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Algo de sol se filtraba por las ventanas de la casa como el olor al típico pero delicioso desayuno que Harry preparaba se estaba filtrabando por sus narices. El día afuera seguía igual que la noche anterior, ahora un poco más calmado; el cielo tintado algo oscuro y tan solo un poco de lluvia cayendo de éste. Louis sostenía la cintura de Harry, su nariz respirando contra su ladeado cuello; ambos en tan sólo ropa interior, a excepción del menor, quien llevaba puesta una camiseta holgada del otro.

En cuanto el ojiverde enciende la tetera con el café, siente unas manos cargarlo sosteniendo su cintura. Sus pies sin tocar el suelo y su risa inundando los oídos del mayor. Su plan era llevarlo hasta el sofá y darle un par de besos, pero todo se esfumó cuando aquella mata de rizos corrió hasta su habitación para evitarlo. El moreno sonrió y antes de hecharse a correr tras suyo unos toques a la puerta se escucharon.

“¡Ya verás!” le grita antes de ir hasta la puerta con una sonrisa. Niega con la cabeza mientras la abre y se paraliza ante su inesperada presencia. Siente cómo su sonrisa se esfuma y sus labios se tornan en una línea recta. Sus latidos enloquecen y siente un leve mareo.

“¿Estás ocupado?” Escucha preguntar con voz fría y firme.

“E-estoy con un amigo”

Su padre alza sus desordenas cejas y lo observa más serio que nunca por unos segundos. El silencio y la tensión llenando el ambiente, ahogándolo. Louis traga en seco y abre la boca para desmentirse; pero alguien detrás suyo lo interrumpe, quien luego de hablar con la misma felicidad que cargaba siempre obtiene la misma reacción de su novio.

“Louis, por qué...—” Sus ojos se encuentran con el señor que ahora también tiene sus orbes puestos en él. Se siente intimidado y torpe. Entonces luego recuerda que está semidesnudo y es bastante cómo para disculparse e irse casi corriendo de allí.

Louis muerde el interior de una de sus mejillas y intenta llenar sus pulmones de valor.

“¿Qué haces aquí?” Siente su voz casi temblar.

El ríe con ironía. “¿Amigo, dijiste?”

“¿Qué haces aquí?” repite, empezando a irritarse con tan sólo observar su rostro.

“Entonces, sigues igual..”

“¿Perdón?”

“Me engañaste” Su falsa sonrisa desaparece.

“Cierto” Arruga su frente, muerde sus labios y asiente. “Cierto. El es mi novio, ¿se te ofrece algo más, papá?”

“Eso lo sé, lamentablemente” desliza una de las mangas de su saco un poco hacia atrás y observa la hora en su reloj de plata. “Hablemos mejor en mi oficina, te quiero ver allá en dos horas.”

“No tengo nada de qué hablar contigo” Observa desafiante, sintiéndose valiente como hace ya mucho tiempo.

“Pero yo sí, y sí no quieres que deje de deposi—”

“Ya no me interesa, puedo conseguir otro trabajo, donde no tenga que ver el asqueroso rostro de ciertas personas” Está apunto de cerrar la puerta frente a su narices, pero su insistente padre la detiene.

“Seré directo. Espero verte allá, sí es que realmente te importa tu noviesito Harry como tanto presumes”

[*]

Los luceros azules del muchacho buscan con cierta urgencia un espacio libre donde estacionar su auto. Harry está algo emocionado al lado suyo; sumergido en su móvil. Se sentía algo nervioso pero trataba lo más que podía para que el rizado lo pase desapercibido, y en aquellos momentos, al parecer, él solo estaba concentrado en que pasaría la tarde con su amigo de internet, Troye.

Omegle ➳Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora