Capítulo 6. Error

2K 129 140
                                    

Con una suave expresión, el sirio lo invitó a salir del lugar quizá.

—Aún no me queda claro...— Dijo Ezio, mientras este lo seguía a su paso, camino hacia la salida del inquilinato—... o no es que me quede claro, sino que sigo sin poder convencerme de que hayas venido desde tan lejos y te nombres asesino de la hermandad—, le cuestionó algo bromista.

—Dame una razón.

—Eres algo... raro...— Ezio se dio el tiempo de mirarlo de arriba a abajo con todas sus armas en orden. —Tus piernas un poco cortas, brazos gruesos—, porque sí definitivamente era robusto de cuerpo, a diferencia del florentino.

Altaïr no dijo nada, pero sí parecía molestarse de a poco.

c'è anche, hay otra razón.

—No pedía más que una raz...— Altaïr, ya algo irritado, fue interrumpido.

La sciami, pero creo que eres hasta algo bruto— Ezio lo observó un momento pensativo. Altaïr no era flacucho, tenía una buena cantidad de masa muscular, pero a Ezio le gustaba exagerar. —¿Seguro que te alimentas bien?—, Mencionó presionando con su mano su hombro. —Quizá me servirías para acabar con esos guardias gigantes que me buscan por cada lado de este puerto.

—Vaya imbécil... — Susurró Altaïr entre gruñidos.

El sarraceno tomó la mano del florentino, y haciéndole una dolorosa llave que logró sacarle un quejido, hizo que se volteara para hacerlo golpear contra un mesón de madera ahí afuera. Así lo tuvo acorralado un momento.

—Puedo hacer eso y mucho más—, gruñó el sirio con orgullo. Parecía que las peleas jamás acababan para él.

Pero fue en ese entonces que Ezio que en su defensa para acabar con su intercepción, llevó su cabeza hacia atrás, golpeando la nariz de Altaïr quien en su dolor, tuvo que retroceder con tambaleantes pasos en un gruñido de dolor. Su nariz sangraba.

Pero Altaïr levantó la mirada con firmeza, limpiando su nariz, sus ojos expresaban frialdad, seriedad y ferocidad. Con decisión y seguridad, activó su hoja oculta. Sí, la llevaba justo en su muñequera. Estaba listo para dar su segundo paso al ataque y demostrarle que realmente era maestro.

Ezio logró incorporarse, pero se mantuvo en alerta al ver la hoja amenazante, en alerta al ver la herida sangrante del sirio, sin embargo, río. —Eccezionale! ¿Qué te pareció?— Ese fue un claro símbolo de desafío sobre sus labios. Sonaba hasta casi ridículo. 

Pero antes de que Ezio pudiese articular otra palabra, Altaïr ya se había abalanzado a Ezio con la hoja lista para ser soterrada, mostrando aquel rostro de ataque, dispuesto a matar. Parecía que entre las sombras de su rostro, sus ojos dorados brillaban como en grito, emitiendo un destello que parecía dejar líneas doradas en el aire por la velocidad.

Ezio sabía que tenía que moverse, y rápido, pues esto no parecía ser una simple prueba de quien era mejor luchador. Alcanzó a esquivar el ataque tal y como lo hizo la primera vez, sólo que esta vez, en vez llevar su muñeca hacia abajo, lo alejo de sí mismo, y sacó una pequeña navaja que llevaba en su bota, así con la intención de embestirla en su vientre, obviamente, algo que no haría, sólo para alertarlo.  Altaïr esquivó aquella embestida con inteligencia, golpeando la mano de Ezio con un rodillazo, así logrando que la navaja volara lejos de su alcance.

Ezio lo soltó, y se alejó un poco, así decidió lanzar el primer y rápido puñetazo, a lo que Altaïr bloqueó con su antebrazo, Ezio lanzó un puñetazo por abajo, y Altaïr lo esquivó pero con algo de dolor, el esfuerzo hacía que doliera un poco su herida, aun así, el sarraceno no se rindió, y, agachándose a lo que fue un codazo de Ezio, deslizó su pierna por el suelo, con la intención de hacer tropezar al Italiano, cosa que no sirvió, ya que este lo saltó, y pudo alcanzar a agarrar a Altaïr, tomándolo nuevamente del antebrazo, y esta vez, rodeándolo, agarrando también ágilmente su otro brazo, lo tenía atrapado.

The Golden Age [Ezio x Altaïr] || Assassin's CreedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora