—¿Qué? —preguntó Ashley en forma de susurro, Max desvió la mirada en otra dirección.
Quemaba hablar de eso..., literalmente, lo hacía. A todo ángel se le había puesto un hechizo que les prohibía hablar de eso, era como si todo su cuerpo se calentara llegando al límite de quemarles la garganta.
—No podemos hablar de eso —respondió, evadiendo el tema—. Laab nos lo ha prohibido. Pero él lo hizo, todos... —Max hizo una mueca deteniendo su explicación.
La garganta le quemaba, como si un fuego llegara desde su estómago hasta ahí, impidiéndole continuar.
—¿Qué te pasa? —preguntó Ashley notando lo débil que comenzaba a lucir Max, sudor emanaba de su cuerpo, como si de pronto tuviese calor.
—Laab nos colocó una especie de hechizo para asegurarse de que no dijéramos nada..., incluso, si continúo podría morir —respondió.
—No continúes.
—Él entró a los aposentos de Laín, todos estamos seguros. La odiaba, le tenía demasiada envidia, ese sentimiento carcomía su alma por completo, no paró hasta asesinarte a ti y en el camino se llevó a mis padres... —Quiso añadir algo más, pero una tos profunda interrumpió su habla.
Sus piernas se doblaron y cayó al piso, llevándose las manos al cuello. Le quemaba tanto que lágrimas comenzaron a formarse en sus ojos.
—Aprovechó el alboroto de los demonios y la asesinó —añadió en medio de un grito.
Ashley se arrodilló frente a él mientras tomaba su rostro, obligándolo a mirarla.
—Basta —ordenó mientras negaba con la cabeza—. No digas más, entiendo lo que sucede, pero no quiero que mueras por decirme esto.
—Arruinó mi vida —añadió el pelinegro sin contenerse. Ahora las lágrimas no eran sólo por el dolor físico que le provocaba hablar de eso, sino por el emocional.
Si bien, Laín estaba en el pasado, aún le dolía recordad que servía a la persona que la había asesinado.
—No te preocupes, estoy aquí. Tranquilo —susurró Ashley envolviéndolo en un abrazo.
Laab era una persona mala, y con poder era aún peor imaginar qué podría hacer.
—Hablaré con Liam sobre su padre —dijo la rubia, sintiendo que Max le devolvía el gesto—. No mencionaré nada del bebé —añadió al sentir que él ángel se tensaba.
—Te acompañaré, el dolor está desapareciendo —susurró Max, separándose de ella, limpió sus lágrimas inmediatamente, intentando que la chica no las notara, aunque era obvio que las había visto.
Ashley se levantó del suelo, actuando como si no hubiera visto nada.
—Necesitamos encontrarlo —dijo Ashley, arreglándose la ropa.
Max asintió.
(...)
No fue muy difícil hallar el paradero de Liam, en cuanto llegaron a la habitación, escucharon como la puerta del palacio se abría. Ambos bajaron las escaleras encontrándose al dios en la entrada, le daba indicaciones a Aaron, quien se encontraba frente a él.

ESTÁS LEYENDO
DEAD | PAST LIES II
ParanormalTodo empezó de manera difícil, llegando como una tormenta que arrasó con todo a su paso, destruyendo la verdad que había sido parte de la vida de Ashley. Nuevos secretos, traiciones y mentiras saldrán a la luz, después de una dosis de odio. Hay verd...