[ Capitulo 38 ]

18 1 2
                                    














En el tranquilo jardín privado del otro lado del palacio, Misaki y Haruhiko caminaban lentamente, rodeados por la belleza serena de las flores y el suave murmullo del agua de una fuente cercana. El sol de la tarde bañaba el lugar con una luz dorada, creando un ambiente casi mágico. Haruhiko, con una expresión de curiosidad en su rostro, rompió el silencio primero. Sus ojos oscuros se clavaron en los de Misaki, buscando respuestas. Con voz firme preguntó:

—¿Qué haces en el palacio?


Misaki, con una mezcla de nerviosismo y resignación, bajó la mirada antes de responder. Sus manos temblaban ligeramente mientras jugaba con los pliegues de su ropa. Finalmente, levantó la vista y, con un suspiro, explicó:

—Por cosas del destino, terminé siendo el favorito del rey… y ahora estoy esperando un hijo.

Haruhiko arqueó una ceja, sorprendido por la revelación. Su mente trabajaba rápidamente, conectando los puntos. Con un tono de voz que denotaba comprensión, dijo:

—Así que tú eres el criado que estaba esperando al primer príncipe.



El Omega asintió lentamente, confirmando las palabras de Haruhiko. Un silencio incómodo se instaló entre ellos, solo roto por el suave susurro del viento en el jardín. Misaki, reuniendo todo su valor, finalmente se atrevió a preguntar:

—¿Y usted qué haces en este palacio?



El alfa lo miró fijamente, evaluando la sinceridad en los ojos de Misaki. Después de unos momentos, respondió con calma:

—Soy el hermano mayor del rey. Vine a este palacio para dejarle unos objetos a Usami.


La sorpresa se reflejó en el rostro de Misaki. Sus ojos se abrieron de par en par y su mente se llenó de pensamientos confusos. Recordó las veces que había tratado a Haruhiko con normalidad en la fiesta y en su local, sin saber quién era realmente. Pensó para sí mismo:





"Entonces, con quien traté de manera tan informal era el hermano mayor de Usagi-san"

Misaki, aún procesando la información, preguntó con voz temblorosa:




—¿Por eso traías tantos hombres contigo la otra vez?

Haruhiko asintió con la cabeza, confirmando la suposición de Misaki. El Omega, sintiéndose abrumado por la revelación, se disculpó rápidamente:


—Lo siento mucho por haberte tratado informalmente las veces anteriores.



Haruhiko sonrió levemente y, con un gesto despreocupado, restó importancia al asunto:

—No te preocupes por eso.


De repente, un pequeño gruñido proveniente del estómago de Misaki rompió el silencio. El Omega se rió nerviosamente y se disculpó de nuevo:

—Lo siento, parece que tengo hambre.

Haruhiko, con una expresión de preocupación en su rostro, le dijo:

—Ve adentro y come algo. Estás embarazado, deberías cuidarte mucho.




Misaki, con sus ojos verdes brillando de gratitud, le sonrió al alfa. Hizo una reverencia respetuosa antes de darle la espalda y dirigirse hacia el interior del palacio, dejando atrás el jardín y la conversación que había cambiado su percepción de Haruhiko para siempre.




Haruhiko se quedó en el jardín, observando cómo Misaki se alejaba. Sus ojos seguían la figura del Omega hasta que desapareció de su vista. Una mezcla de pensamientos y emociones cruzaron por su mente mientras reflexionaba sobre el encuentro inesperado y las revelaciones que habían compartido.










[ El Omega en el Palacio ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora