No, no puede ser. Todo esto no es real, ¿estoy en una especie de pesadilla en la que todo el mundo se está uniendo para hacerme creer que Fede me ha engañado? ¿Que lo de distanciarnos solo es una excusa para estar con otra, con esa tal Eva?
Ella es muy joven, pero también lo era yo cuando empezamos juntos, tiene la edad que yo tenía cuando Fede me besó, cuando decidimos que queríamos estar juntos. ¿Había encontrado a otra y me había reemplazado, así de sencillo? Me niego a creerlo, es imposible.
Fede me quiere, estoy segura. Aunque todo diga ahora lo contrario, cada acto que ha hecho en todos estos meses juntos, me obliga a pensar que todo es mentira, que debo creerlo porque él me ha demostrado lo feliz que puede hacerme, lo muchísimo que se puede querer a alguien yo lo hacía con Fede, y él hacía lo propio conmigo.
Cada vez que pensaba en mi futuro dentro de unos años, lo veía a él a mi lado, viniendo de clase a casa, donde yo lo esperaba tras haber venido de mi trabajo. Mi vida tenía que ser junto a él, no podría verla de otra manera por mucho que las cosas estaban cambiando. Fede era ese hombre con el que soñaba, el que me hacía sonreír, el que me cautivaba con su simple presencia, por el que haría cualquier estupidez si la meta era seguir juntos.
Todo encajaba a la perfección, me había pedido alejarnos y Alex me había contado y enseñado lo que había visto, cosa que luego había corroborado esa chica. Aun así debo escucharlo de su propia boca, necesito que sea él el que me diga que todo esto es verdad... o mentira. Que me diga algo, cualquier cosa que me haga salir de todo esto.
Lo llamo, pero el teléfono comunica sin parar y cuelgo sin tener respuesta. Lo intento un par de veces más con el mismo resultado. No me contesta, está ocupado... ¿o no quiere contestarme? ¿Se ha cansado y no quiere saber nada de mí? Mis sienes palpitan desbocadas y la boca se me seca, me empieza a faltar el aire y tengo que sentarme en la cama para tranquilizarme.
Decido escribirle, aunque no coja mis llamadas, un mensaje seguro que lo leerá.
Fede, llámame. Necesito escucharte, necesito tus palabras tranquilizadoras y necesito un abrazo tuyo. Dime algo, amor. Te quiero.
Las palabras son desesperadas, pero es justo como estoy.
- ¿Míriam? - Escucho la voz de mamá tras la puerta de mi habitación. - Tu amigo Oliver está aquí, me ha pedido verte. ¿Quieres que suba?
- No mamá, por favor...- Le pido, ahora no le necesito a él, necesito a una sola persona; a Fede - Dile que mañana hablaremos.
- Está bien, pero ha insistido en verte. Es un buen chico...
No contesto y enseguida escucho sus pasos alejarse. Lo sé, sé que solo quiere ayudarme y por supuesto, lo buen chico que es, pero ahora nadie puede tranquilizarme. Solo recibir una llamada o un mensaje que desmienta todo el lío, unas simples palabras de Fede que me asegure que está ahí y sigue queriéndome.
Cuando mi móvil suena, salto a por él, cogiéndolo con ambas manos y descolgando sin fijarme que no ha sonado Solamente tú, si no la melodía predeterminada que tengo para los demás contactos.
- ¿Fede? - Contesto atropelladamente.
- Vaya, lo siento... - La voz de Oliver se escucha por el otro lado del auricular- No sabía que esperabas su llamada, quería verte.
- De verdad, Oliver, mañana en clase, ¿vale?- Le suplico - Ahora necesito...
- Lo que necesitas es despejarte - Me interrumpe, suena más serio de lo que nunca lo había oído- Así que te espero aquí, me da igual lo que tardes, tengo comida, bebida y buena música para entretenerme. Hasta ahora.
Corta y me quedo boquiabierta mirando el teléfono. Compruebo frente al espejo las grandes ojeras negras que se han formado bajo mis ojos antes de bajar, no puedo hacer nada para eliminarlas, simplemente dormir más... algo que ahora mismo es imposible. Le diré a Oliver que se vaya y ya está.
- Ahora vengo, mamá- Le aviso. Está sentada viendo la televisión y me mira con una tierna sonrisa, pero triste a la vez. No sabe lo que está pasando, pero creo que una madre conoce demasiado bien a una hija.
