Dos viajeros bajo el resplandor de la luna

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Silencio absoluto. No pudo emitir palabra alguna ante lo que aquella pelirroja le acababa de decir. Él tampoco se la había pasado bien, y había pasado tanto tiempo. Le resultaba indignante el no poder tener cerca a las personas que amaba. Sí, aún sin haberlos tenido tanto tiempo a su lado, los amaba. El simple hecho de saber que por aquellos gemelos corría su sangre, se le encogía el corazón. Se maldecía una y otra vez por haber sido tan despreciable.

¿Qué podría decirle? ¿Que lo sentía? ¿Que se despreciaba por no poder traerlos de vuelta? La había extrañado. Dios, se sentía impotente. La tenía ahí, a su lado y no pudo decirle nada, ni si quiera abrazarla. Es más, necesitaba conocer a sus hijos. Ninguno había querido darle información de dónde estaba, o a qué se dedicaba. Se vio en la necesidad de contratar a un personal de investigadores para que le ayuden a saber si se encontraba bien o si les faltaba algo. Pero los resultados fueron inesperados, la cafetería en la que había estado trabajando antes de marcharse, subió de categoría, los viñedos que ahora pertenecían a sus padres estaban dando muy buena cosecha, y aparentemente todo marchaba bien. Incluso tenía varias fotografías en donde se los veía muy feliz. También estuvo al tanto del parto, temía que sucediera lo peor y necesitaba comprobar que todo estaba marchando bien. Un año sin tenerla tan cerca, y ahora que la tenía ahí, era incapaz de tan si quiera preguntarle cómo se encontraba.

***

Juliette lo observó por un momento, él estaba ahí, pero sabía perfectamente que su mente no. Lo vio presionar varias veces la mandíbula, se le marcaba como tantas veces cuando lo había visto molesto. También lo observó fruncir el ceño y bajar la mirada. Sonrió, sin que éste se diera cuenta. Sabía lo mucho que le costaba encontrarse ahí y no poder decir nada. Sin embargo, se conformaba sólo con verlo, le parecía de cierto modo, cómico. Parecía un adolescente, pero uno galán, apuesto, serio y muy muy seductor. Rápidamente se le cruzaron por la mente aquellas imágenes de los dos juntos. Vaya que habían sido buenos momentos. Empezó a preguntarse ¿Qué tal si ahora se encontraran viviendo juntos, como si nada hubiera pasado? o ¿Qué tal si nada hubiera pasado? o ¿Qué hubiera pasado si no lo hubiera conocido? Podría seguir con un sin número de preguntas, y todas radicaban en aquella pregunta que todo ser humano se hace ¿Qué hubiera pasado si...? Era un castigo la verdad, pero por otro lado, te ayudaba a ver más allá, porque de no haberlo conocido, no hubiera aprendido tanto. Porque habrá personas que simplemente llegarán para cambiar radicalmente tu vida, te harán mejores personas y él así lo había hecho. A pesar de todo.

—Eh, cabezón—llamó su atención—. A que no te atreves.

—¿A qué? —preguntó extrañado.

—A un chapuzón—sonrió bebiendo su copa de vino, se levantó rápidamente y empezó a desajustar su vestido mientras observaba que nadie estuviera cerca.

—Estás loca, Juliette.

—No es la primera vez que me lo dicen. Pero ¿Qué más da? —se encogió de hombros.

Era una locura, lo sabía. Pero estaba volviendo aquella Juliette que había pasado durante varios meses, sumergida en la tristeza. Pero logró darse cuento que aquello no le otorgaría ningún beneficio. Quería disfrutar de aquellos días que pasaría en aquel lugar antes de regresar nuevamente a Austria. Quería que él formara parte de aquella locura. No como Nathan. Si no como un extraño al que conocía recién. Un extraño al que quisiera conocer, sólo por esa noche.

Se deshizo del vestido y se quedó en ropa interior, pensó varias veces si quitársela o no, pero al final lo hizo, se encogió de hombros una vez más y se deshizo de aquellas diminutas prendas también. En ese instante no le importó si la luz de la luna le permitiera a Nathan observar aquellas pequeñas estrías que se le habían formado en la parte baja del vientre, dio saltitos cruzando los brazos para cubrir sus pechos y sin pensarlo dos veces, retrocedió algunos metros y luego se lanzó al agua.

Esperaré por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora