—Skyler debe ir a clases. Estamos retrasando a nuestra hija, Sam —dice riéndose. 
                          
Amo a mi padre. 
                          
Se despiden y mis padres me llevan donde la secretaria se encuentra. Ella les entrega el papel donde está mi sección junto con mi horario. Suelto un suspiro, por fin podré ir a clases. Me sorprendo a mí misma al pensar eso. 
                          
—Nos vemos en casa —me despido e intento irme pero la voz de mi padre me detiene.
                          
—¿No vas a despedirte? —pregunta.
                          
—Dije que nos vemos en casa, papá —respondo encogiéndome de hombros. 
                          
—Skyler, somos tus padres. 
                          
Oh por Dios. ¿En serio quieren hacerme esto? 
                          
—Y yo soy su hija —digo parpadeando repetidas veces. 
                          
Mis padres, cuando se ponen de acuerdo en fastidiarme logran hacerlo a un nivel impresionante. Veo que no haya nadie cerca, solo está la secretaria tecleando en su computadora y nosotros. Bien. Me acerco lentamente a mi padre y le doy un seco abrazo. Repito la acción con mamá, solo que ella me mantiene más tiempo junto a ella.
                          
—Mamá no voy a morirme —digo rodando mis ojos—Puedes soltarme. 
                          
Hace caso omiso de mis palabras. La secretaria se encuentra observándonos con ternura, luego su vista va hacia detrás de nosotros. Mamá deja de darme palmaditas. Un chico deja un papel en el escritorio de la mujer y me separo con rapidez de mi madre.
                          
—Que tengas un buen día, niña floja —papá tira levemente un mechon de mi cabello.
                          
—Te amamos —me dice mamá sonriéndome. 
                          
El chico voltea y veo que es el mismo del pasillo. Me mira seriamente unos segundos para desviar la mirada. 
                          
—¡Ben! —le detiene la secretaria— Skyler está en tu mismo curso, ¿podrías indicarle cuál es su clase? 
                          
A Ben parece desagradarle la idea, la manera en la que frunce sus labios me lo indica. Arqueo una ceja, disgustada con su actitud. La mujer no le está pidiendo que le firme un préstamo, solo le pide que me enseñe donde esta nuestra clase. Que tipo más antipático. 
                          
—Bien —asiente a duras penas— Sígueme —me indica antes de salir tan rápido como puede. 
                          
Le sonrío a la secretaria que niega con la cabeza, al parecer encuentra divertida por la actitud del idiota. Sigo a este chico a mi velocidad normal, no voy a correr detrás de él solo para encontrar una clase. Veré donde se adentra, no es tan difícil. Puedo sentir mi celular vibrar dentro de mi mochila, pero lo ignoro. Llegamos, se adentra sin decirme nada y me cierra la puerta en la cara. 
                          
Repito, que tipo más antipático. 
                          
Niego con la cabeza restándole importancia y alejando mis ganas de golpearlo. ¿Con que necesidad es tan grosero? En cuanto abro la puerta lo primero que veo es a una chica pelirroja que estaba escribiendo algo en la pizarra, pero al verme entrar se detiene. Volteo un poco para ver que  todos los alumnos me observan con curiosidad, claro, todos menos Sophie y Dinah que están sentadas en los pupitres de adelante. 
                          
—Permiso... —le sonrío forzadamente a la profesora que me observa detrás de sus gafas— Soy Skyler Harrison la nueva...
                          
—Estaba informada sobre tu llegada, Skyler —me interrumpe sonriendo levemente. Se levanta de su silla y alisa su falda con sus manos— Soy Jenna Ferrer, de ahora en adelante tu profesora de matemáticas y literatura. Puedes tomar asiento junto a Langford. 
                          
—¿Quién es...? —pregunto.
                          
Me señala a un chico que está sentado último. Más bien, el idiota antipático. Me abstengo de soltar un suspiro y solo asiento. Cuando paso junto a Sophie ella me sonríe y le devuelvo la sonrisa, mientras que Dinah me saluda con la mano. Apenas le respondo. Nunca me ha caído del todo bien porque es una persona realmente criticona y arrogante. Solo intercambio algunas palabras con ella porque es la mejor amiga de mi prima.