Cojo mi abrigo y me lo pongo por encima de mis hombros, solo va a ser un momento y volveré a casa a esperar una mínima señal de Fede, si, eso es.
Oliver me espera con ambas cejas alzadas, como si fuera un niño pequeño e ilusionado. Sonrío involuntariamente al verlo, es adorable.
- ¿Y bien, cuál es el plan? - Me pregunta con la manos metidas en los bolsillos y balanceándose. - Había pensado en ir al cine.
- No, Oliver - Sacudo la cabeza con el ceño fruncido - No tengo ganas de ir a ningún lado, mejor otro día. Quiero quedarme en casa.
- Película en tu casa, perfecto - Asiente, acercándose a mí - ¿Tienes alguna de miedo? He oído que son las que mas distraen, estás pensando en el susto que te vas a llevar y no tienes la mente en otro sitio, ¿qué me dices?
Suelto una carcajada, Oliver y sus famosas teorías que no dejan de sorprenderme. ¿Ver una película de miedo va a ayudarme con esto? Lo dudo.
- Tomaré eso como un si - Ladea la cabeza, sonriendo. A continuación, se dirige a la puerta de mi casa y llama al timbre, mi madre no tarda ni dos segundos en abrir, mirándonos a ambos confundida- Buenas tardes, señora - Saluda él educadamente. - Nos gustaría ver una película.
- Oh... - Lo mira a él y después a mí, su boca forma una o que me hace sonreír. Si mamá, este es Oliver, tan inesperado como siempre- Claro que si, adelante.
Se hace a un lado y Oliver pasa, seguido por mí, que vuelvo a quitarme la chaqueta para colgarla en la percha. Mi amigo charla animadamente con mi madre, yo voy a la cocina para coger un par de latas de Coca Cola y al llegar a ellos, le ofrezco una.
- Gracias- Dice, abriéndola- ¿Qué dices, subimos?
- Tendrás que conformarte con cualquier otra película - Comienzo a subir las escaleras con él detrás - Amor, comedia, acción, todo menos terror, odio ese género.
Se queda callado hasta que llegamos a mi habitación. Se sienta en la cama con el ceño fruncido y no sé que está pensando, por lo que me siento a su lado.
- Cualquiera de esas películas no harán que pienses nada más que en lo que no debes pensar por ahora, ¿dónde está tu ordenador? - Señalo mi portátil, guardado en mi mochila. Lo saca y comienza a teclear, aunque la vista no me llega a ver lo que hace. - Listo - Dice al cabo de unos minutos - ¿Qué te parece hush? Es la última de miedo que ha salido, trata sobre una escritora sorda a la que intentan matar.
- La trama es perfecta- Comento irónicamente, poniéndole los ojos en blanco - Me va a dar miedo, Oliver, no es buena idea.
- Probemos a ponerla, si no te gusta la quitamos, ¿de acuerdo?
Asiento, suspirando. Me recuesto en la cama y echo un nuevo vistazo a mi móvil; nada, no hay señales de vida de Fede. ¿Por qué no me contesta ni atiende mis llamadas? Ha pasado un buen rato, debe haber mirado su teléfono ya.
En la lista de llamadas encuentro el número de Oliver, que no lo tenía guardado. Por un instinto miro mis mensajes y... encuentro la coincidencia, mis primeras sospechas eran ciertas y descubro que el número es el mismo.
Desde el principio, era Oliver el que me mandaba los mensajes con esas preciosas frases y ahora lo tengo aquí, a solas conmigo en mi habitación y comprobando que lo que ya pensaba, ahora es la realidad, Oliver siente algo por mí, pero, ¿y yo? ¿Siento algo por él?
_________________________
¡¡Hola!!
Bueno, aquí os dejo un nuevo capítulo que, como siempre, espero que os guste :)
Dedicado a:
¡¡Como siempre, os leo!!
ESTÁS LEYENDO
Te sigo queriendo. ( Segunda parte Te quiero sin querer, profesor.)
RomanceSEGUNDA PARTE DE #TQSQP (TE QUIERO SIN QUERER, PROFESOR) Si queréis entender esta historia, leed primero el otro libro, si no vais a estar algo perdidos. Fede y Míriam, tras más de dos años, siguen en una mágica relación en la que todo es increíble...