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Narra Fede

Varios golpes fuertes y acelerados en mi puerta, me sobresaltan, y, lo primero que viene a mi cabeza es que Eva está aquí de nuevo. No puedo dejar de estremecerme al recordar nuestro último encuentro, en el que por accidente la he tirado al suelo... no era mi intención, ni mucho menos, pero he perdido los nervios, todo el mundo tiene un límite, hasta la persona más paciente y comprensiva del mundo y, aunque yo no fuera de esa manera, había llegado a él.

Guardo el nuevo teléfono con el que me he hecho hace apenas una media hora y me acerco a la puerta, poniendo primero la oreja sobre ella para escuchar algo del exterior.

- ¿Fede? ¿Estás en casa?- Escucho una voz masculina vagamente conocida - Soy Oliver, por favor, abre la puerta.

Es raro que este chico esté aquí, no tardo ni dos segundos en quitar el seguro y encontrarlo en el umbral, con la cara desencajada.

- ¿Qué ocurre, Oliver? ¿Qué haces aquí?- Pregunto totalmente desconcertado.

- Tienes que venir conmigo al hospital, ahora - Se pasa la lengua por los labios en un gesto nervioso y mira hacia su coche, que lo ha estacionado pero sigue en marcha - Es Míriam.

- ¿Qué le ha pasado? - El corazón se me desboca y busco con los ojos las llaves de la moto, aunque ni si quiera puedo moverme. Míriam de nuevo en el hospital, por segunda vez en muy poco tiempo.

- Te lo contaré por el camino, no hace falta que cojas nada, te llevo, vamos - Me ofrece, hablando atropelladamente y dirigiéndose al coche, donde lo sigo. Monto en el asiento de copiloto y pocos segundos después ya estamos en marcha, pero Oliver se mantiene en silencio.

- Oliver, vamos... cuéntame cuanto antes lo que está pasando, ¿está Míriam en peligro? ¿Le han hecho algo?

- Eso creo - Susurra, mirando la carretera- Aunque no estoy del todo seguro, creo que Alex tiene algo que ver... Míriam de pronto se ha puesto muy rara, como si no supiera donde se encontraba y, no sabía qué hacer, así que la he llevado al hospital, están allí sus padres, hemos intentado contactar contigo, pero tu móvil...

- Me robaron el móvil - Le interrumpo distraído - ¿Alex? ¿Por qué crees que Alex tiene algo que ver, por qué iba a hacerle él algo a Míriam?

- Quizá me equivoque...- Se muerde el labio inferior mientras deja el coche en el parking ya repleto del hospital - Pero su prima también tiene algo que ver... verás- Se incorpora un poco para sacar su teléfono móvil, donde busca algo para mostrármelo, es un texto- Cuando hemos vuelto a casa de Alex, ha recibido este mensaje de su prima, una tal Eva, le he hecho una foto antes de devolvérselo.

Las sienes comienzan a palpitarme con tal fuerza, que creo que me voy a caerme desplomado en este momento, los oídos me zumban y tengo que respirar hondo varias veces para poder pensar con claridad; Eva y Alex son primos, han estado juntos en esto desde el principio.

- ¿Estás bien? - Me pregunta Oliver frunciendo el ceño - ¿Conoces a esa tal Eva?

- Es alumna mía - Respondo, abriendo la puerta para bajarme del coche y cerrando con fuerza cuando piso suelo firme - Necesito ver a Míriam, quiero saber si está bien.

Asiente y nos encaminamos hacia dentro. Unos minutos después, ya nos han dado la habitación donde Míriam se encuentra y juntos llegamos hasta arriba.

Es la segunda vez que la encuentro en una situación así, en la cama y rodeada de cables, aunque, sin duda, esta vez es mucho peor... no respira por si misma, un gigante tubo sale de su garganta y tiene los ojos completamente cerrados.

- ¿Qué ha pasado? - Pregunto a sus padres, que permanecen juntos junto a su cama sin parar de observarla.

