Capítulo 19

                                    

                                          
Jungkook manejaba de regreso a casa con una sonrisa que simplemente no podía quitarse del rostro. El recuerdo de Jimin lo tenía atrapado: la suavidad de sus labios, la calidez de su abrazo, y esa mirada tímida que hacía que su corazón se sintiera como un tambor desbocado. ¿Cómo había pasado todo eso? Era casi surrealista. No lo planeé, pero tampoco me importa, pensó. Jimin era todo lo que no esperaba, pero de alguna manera era justo lo que necesitaba.
Subió el volumen de la música y comenzó a cantar, su voz resonando en el interior del auto. Se sentía ligero, lleno de una energía que no había experimentado en mucho tiempo. Por un momento, todo parecía estar en su lugar. Pero esa sensación se desvaneció tan pronto como vio las luces del comedor encendidas al estacionarse en casa.
Suspiró profundamente antes de apagar el motor. La felicidad se desvanecía con cada paso que daba hacia la puerta principal. Al entrar, los encontró en el comedor. Su padre, como siempre, perdido en la pantalla de su tablet, y su madre, revisando documentos con una expresión fría y concentrada.
—Buenas noches —saludó, intentando mantener un tono neutral mientras se dirigía hacia las escaleras.
—¿No vas a cenar? —preguntó su padre sin levantar la vista.
—Ya comí —respondió Jungkook sin detenerse.
Pero entonces su madre levantó la mirada y lanzó una pregunta que lo detuvo en seco.
—¿Cómo estuvo tu primera firma de autógrafos?
Jungkook giró lentamente, incredulidad pintada en su rostro.
—¿De verdad? —soltó, dejando escapar una risa amarga—. La pregunta llega cinco días tarde, mamá. El evento fue hace cinco días.
Su madre frunció el ceño, pero no dejó de mirarlo.
—Tuve que ir a Corea, Jungkook. Había algo importante que atender.
Jungkook apretó los labios, luchando contra el nudo que se formaba en su garganta.
—Claro que sí —respondió con una sonrisa sarcástica— Jungkook número 1 tuvo una carrera importante, ¿verdad? ¿Fuiste a verlo correr?—
—Yo… hijo sabes lo complicado que es, el creció sin mi—
El silencio que siguió fue como un golpe. Su padre levantó la vista por primera vez, pero no dijo nada.
Jungkook maldijo entre dientes —Sabes, mamá, no te molestes en explicarme. No me importa —
Jungkook tomó aire, su pecho ardiendo con una mezcla de rabia y dolor. Había algo liberador y, al mismo tiempo, desgarrador en lo que estaba a punto de decir.
—Hijo, yo siempre he estado para ti, siempre te he dado todo mi apoyo, querías ser músico convencí a tu padre de que te dejara serlo— Le dijo su madre.
Jungkook se rio —¿Gracias?, te llevas el premio a la madre del año—
—Jungkook, no le hables así a tu madre, sabes que ella se está esforzando por enmendar sus errores — Le dijo su padre.
 —¿Abandonar a su familia y tenerme?, creo que ese error lo debiste solucionar hace 19 años, Pero acostumbras a recapacitar un poco demasiado tarde — Dijo de forma sarcástica.
—¡Jungkook!, jamás me he arrepentido de tenerte, eres mi hijo— Respondió su madre poniéndose de pie.
—El hijo con el que lograste alcanzar la vida privilegiada que tienes, mientras tú otro hijo tenía que luchar para sobrevivir, y al que ahora pretendes acercarte, pero estoy seguro que el no te quiere, ni te necesita — dijo tragandose un “Yo sí” que se le quedó en la garganta.