7. CDC

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- Nos vamos pues.- dije. Miré a Daryl- ¿Tú vendrás?

- Eso supongo- respondió- ¿En qué coche voy?

- Irás en el todoterreno negro, junto con Joyce.- Obvio que me tocaría con Daryl, ¿Cómo no?- Glenn irá conmigo y T-Dog y Rick irán con Dale, Lori y Carl en la caravana. Mordieron a Jim. Hay que vigilarlo.- respondió Shane. Hice una mueca amarga ante ese comentario. No quería perder a más gente.

- ¿Dónde vamos?- preguntó Daryl.

- Al CDC.- respondió Shane mirando a Rick. Este sonrió y asintió hacia Shane.- Subíos a vuestros respectivos coches. Vamos a partir.

Cada uno se fue hacia sus coches. Yo me fui al todoterreno negro con Daryl. Una vez dentro, me percaté de que era mucho más cómodo de lo que parecía. Daryl arrancó y seguimos a la caravana, que iba en la primera posición de la hilera. Circulamos durante un buen rato sobre un camino de tierra, hasta que salimos a la carretera. Transitamos sobre esta durante, lo que pareció ser una hora, hasta que, de pronto, la caravana se paró. Nos bajamos de los coches, sabiendo lo que eso significaba. Jim iba a morir, si no lo había hecho ya.

Dejaron a Jim en un árbol cercano y nos despedimos de él. Yo simplemente le dije que le echaríamos de menos y me fui al coche. No soportaba las despedidas, y no quería llorar delante de nadie. Ni lo iba a hacer. Después de unos minutos, Daryl subió al coche también y esperamos a que la caravana se pusiese en marcha. No sé durante cuánto tiempo estuvimos conduciendo ya que me quedé dormida. Daryl me despertó cuando casi habíamos llegado. Se estaba haciendo de noche, y esto no me gustaba ni un pelo. Nos bajamos del todoterreno y nos juntamos con los demás, que estaban esperándonos.

- No me gusta este olor...- comentó Lori- Es asqueroso...- ¿No me jodas?

- ¿Por qué están todos estos caminantes aquí?- pregunté, mientras caminábamos hacia la entrada. Una vez allí, vimos que había una cámara en la puerta, nada más.

- ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? ¡Por favor, tenemos que entrar! ¡Tenemos niños!- gritó Rick.

- ¡Mierda!- susurró Daryl girándose.- ¡Caminantes!- Todos nos giramos y empezamos a matarlos tan rápido como podíamos.

- ¡Por favor! ¿Hay alguien?- seguía gritando Rick.

- ¡Déjalo Rick! ¡No hay nadie! ¡Vámonos!- le dije. Él retrocedió y se giró. Pero inmediatamente se volvió hacia la cámara otra vez.

- La he visto moverse...

- Rick, es una cámara automática. Te estás volviendo loco. ¡No hay nadie! ¡Vámonos!- le volví a gritar, matando a un caminante que se estaba acercando a Carl.

- ¡POR FAVOR! ¡DÉJENOS ENTRAR! ¡TENEMOS NIÑOS! ¡POR FAVOR!

- ¡Rick! ¡No hay nadie!- le gritó Shane. Rick asintió y, por sorpresa, la puerta se abrió, dejando ver una enorme luz blanca, que me cegó por completo durante unos segundos. Ninguno dudó y corrimos hacia ella, entrando, por fin, en el CDC.

- Wow... Esto es... enorme.- dije yo. Estaba impresionada.

- ¿Sí, verdad?- dijo un hombre, por detrás nuestro. Todos nos giramos y le apuntamos con nuestras armas. El hombre levantó las manos.- Soy Edwin Jenner, trabajo aquí. Y soy quien os ha abierto la puerta, así que si quiero, os puedo echar.- Todos me miraron, yo asentí y bajamos las armas.