- Debemos hablar - Su madre habla con más seriedad que nunca, acercándose a mí para cogerme del codo y llevarme fuera de la habitación, debe de ser algo más grave de lo que pensaba y eso me preocupa. Una vez fuera y sin que nadie más pueda oírme, me mira, reflejando su expresión de preocupación en la mía- ¿Tú lo sabías? ¿Sabías que Míriam tomaba... eso?

- ¿Cómo?- Sacudo la cabeza sin saber en realidad qué es lo que me acaba de preguntar- ¿Tomar el qué?

- Drogas- Su voz se quiebra al decirlo y yo me siento derrumbado de nuevo, no... las cosas no pueden ir siempre a peor, después de todo esto, debemos estar en el fondo del pozo, ahora se suponía que solo nos quedaba impulsarnos y superar todo esto.

- No, de verdad, Míriam jamás ha tomado drogas - Le sonrío para transmitirle toda la tranquilidad posible- Tienes que creer en ella, creer en mí. Nunca haría algo como eso.

- ¿Entonces por qué ha salido en los análisis, eh, Fede? - Pregunta con firmeza mientras frunce los labios- Los médicos lo han confirmado, lo que ha tomado le ha provocado un coma que podría haber sido peor si sus amigos no la traen al hospital.

- Si de algo estoy seguro en esta vida es de ella, de lo fuerte y madura que es, y de que nunca, jamás tomaría algo que le provocara eso.- Suspiro antes de continuar, ahora sé que pronto se pondrá bien - Vamos, la conoces bien. Por muy difíciles que se tornaran las cosas no optaría por tomar drogas.

- Fede... - Sus ojos vidriosos vuelven a coincidir con los míos - No soporto verla sobre esa cama.

Respiro hondo, ahora tengo que ser yo quien la mantenga a flote, porque no puedo hacer menos aunque en estos momentos esté tan hundido o más que ella.

- Quiero pedirte algo - Susurro, tragando saliva para prepararme. Ella espera sin abrir la boca, por lo que sigo hablando- Y es que... cuando Míriam salga de aquí, me dejes casarme con ella.- Esta vez sí que va a interrumpirme, y creo saber perfectamente lo que quiere objetar - Lo sé - Pongo una mano ante ella para que no hable- Sé que de todas las locuras que hemos cometido desde que estamos juntos, esta es la mayor, pero... no puedo ocultarlo ni esperar más, porque quiero que sea mi mujer, y compartir muchas más cosas de las que ya comparto con ella, que tengamos una vida en común, y, cuando acabe de estudiar y ambos tengamos trabajos estables, podamos formar una familia, y tener a nuestros hijos revoloteando por la casa. Ser felices toda la vida, serlo uno al lado del otro.

- Oh, vamos, Fede... - Por primera vez desde que me he encontrado con ella, la veo sonreír con absoluta sinceridad, se acerca a mí, cogiéndome ambas manos con ternura - ¿Crees que debo darte permiso para que puedas casarte con ella? Míriam removería cielo y tierra para hacerlo, para decirte que sí. Quizá sea demasiado precipitado, pero entre vosotros las cosas son así, rápidas y sin pensar y, ¿sabes? Me alegro, por que todo os ha salido bien, porque sois esas parejas que la gente ve junta y sabe que será para siempre.

- ¿Eso crees?- Alzo ambas cejas y una gran sonrisa de oreja a oreja asoma en mi rostro.

- No lo creo, Fede. Lo sé, estoy segura de ello.

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¡Hola!

Bueno, espero que os guste el capítulo, hoy se lo quiero dedicar a:

vale_s_mercado

fernicky

¡¡Espero que os guste a todos!! De momento quiero deciros que el libro tendrá 50 capítulos más epílogo (no creo que cambien las cosas, aunque nunca se sabe) 💗

Como siempre, ¡os leo! 😍😍💖

Te sigo queriendo. ( Segunda parte Te quiero sin querer, profesor.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora