Jimin estaba recostado en su cama, mirando el techo, con la mente hecha un lío.
Desde que conoció a Jungkook, sentía que todo en lo que había creído hasta ahora empezaba a resquebrajarse, esa seguridad que tenía en su rutina, en sus metas, incluso en su forma de ver la música, parecía tambalearse.
Era extraño. Ese resentimiento inicial hacia Jungkook se había disipado, aunque no del todo.
Todavía había algo en su actitud relajada que le molestaba, como si se burlara de todo el esfuerzo que Jimin hacía, pero había otra cosa también. Algo que no lograba descifrar. Hablar con Jungkook siempre lo dejaba con dudas, no solo sobre la música, sino sobre sí mismo.
¿Por qué hablaba con tanta libertad sobre temas que Jimin nunca se había permitido explorar?
Y no podía evitar recordar lo que Jungkook le había dicho, todas esas palabras seguían rebotando en su cabeza, haciendo eco en sus inseguridades más profundas.
¿Era cierto? ¿Todo lo que había logrado hasta ahora no era suficiente?
Y luego estaba la otra cuestión, esa que lo hacía sentir aún más incómodo. Definitivamente ahora no sabia si hablar con Jungkook era bueno o malo, ese chico lo ponía a dudar de cosas que ni siquiera había considerado antes… cosas sobre sí mismo, sobre quién era realmente.
—Debes hacer lo que tienes que hacer, no seas ridículo, tu destino ya esta escrito— se dijo, intentando sacudirse esos pensamientos, pero no pudo evitar que un suspiro escapara de sus labios.
Un golpe en la puerta lo sacó de su ensimismamiento—Jimin, baja a comer. Deber irte pronto a la academia —dijo la voz firme de su abuelo desde el otro lado.
Jimin se incorporó lentamente y bajó al comedor, intentando reacomodar sus pensamientos antes de enfrentarse a su familia.
La comida transcurría como siempre hasta que su abuelo empezó a hablar —Logre conseguirlo para ti, Jimin, tendrás la oportunidad de tocar en la mansión de uno de los empresarios más influyentes del Reino Único. Será una presentación privada. La élite británica estará ahí, incluyendo el juez que evaluará tu audición para la orquesta de Berlín—
Jimin dejó su tenedor en el plato, sorprendido, aunque intentó sonreír, la emoción que debería haber sentido no estaba ahí. —Eso es… fantástico, abuelo. Haré mi mejor esfuerzo—
—La presentación será en dos semanas —continuó el abuelo, sin notar el tono vacío en las palabras de Jimin—Quiero que te enfoques completamente en practicar sin distracciones, No hay margen de error—
Jimin asintió, pero sintió el peso de esas palabras caer sobre sus hombros.
En ese instante Jieun, aunque seguía enojada con el, decidió intervenir con una sonrisa traviesa—No creo que esté muy concentrado últimamente, abuelo. Jimin a estado raro… distraído—
Jimin la miró con una ceja levantada, ya anticipando lo que vendría.
—¿Raro? —preguntó su padre, interesado. Luego, con una sonrisa burlona, añadió— Ah, claro, ¿cómo estuvo tu cita del sábado, Jimin? —
Justo en ese momento estaba tomando un sorbo de agua, se atragantó de inmediato, comenzando a toser violentamente —¡No fui a ninguna cita con ninguna chica! —logró decir entre toses— Fui con un compañero… a comprar un instrumento—
—¿Un compañero? —repitió Jieun, alargando la palabra con un tono de burla— Entonces, tu cita fue con un chico, ¿Es lindo?—
Jimin tosió aún más fuerte, y su padre estalló en risas.
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Crossed Melodies ♡KookMin♡
FanfictionPark Jimin es un violinista prodigio, amo de la disciplina y el control. Pero su mundo perfecto se ve alterado cuando conoce a Jeon Jungkook, un guitarrista rebelde y caótico de una banda de rock. Dos mundos opuestos, dos almas enfrentadas, pero l...