Oikawa vs Kageyama x Hinata

                                    

                                          
En una tarde tranquila, sin presiones de entrenamiento y colegio, por lo que Hinata salió a caminar. A caminar con una pelota de voleibol, pues el no tiene muy bien incorporado el concepto de descanso en su pequeña cabeza cubierta de revoltosos cabellos naranja, pero ese no es el caso.
                          
Voleaba la pelota sobre su cabeza y la dejaba caer recibiendo esta desde abajo, siguiendo así un largo camino por una senda creada específicamente para gente distraída con su celular, así no estorbar al resto de personas caminando por la senda normal.
                          
-¡Hinata!- La voz del pelinegro -Algo entrecortada- se escuchó a las lejanías, provocando que el nombrado parara con su leve practica individual y se diera vuelta para escucharlo.
                          
Kageyama, al enterarse que fue escuchado, corrió hacia el mas bajo sacando fuerzas desde lo mas oculto de su ya cansado ser, pues había corrido desesperado en busca del menor.
                          
A pasos de llegar, un auto se estacionó justo al lado del pelirrojo, este fue atraído hacia ahí por un chistido reconocido.
                          
Tobio comenzó a correr angustiado, intento gritarle, pero sus ojos cegados por el martirio lo llevó a caer, por no fijarse de la dichosa bajada arruina momentos de toda la vida.
                          
La puerta del asiento trasero se abrió, dejando salir dos manos de esta que atraparon a Shōyo, metiéndolo con toda la brusquedad posible haciendo arder de rabia a Kageyama.
                          
-¡WAAAH! ¡IWA-CHAN! LO VAS A ROMPER.- Gritó el sobresaliente pelimarron a manos del volante.
                          
-¡CONCENTRATE EN NO MATARNOS, IDIOTA!- Respondió de igual manera el pelinegro que posiciono a Hinata a su lado.
                          
-¿Q-qué...?- Artículo como pudo al encontrarse en tan estremecedora situación.- ¿D-d-dónde me llevan?- Preguntó con la voz temblando a causa de la extraña intromisión de los dos senpai del Seijoh.
                          
-Tranquilo Hinata...- Quizá fue por sentir culpa del movimiento brusco o por sus muy escondidos instintos maternales, pero removió su cabello en busca de su tranquilidad. Este respondió de buena manera.
                          
-Solo te llavamos muuuuy lejos de Tobio-chan.- Respondió el más alto con una sonrisa pretenciosa.
                          
-¿Q-qué?- Preguntó abriendo los ojos y tomando una matiz de desesperación y preocupación.- Pero yo no quiero estar lejos de Kageyama...
                          
-Cada vez me arrepiendo más de haber aceptado ayudarte en esto...- Soltó Iwaizumi en un suspiró. 
                          
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-Tobio-chan.- Llamó la atención del actual rival que había resultado ganador en ese increíble partido.
                          
-¿Qué?- Volteó y lo interrogó con la mirada, al igual que observaba el semblante oscuro que emanaba del mayor.
                          
-Te robaré al Chibi-chan.- Soltó para después darle la espalda.
                          
-¿QUÉ DICES?
                          
-Ya lo verás.- Sonrió aun sin mirarlo.- Ten cuidado, podría estar en mis manos en cualquier momento.
                          
Salió del pasillo, dejando a Kageyama tan enojado como asustado.
                          
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Llegaron a una casa abandona, con cualquier aspecto menos amistosa. Hinata sintió como se le ponían los pelos de punta.
                          
Todos bajaron, exceptuando a dicho pelirrojo que se quedó en el asintió de atrás.
                          
-Vamos Chibi-chan~ Ven conmigo~.- Musitó Oikawa abriendo la puerta y estirando sus brazos hacia el pelirrojo.
                          
-¿QUIÉN TE CREES QUE SOY?- Gritó este para apartarlo y cerrar la puerta, para después estirarse hacia el asiento del conductor y poner el seguro, haciendo que el resto de puertas también queden aseguradas.- ¡SI NO TE ALEJAS LLAMARÉ A LA POLICÍA!- Señaló con el dedo al mayor mientras tomaba su celular y marcaba el "911".
                          
Tooru hizo caso omiso a las advertencias del menor y retiró el seguro apretando el botón que poseía su llave.
                          
-Mierda...- Se hizo un faceplam imaginario mientras intentaba llamar al número en vano, ya que ya lo había atrapado.
                          
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-¿Quieres algo de beber, Hinata?- Preguntó Hajime abriendo la nevera, el recién nombrado no contestó. Seguía sentado en una esquina agarrándose de las rodillas.-Hinata...- Iwaizumi se acercó lentamente y acarició su cabello como lo había echo horas antes.- Tranquilo...Esto es una apuesta entre esos dos idiotas, no te pasará nada malo.- Susurró y sonrió. Shōyo subió su cabeza y lo miró en modo de respuesta.
                          
-Además, estoy seguro de que Tobio-chan vendrá a salvarte.- Habló Tooru con algo de tristeza respondiendo partes del debate mental que tenía el menor en su cabeza.
                          
Bien dijo eso, la puerta cayó dejando ver a un Kageyama demoníaco, con facetas de Ciel Phantomhive o mas bien Sebastian, un aura negra y lleno de deseos de muerte. 
                          
Si bien le había dicho que iba a robarle a su pequeño novio, porque iba a ser lo mismo si no le decía nada, esos dos y su magnífica conexión deprimían a Oikawa, dejaba su corazón echo trizas ante lo que podía ser de el, ante el que podía amarlo a el.
                          
-Vayan...yo me encargó...- Dijo Iwaizumi poniéndose de pie mientras estiraba su espalda.
                          
Oikawa se llevó a Hinata a otra habitación cerrando esta con llave.
                          
-Bien...supongo que esto terminara con un final trágico...- El mayor sonrió.- Más trágico que el final de súper campeones.
                          
-No creo que sea tan trágico...- Susurró el pelirrojo comparando ese final que lo había dejado llorando con la situación actual, negando mentalmente y dejando en claro que no se parecían en nada.
                          
-Quizá no para ti, tu no estas viviendo en un amor no correspondido.- El mayor se agachó frente al mas bajo que yacía sentado en el piso de la habitación.
                          
-¿Que quieres decir...?- Ladeó la cabeza.
                          
-Tu no era muy rápido para entender estas cosas, ¿O no, Chibi-chan?- Sonrió ante la mirada extrañada del menor.- Definitivamente no lo eres.- Acortó la distancia entre sus labios, comenzando un beso que fue prolongado solo por la sorpresa del menor, pues luego de entrar en razón, este empujó a Oikawa.
                          
-¡Alejate!- Gritó con odio y con las mejillas rojas.
                          
-Me equivoqué.- Rió.- No solo es igual de trágico, sino también igual de doloroso.
                          
-¿Qué mierda te sucede?- Preguntó este confundido por la actitud del mayor.
                          
-Hace poco soñé contigo, soñé que me amabas tanto como yo lo hacía, luego desperté, nada mas que en vez de hacerlo invalido, lo hice sin tu amor.- En ese momento se cayó la puerta, proclamando la preciencia y la victoria de Kageyama, y preparando el corazón de Oikawa para seguir con esa actuación que debía llevar a cabo cada vez que veía a esos dos juntos.