Cap.32 | Final.

3.2K 352 105
                                    

¿Están listas? 7u7r

Muy bien, vamos a ellos :,v

(...)

Lo único que se escuchaba alrededor de Ashley eran los fuertes gritos de todos los ángeles, quienes querían luchar contra un objetivo en común, o por lo menos eso creían. Una gran parte de los que ahí se encontraban reunidos eran cómplices de Laab, muchos de ellos estaban sentados de manera dispersa, en base a la estrategia. Si algo sale de control, ataquen.

Esas habían sido las ordenes de Laab, eso era lo que harían. James estaba apunto de aterrizar en la arena, pero un ángel cómplice del dios lo detuvo a medio camino, derribándolo antes de llegar. James soltó una maldición deteniéndose a escasos centímetros del suelo. Miró hacia arriba dándose cuenta de quién era la persona que había hecho eso.

Era Aaron.

Negó con la cabeza mientras le daba una rápida mirada a su alrededor, percatándose de que todos los ángeles se habían unido a la lucha.

No entendía quienes estaban de parte de los buenos y quiénes de Laab. Despegó su mirada de ahí y la colocó en Aaron, sonriendo sin una pizca de gracia.

—No debiste hacer eso, idiota —comentó emprendiendo el vuelo hacia él.

Mientras la lucha se llevaba a cabo alrededor de Ashley, sus ojos solo estaban pegados en Laab. Mientras que él simplemente sonreía ante el espectáculo que todos estaban dando.

Ningún ángel se atrevía aún a ir en su contra, lo que le causaba gracia. Tan solo se podían ver miles de pares de alas revoloteando por doquier. La rubia aprovechó esas milésimas de segundo en las que el dios se distrajo, sí, el vientre le dolía por el aborto que había sufrido, pero las ganas de venganza era más grandes que el dolor.

Se encontraba a menos de un metro de él, cuando un golpe detuvo su carrera.

Su cerebro se sacudió por completo, haciendola caer al suelo como si de una pluma se tratara. Un poco de sangre comenzó a resbalar por su labio, se lo habían roto. Como pudo, miró frente a ella intentando encontrar el rostro de su agresor.

Soltó un chillido de sorpresa al ver de quién se trataba.

Era Liam, era él.

Pero no lucía como siempre, sus ojos no eran cafés claros como siempre lucían, en esa ocasión se veían de un color oscuro, casi llegando a negro. La chica estaba algo desorientada, pero logró notar que incluso su pose no era la misma, Liam comenzó a caminar hacia ella, dándole el punto que le faltaba a Ashley. Caminaba como si se le dificultara hacerlo, como si muy dentro de él no quisiera hacerlo.

Fue ahí cuando la rubia cayó en cuenta de lo que le ocurría a su primo.

Laab lo había hechizado, de alguna forma el dios había logrado hacerle un hechizo a un dios.

Ashley apenas tuvo tiempo de reaccionar para esquivar un golpe que iba directamente hacia su rostro, dando una vuelta a la derecha.

—¡Liam, despierta! —gritó intentando hacer que la escuchase. Laab soltó una carcajada mientras observaba la espada que unos minutos antes había enseñado a la multitud de gente.

—No va a escucharte, cariño —dijo éste, en forma de burla.

La rubia se incorporó del suelo, intentando recordar las pocas clases que había tenido con Grace en el pasado. No quería lastimar a Liam, pero tampoco quería que la lastimara.

—Liam, recuerdame, soy Ashley. Puedes contra lo que sea que Laab te hizo, lucha —añadió Ashley ignorando las palabras venenosas del dios.

—No, no puede. Siempre ha sido débil y esta no se la excepción —respondió Laab, de forma burlesca—. ¡Liam, ten! —dijo el dios en dirección al chico, éste obedeció casi al instante, volviéndose a él. Laab le había lanzado la espada a Liam, el cual la atrapó en el aire—. Quiero que la mates —ordenó, y pese a que él no quería, terminó asintiendo.

DEAD | PAST LIES IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora