazos.
                          
—Hola. Me alegra verte también —dije con sarcasmo.
                          
Su sonrisa coqueta apareció en su rostro.
                          
—Sabes que me encanta verte ¿te lo debo recordar?
                          
—Sí.
                          
—Gia —habló seriamente—. Me encanta verte.
                          
Bien, era mejor que no le volviera a pedir eso de nuevo, estaba segura de que mi cara se había puesto completamente roja.
                          
—Cállate, mejor ayúdame con mi maleta —dije señalándola—. Está pesada.
                          
—Sólo nos iremos 5 días y 5 noches no necesitas llevar muchas cosas…
                          
—Es mejor prevenir que lamentar.
                          
Caminó hasta mi cama para agarrar la maleta y noté como los músculos de sus brazos se marcaron a cargarla, para su mala suerte había decidido dejar la maleta de llantitas para otra ocasión.
                          
—¿Llevas piedras? —preguntó.
                          
Del bolsillo de mis shorts saqué la lista que había hecho con todas mis cosas y empecé a leerla en voz alta.
                          
—Llevo muchos cambios de ropa, unos trajes de baño, toallas, mi pijama, bloqueador y piedras para que pese más la maleta —dije sonriendo.
                          
—Graciosa. Mejor vámonos que mis padres ya han salido hace unos minutos, dijeron que los encontraríamos antes de la primera caseta.
                          
Caminamos juntos hasta la entrada y nos entretuvimos otro par de minutos ya que mis padres estaban inseguros de dejarme ir sola a un lugar tan lejos —sólo quedaba a tres horas de casa— aunque les había pedido que fueran conmigo habían rechazado la idea casi de inmediato y la causa fue su trabajo, fue un poco molesto pero también entendía el peso que llevaban sobre ellos al ser dueños de una empresa tan grande.
                          
Me despedí de ellos dándoles un fuerte abrazo a cada uno y luego otro “familiar”. Habían estado el doble de amorosos conmigo ahora que entraban en razón, que en unos días cumpliría 18 años, pasando a ser mayor de edad y una estudiante universitaria.
                          
Llegamos al auto de León y mientras él subía mi maleta en los asientos traseros yo subí al asiento del pasajero. Bajé la ventana y acomodé el asiento para que estuviera un poco inclinado y pudiera disfrutar del viaje. Hasta había escogido mi ropa para el viaje, una blusa roja de tirantes, unos shorts blancos y mis tenis, también había sujetado mi cabello para no tener mucho calor. León también se había preparado cómodo para el viaje al igual que yo llevaba unos shorts pero los de él eran como esos que usaban los basquetbolistas, y una camisa sin mangas que dejaba ver sus brazos, también usaba unos tenis deportivos.
                          
—Ponte el cinturón —me dijo antes de entrar al auto.
                          
—¿Alissa también irá? —pregunté mientras me ponía el cinturón de seguridad.
                          
—Sí, pero ellos salieron desde ayer así que nos estarán esperando.
                          
—¿Ellos?
                          
—Irá toda su familia, es tradición —se colocó el cinturón y encendió el auto—. Ya sabes, nuestras familias siempre han sido unidas —giró su cabeza para poner el auto en reversa—, antes íbamos a acampar en las montañas pero hace cuatro años empezamos a ir a las cabañas cerca del lago, quedan más cerca y Alissa puede usar sus vestidos.