Capítulo 19.

                                    

                                          
Cosas que ocurren cuando estas ebrio.
                          
-Vale -comencé a decir cuando la desesperación de Niall fue extrema, estoy hablando de que, estaba por tirarse del balcón si no hacía algo pronto -Niall, esto tiene solución -hable con un tono de voz raro, como si estuviera hablando con un niño de tres años.
                          
- ¿Solución? -Repitió - ¿Qué pasara si me ven así? -Chillo- Pensaran... pensaran que me drogue y luego me teñí el cabello de azul, sabes que pueden decir eso.
                          
Me mordí el labio inferior y mire al techo.
                          
- ¿Qué tal si busco el tinte rubio y te tiño? -dije en tono obvio.
                          
-No -él casi grito -Ni jodido te dejo tocar mi cabello ¿entiendes?
                          
Rodé los ojos y asentí.
                          
-Te dije que no confiaras en mí -repetí con burla. Niall me fulmino y se siguió mirando en el espejo, parpadeando variadas veces, como si por arte de magia el cabello le cambiara de color.
                          
-Necesito que me consigas un estilista -me gruño aplastando con una mano su mechón -Uno de verdad -aclaro.
                          
Bufe y me encogí de hombros.
                          
-A sus órdenes -refunfuñe.
                          
Luego de estar buscando una estilista que estuviera disponible, y esperar a que llegara, y mientras que Niall seguía lamentándose como una magdalena, yo estaba cansadísima. ¿Quién diría que ir de compras una tarde te agotaría tanto? Y ahora el rubio, o debería pitufo, me estaba dando migraña.
                          
El estilista jamás llego y Niall no tardo en quejarse.
                          
Llame a cada estilista de Los Ángeles, sin estar exagerando, y ninguno estaba disponible. ¿Por qué están tan ocupados? ¿Qué se supone que hacen? ¿Teñir el trasero de sus Pekinés de color rosa?
                          
-Nada -dije sentándome en el sofá del gran salón de la gran mansión del gran Niall Horan -Ninguno está disponible.
                          
Niall bufo y se llevó sus manos a su cabello, como queriendo quitárselo.
                          
Juro que lo único que faltaba era que se ponga a llorar.
                          
- ¿Qué se supone que hare ahora? -Dio una ojeada a su reloj y abrió sus ojos de par en par - ¡El cumpleaños de Louis es en una hora y media!
                          
- ¿Quién es Louis? -pregunte sin querer saberlo solo para desviar el tema.
                          
-Uno de mis mejores amigos, y llegare a su fiesta como un pitufo.
                          
-Estás ofendiendo a la raza de los pitufos, por favor, Niall -rodé los ojos.
                          
Treinta minutos pasaron, en donde Niall seguía dando vueltas por todo el salón, sus zapatos pisaban el suelo fuertemente y tenía las manos en la cabeza, lucia como un maniático. No era para tanto... solo tenía el cabello azul.
                          
Estaba tan aburrida que comencé a jugar Angry Birds, luego de pasar cuatro niveles. Niall al fin comprendió que su cabello estaría azul al menos hasta mañana.
                          
-Aún no sé qué voy a hacer -lloriqueo golpeando su cabeza con un cojín.
                          
- ¿Los paparazzi se burlaran de ti? -pregunte.
                          
-Nah, ellos piensan que estoy en Hollywood... 1... 2... -empezó a contar e inhalo y exhalo varias veces -3... 4...
                          
- ¿Qué mierda haces? -le pregunte con el ceño fruncido mientras él seguía apretando el cojín entre sus manos e inhalando bruscamente -Pareciera que estas a punto de tener un hijo ¿Te encuentras bien? -Me senté junto a él mientras lo observaba.