No durmieron absolutamente nada esa noche. Pasando todas y cada una de las horas despiertos, hablando de demasiadas cosas, entre ataques de risa por culpa de nos nervios que aún dominaban sus cuerpos.
Sin creerse del todo lo que les había cambiado la vida en unos días.
Vieron las estrellas, en silencio; pidiendo un deseo cada vez que alguno veía una estrella fugaz. Al igual que hacían con las pestañas...
Si les preguntaran a alguno de los dos, jurarían que esa noche fue la mejor de sus vidas, sin duda alguna. Se imaginaron así, en un piso pequeñito, siendo suficiente para ellos dos. En su burbuja. Solos.
Y no había nada que les emocionara más.
Vieron como el sol aparecía de nuevo, tornando el cielo de tonos rosas y naranjas. Claros, muy claros. Hasta que las estrellas desaparecieron de su campo de visión y hasta que la luna se terminó de esconder.
—Buenos días, mi vida.
—Ni siquiera hemos dormido, tontito.
—Pero ha salido el sol así que, lo vuelvo a repetir. Buenos días, mi vida —dijo sonriendo, haciendo que Martin se quedara sobre su costado, mirándole con una sonrisa sincera, comenzado a despeinar los mechones que caían sobre la frente de Juanjo.
—Buenos días, mi amor; como puedes estar tan guapo nada más despertarte?
—Es por como me haces el amor... me haces estar más guapo.
—Con razón... con todas las veces que te he besado y acariciado esta noche...
—Y ya se ha acabado —dijo con algo de pena.
—Pero volveremos. E iremos a otros muchos sitios. Ha sido precioso, Juanjo.
—Eres mi novio... —susurró pegándolo a él, mordiéndose el labio mientras suspiraba.
—Y estamos enamorados. Yo más aún. De ti.
—Mentiroso...
Martin le besó con calma, saboreando esos labios que tanto le volvían loco, pudiendo afirmar ahora que eran de su chico, de su novio. Un beso dedicado, profundo; que demostraba todo lo que habían luchado por conseguir aquello. Y todo lo que seguirían luchando día a día.
Se quedaron otro ratito más en la cama, queriendo alargar lo máximo posible los restos de la noche anterior, sin querer despedirse de aquel lugar. De su burbuja.
—Vamos a pasear?
—Pero abrígate que hace mucho frío fuera.
—Que eres mi padre ahora o que?
—No, soy tu novio. Y tú mejor amigo. Y me sigo preocupando por ti, idiota —contestó Juanjo, rodando los ojos.
Martin sonrió, dejándole un beso casto en la frente, levantándose de la cama mientras que Juanjo lo miraba desde ahí... sin poder creer aún todo lo que les había pasado, lo bien que les había salido todo, lo fácil que había sido.
Y esto último solo le hacía estar seguro de que así sería siempre. Porque Martin se encargaba día a día de que lo fuera. Fácil y bonito. Y él lo intentaría también todos los días de su vida.
—Que miras? —dijo de repente Martin, sacándolo de sus pensamientos, enarcando una ceja mientras sonreía ladinamente.
—Las vistas que tengo desde aquí, son geniales sabes?
—Ah si? —preguntó tentativo —Y como son?
Juanjo suspiró, mordiéndose el labio sin poder contener una sonrisa tonta, levantándose de la cama y llegando hasta él; rodeándole la cintura como tanto le gustaba...
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veinticuatro citas
FanfictionMartin y Juanjo llevan siendo amigos desde que tienen uso de razón... Se contaban absolutamente todo. Todo, excepto los sentimientos que empezaron a sentir por el otro hacia unos años. Fuertes. Veloces. Arrolladores. Ambos preferían callarse todo...