- Hola, soy Joyce. Joyce Stark. Y estos son Daryl, Shane, Rick, Lori, Carl, Carol, Sophia, Jacqui, Dale, T-Dog, Glenn y Andrea.  Gracias por dejarnos entrar. Si no lo hubiese hecho, podríamos estar muertos.- dije acercándome a él.

- No hay de qué. Y no creo, hubieseis sobrevivido. Sois fuertes.

- Gracias.

- ¿Estáis seguros de que os queréis quedar? Una vez las puertas estén cerradas, no se volverán a abrir.

- Estamos seguros.

- Bien, entonces coged todo lo que podáis y entrad, rápido.

Todos asentimos y fuimos corriendo a los coches para coger todo. Una vez volvimos a entrar, Edwin pulsó un botón, haciendo que la puerta quedase completamente cerrada.

- Gracias otra vez.- dije yo.

- No hay de qué. ¿Hay algún infectado?

- Había uno, pero lo dejamos atrás.

- Bien. Os tendré que hacer un análisis.

- Lo veo normal.- dijo Rick.

- Seguidme a las habitaciones. Hay agua caliente, os podéis duchar si queréis.

- ¿Agua caliente?- dijo Lori sonriente. Todos rieron y seguimos a Edwin. Por fin estábamos a salvo.

- Bien, estas son las habitaciones. Podéis instalaros.

Todos asintieron y se fueron a buscar sus habitaciones excepto Glenn, Daryl, Rick y yo.

- Joyce, ¿vamos en la misma habitación o...?- me preguntó Glenn.

- A mí me da igual, lo que tú quieras. Lo único que me importa es poder dormir en paz.- dije cogiendo mi arco y entrando en una de las habitaciones.- Aquí caben cinco personas. ¿Os quedáis con nosotros?- les pregunté. Rick asintió y entró.

- ¿Daryl?- le preguntó Glenn.

- Supongo que no me matará estar con vosotros.- dijo entrando. Yo sonreí y entré a la habitación. Dejé mi arco y flechas encima de la cama y cerré la puerta.

- Me quedo con esta cama. Me voy duchar.

Me dirigí al lavabo, el cual estaba en la esquina inferior derecha de la habitación. El lavabo era algo pequeño, pero no me importaba. El suelo estaba hecho de baldosas azules, y la pared de baldosas blancas. Una buena combinación de colores. Entré a la ducha y abrí el grifo. El agua empezó a caer lentamente, cada vez caía más cantidad. En ese momento, necesitaba una ducha bien fresquita, así que puse el agua algo fría. El placer que sentía en ese momento era inimaginable. La sensación de volver a estar limpia otra vez no tenía comparación. Y si la tenía, sería la sensación de volver a escuchar tu canción favorita, pero no creo que eso sea posible.

Una vez acabé de ducharme, cerré el grifo y salí de la ducha. Me volví a vestir y me sequé un poco el pelo con las manos. Abrí la puerta del lavabo y vi que en la habitación solo estaba Daryl.

- ¿Y los otros?- le pregunté.

- Han ido a buscar toallas.- me contestó limpiando su ballesta.

- Joder, pues podrían haber ido antes.

- Es lo que tiene querer ser la primera.

- ¿Tú no te vas a duchar?- dije cogiendo las flechas y examinando la punta de cada una.

- No, no me voy a duchar para después volverme a ensuciar.- Daryl se levantó, vino hacia mi dirección y cogió mi arco.- ¿Con que un arco de setenta, eh? Me gusta.- dijo examinándolo.- Me tendrás que enseñar a utilizarlo algún día de estos.

- Sí, y tú me tendrás que enseñar a utilizar tu ballesta.- el rio.

- Ya veremos.- dijo.

- Deberías ducharte, es una gran sensación, chico malo.- dije guiñándole un ojo, a lo que el rio.- Nos vemos luego.- dije saliendo de la habitación y cerrando la puerta detrás de mí. Al final sí que era una gran persona.

The End {Daryl Dixon}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora