James se atragantó mientras se cubría la boca. Murió luchando durante una misión. Murió en el trabajo. ¿Cómo se habrá sentido Regulus al saber que James murió haciendo el mismo trabajo que Regulus le había rogado que dejara una y otra vez?
—Ah, estás empezando a darte cuenta de lo equivocado que estás —dijo Future—. Es una pena que, para este James, esa comprensión haya llegado demasiado tarde. Ahora, su familia solo tendrá el pasado para recordarlo. Qué tragedia.
La cabaña desapareció. 
Si James no hubiera estado ya en el suelo, la brusquedad de la transición lo hubiera derribado.
James se puso de pie tambaleándose mientras Future caminaba con calma. Tropezó con una piedra, ignorando el dolor en los dedos de los pies mientras el espectro se desplazaba por una hilera de lápidas. James hizo una mueca cuando se acercaron. Ya sabía lo que estaba a punto de ver. 
Al acercarse, lo vio. Junto a su madre se encontraba la tumba de James Fleamont Potter. La lápida estaba perfectamente pulida, igual que las dos que había a su lado. Tragó saliva mientras miraba su propia tumba, con los ojos clavados en la fecha de su muerte, que estaba demasiado cerca de la fecha de su nacimiento para muy mal gusto. 
—Hola, cariño —Regulus se arrodilló junto a la tumba y quitó algunas hojas del fondo—. Te traje tus favoritas, como prometí.
A James se le partió el corazón al ver a Regulus colocar delicadamente un ramo de flores (claveles rosados) al pie de la lápida. Su corazón estalló de amor cuando su marido hizo lo mismo con las otras dos tumbas: peonías para su padre y hortensias para su madre. 
—Harry se ha ido de compras con Hermione, ya sabes cómo se las arregla durante las vacaciones —dijo entonces—. De lo contrario, estoy seguro de que hubiera insistido en venir. Su entrenamiento va bien; las Urracas tienen garantizada una victoria esta temporada con Harry jugando para ellas. En otras noticias, está muy enamorado de un apuesto chico italiano que estaba en su mismo año de Hogwarts. Se llama Blaise. Se encontraron hace unas semanas para tomar cerveza de mantequilla en Las tres escobas y Harry ha estado muy emocionado desde entonces. Es adorable. Sin embargo, he visto la forma en que mira a Ginny, y creo que Blaise está tan interesado en ella como Harry. Puedo ver a los tres siendo algo especial, si Harry saca la cabeza de su trasero y se da cuenta de lo que está pasando a su alrededor, claro —resopló con cariño, con los ojos un poco melancólicos—. Me recuerda mucho a ti en ese sentido. Creo que te reirías a carcajadas si hubieras visto la forma en que irrumpió a través de la red flu después de su pequeña reunión con Blaise. Parecía un completo desastre.
Regulus suspiró y miró por encima de la lápida—. En momentos como este, realmente deseo que estuvieras aquí. Quiero decir, siempre lo deseo, pero me afecta más en las fiestas o cuando Harry hace algo, en realidad. Todavía me encuentro volviéndome hacia mi costado, esperando verte allí, y no estás —Regulus se movió y bajó la mirada hacia su regazo con los ojos húmedos—. Desearía que me hubieras escuchado. Te rogué que dejaras de hacerlo. Me esforcé tanto para hacerte entender. Nunca te habría reprochado que hicieras un trabajo que amabas, pero no soy idiota, Potter, odiabas tu trabajo. Te estaba matando. Y... Y entonces lo hizo.
James cayó de rodillas junto a Regulus. Intentó alcanzarlo y sujetarlo, pero las manos de James lo atravesaron. 
—Y una parte de mí realmente te guarda rencor —susurró Regulus—. ¿Por qué no me escuchaste? ¿Por qué fuiste tan terco? ¿Por qué no fui suficiente para salvarte? —su voz se quebró, al igual que el corazón de James. 
—Lo eras —insistió James—. Lo eres.
—Mi terapeuta dice que es normal, que nos sintamos resentidos con nuestros seres queridos por habernos dejado aunque no hayan tenido otra opción —Regulus sollozó—. Meredith es maravillosa, ¿sabes? No sé qué haría sin ella. Estaba dispuesto a asesinar a Remus cuando me lo sugirió por primera vez hace un par de años, pero ella ha sido increíble. Fue ella quien me sugirió que empezara a salir con alguien de nuevo. Yo... al principio no estaba seguro, pero Alex es... —una suave sonrisa se dibujó en el rostro de Reg—. Es bueno. Realmente bueno. Y a Harry le gusta aunque para él es un archivista viejo y estirado, pero... pero es bueno. Merlín, la semana que viene se cumplen cinco años desde que los presenté por primera vez.