Capítulo 6: Vamos de Paseo

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Finalmente tras dos largas semanas, las clases habían terminado y era libre hasta dentro de unos cuantos meses. Me desperté de buen humor y bajé a la cocina, la cual estaba desierta. Mi padre estaría trabajando dado que, los sábados no solía tenerlos libres. 

Había pasado una semana desde la última vez que hablé con Drake. Simplemente se había dedicado a recogerme del instituto, eso sí sin abrir la boca en ningún momento. Desde mi punto de vista estaba raro, solamente hablaba a base de monosílabos con mi padre y de vez en cuando soltaba alguna frase suelta. Pero nada más. 

Tampoco le conocía mucho como para saber si realmente es así o si se le ha cruzado el cable repentinamente. Drake tenía un enorme cartel de prohibido en la frente,  pero esto lo único que hacía era incitarme a acercarme más y más e intentar querer conocer realmente qué es lo que había tras tanto misterio. Sobre todo teniendo en cuenta que vivíamos bajo el mismo techo; no me sentía cómoda con tanto secretismo. 

Me acerqué a la nevera, cogí la botella de zumo y me la llevé a la boca. Dijera lo que dijera mi padre, el zumo bebido de la botella sabe mucho mejor que desde un vaso; en ese corto trayecto pierde sabor estaba convencida de ello. Dejé el zumo otra vez en la nevera, me di la vuelta y subí a mi habitación. Puse la mano en el tirador, cuando escuché la voz de Drake al otro lado de la puerta de su cuarto manteniendo una conversación con alguien. No pude evitar acercarme y escuchar a hurtadillas un poco.

-Sí, intentaré estar ahí. Saldré esta noche pero no sé cuándo llegaré exactamente. No, no va a pasarme nada. Preocúpate de limpiar las cosas, no podemos dejar que vuelva a pasar. –Me separé violentamente de su puerta y entré en mi habitación. 

Me sentía mal por invadir su privacidad, pero la curiosidad me podía. ¿A dónde iba a ir esta noche? Que yo supiera no conoce a nadie en el pueblo aún o eso es lo que yo me imaginaba. 

Cerré la puerta de mi cuarto tras de mí con mucho cuidado de no hacer ruido y me metí en la ducha. No necesitaba que Drake me pillase espiándole y que pensase que soy una acosadora o algo por el estilo, aunque no le culparía si lo pensara. No había sido mi mejor momento. 

Tampoco quería inflarle más su enorme ego en caso de que me pillara. Sería la gota que colmase el vaso. 

Salí de la ducha y me puse lo primero que vi en el armario. Cogí mi portátil y bajé al salón. El verano era lo mejor del mundo, no había que hacer nada. Simplemente te dedicas a hacer lo que quieres y no te pueden decir nada puesto que has cumplido tu trabajo y tienes unas merecidas vacaciones.

- ¿Dónde habré visto yo esa camiseta? Me es extrañamente familiar – La voz de Drake me sobresaltó, no pude evitar dar un pequeño respingo antes de dejarme caer sobre el sofá. 

Vaya, al final el gato no le había comido la lengua. Opté por ignorar su comentario, tal vez si no decía nada al respecto lo dejaba pasar. No había caído en que la camiseta que me había puesto era la que me dejó aquella vez en la playa y que nunca  le llegué a devolver. Noté su presencia detrás de mí. Su aliento me rozaba la oreja.

– Si quieres más camisetas, solo tienes que pedírmelo; lo haré encantado. Pero al menos pídemelo antes – Mi respiración estaba entrecortada y mi postura era completamente rígida. 

Estaba demasiado cerca de mí. Con cada palabra que decía sus labios rozaban ligeramente mi oreja, provocando pequeños escalofríos en todo mi cuerpo.

- Eres un imbécil – Sin mirarle, levanté la mano y empujé su cara lejos de mí.  

No había prestado atención a la ropa que me había puesto, cosa un poco estúpida de mi parte. No podía evitar maldecir internamente.  Aunque, he de decir que, al ser tan ancha la camiseta, era muy cómoda. Para qué mentir.

Criminal LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora