5. KILLJOY

                                    

                                          
Le enseñé a Rick todo el recinto. Le llevé con su hermana y con su sobrino. Disfruté viendo lo felices que estaban de volver a encontrarse. No había nada más satisfactorio para mí que ver a mis seres queridos felices. Les dejé solos y me fui a buscar a Merle. Habíamos quedado para ir a cazar. Mientras iba en su busca, me crucé con Daryl, quien me miró de arriba abajo, examinándome. Yo rodé los ojos y le cogí del brazo.
                          
- Daryl, ¿sabes dónde está tu hermano?- le pregunté.
                          
- Búscalo tú.- respondió sin mirarme
                          
- Daryl, por favor...
                          
- Está en su tienda.
                          
- ¿Y su tienda está...?
                          
- Por allí, al lado de la mía. ¿Ya?- dijo señalándome el árbol en el cual dormí yo la noche anterior. Yo le sonreí.
                          
- Sí, gracias Daryl.
                          
- No hay de qué, Joyce...- ese murmuro fue apenas audible. Pero lo escuché. Al final no era tan mala persona. Sonreí aún más y me fui en busca de su hermano.
                          
- Ahí estás Merle. Te estaba buscando.- dije una vez a su lado.
                          
- Te he visto hablar con mi hermano. Y estabas sonriendo. ¿Qué ha pasado?
                          
- Nada. En realidad no es mala persona.
                          
- Solo es un pequeño cabrón hijo de puta.- dijo riéndose.
                          
- ¿Vamos?
                          
- Espera. Daryl también viene.- dijo. Yo me encogí de hombros y asentí con la cabeza.
                          
- Está bien, pero más vale que no me haga perder la cabeza.
                          
- Si lo hace, le meteré una paliza.- los dos nos reímos ante ese comentario. Ambos sabíamos que no lo haría.
                          
- Merle, ¿vamos?... Oh no, dime que no viene ella también.- dijo Daryl una vez llegó.
                          
- Yo también me alegro de verte, Daryl.- dije rodando los ojos y adentrándome en el bosque, cogiendo el arco con mi mano izquierda, y con la derecha, echándome hacia atrás el pelo.
                          
Caminamos durante un montón de tiempo, sin encontrar nada, hasta que, en una explanada, vimos un ciervo.
                          
- Yo lo haré.- dijo Daryl.
                          
- No, lo haremos entre los tres. Uno solo no puede matar a un ciervo.- dije yo- Yo le daré en el abdomen. Daryl, tu dale en una de las patas traseras. Y Merle, tú dale en la cabeza. ¿Todos de acuerdo?- Merle asintió y Daryl negó. Y justo después disparó, haciendo que el ciervo saliese corriendo con la flecha en el abdomen.
                          
- ¡¿Eres subnormal o qué?!- dije gritando, girándome para correr tras el ciervo.- Será imbécil...
                          
- ¡Joyce, espera!- gritó Merle. Pero yo le ignoré y seguí corriendo tras el ciervo hasta que vi que paró. Entonces me escondí detrás de unos arbustos, preparada para dispararle a las patas traseras. Apunté y... ¡Bingo! El ciervo cayó de lado al suelo. Ahora solo falta el de la cabeza... Listo. Ya teníamos ciervo. El problema era... ¿Por dónde se va al campamento? Me había perdido. ¡Joder! Cogí el ciervo e intenté seguir el rastro de pisadas que había dejado, pero en un momento, se detenían. Seguía caminando, cargando con el ciervo, cuando un ruido se escuchó. Rápidamente cogí mi cuchillo y busqué por todos lados, por si encontraba al emitente del sonido.
                          
- Al fin te encuentro. Joder, eres escurridiza.- dijo Daryl saliendo de los matojos.
                          
- Joder, casi me matas del susto Daryl. Pensaba que eras un caminante. Lo hubiese preferido.- dije.
                          
- Veo que has conseguido al ciervo. Genial. Vamos.- dijo cambiando de tema. Empezó a andar sin ayudarme con el ciervo.
                          
- Gracias por ayudarme, Daryl.- él resopló y me quitó al ciervo de las manos. Empezó a caminar y yo le seguí. Escuchamos unos disparos... provenían del campamento. Soltamos el ciervo y corrimos hacia allí. Al llegar, vimos todo el campamento inundado de caminantes, a Amy en el suelo, con una mordida, a Ed muerto, y a todos los demás luchando. Iba a correr hacia allí, pero Daryl me lo impidió.
                          
- ¿No vamos a ir a ayudar o qué?- le pregunté frustrada.
                          
- Nah. Es divertido verlos así.- abrí los ojos con sorpresa ante su respuesta.
                          
- Mereces la muerte.- dije levantándome y yendo a ayudar.
                          
- Aguafiestas...- él también se levantó y fue ayudar. Maté a un caminante que se enfilaba por detrás de Carl y él se giró asustado y señalando detrás de mí. Yo me giré, demasiado tarde. Un caminante cayó sobre mí y el cuchillo se me resbaló de las manos. No podía hacer nada salvo luchar. Luchar, empujar al caminante con todas mis fuerzas. Me estaba agotando y me iba a rendir cuando una flecha le atravesó el cráneo. Me lo quité de encima y unas manos me ayudaron a levantarme.
                          
- Daryl...- dije.
                          
- No es un buen momento. No puedo dejar morir a nadie. Toma.- me entregó mi cuchillo de vuelta. Mi mano rozó la suya al cogerlo y me dio un escalofrío. Y de repente un caminante apareció detrás de Daryl. Justo cuando le iba a morder, le clavé el cuchillo en la cabeza.
                          
- ¿No decías que debía morir?- dijo juguetón.
                          
- Imbécil... Estamos en paz.
                          
Una vez todos los caminantes estaban muertos, fui a comprobar que Rick, Lori, Carl, Shane y Merle estaban bien. Lo estaban. Excepto Merle. Merle no estaba.
                          
- ¿Dónde... dónde está Merle?- pregunté temerosa.
                          
- A mí me dijo que fuera a buscarte, que él sabía volver.- respondió Daryl.
                          
- Pues aquí no ha vuelto...- respondió Shane.
                          
- Merle... ¿dónde estás?- dije llorando.
                          
- ¡Joder!- gritó Daryl pegándole una patada a la caravana y cayendo al suelo, casi llorando.