—Pero no te rías mas de mi, cabrona!
—Ay dios es que sois tal para cual; la misma neurona Juanjo cariño —seguía riendo la chica —Que competís este año por ver quien es el más cursi o que?
—Almudena basta! —soltó irritado Juanjo —Joder tan mala idea es?
—Sería una mala idea si él no estuviera hasta las trancas por ti.
—No digas estupideces... si eso fuera así no haría falta que hiciera esto joder —se maldijo él —Dios mío como no funcione me muero; y si no me vuelve a hablar? Te juro que no soportaría perderlo Almu.
—Te puedes tranquilizar? Como si no lo conocieras mejor que nadie Juanjo. Sabes perfectamente que se va a morir de la ilusión...
—Yo... no sé. Solo quiero que salga perfecto; no soporto mas fingir que no me muero por el.
—Ay dios... parece mentira.
—El que? —preguntó agobiado
—Nada mi amor, nada...
Y efectivamente, la rubia, estaba hasta las narices de que los dos fueran tan idiotas como para no darse cuenta de que se morían el uno por el otro...
Llevaban toda la vida siendo mejores amigos, y quizás, ese era el fallo; arriesgar lo más valioso que creían tener. Perder a su mejor amigo.
Pero al menos Juanjo, ya estaba cansado... Estaba harto de fingir que le era suficiente. Porque la cruda realidad era que lo amaba con locura. Que quería estar con él. Que disfrutaba de las comidas familiares únicamente porque él siempre estaba allí. Que le admiraba, le quería y le encantaba.
Y para que mentirnos... Estaba harto de tener que esconder las ganas que le tenía... Porque si, quería perderse cuando les diera la gana el uno en el otro. Quería que sus piernas se rozaran bajo las infinitas capas de ropa que cubrían su cama porque él siempre tenía frío.
No sabía ni cómo había podido contenerse durante tanto tiempo para no lanzarse a sus labios... esos que le volvían completamente loco, como cada parte de su ser.
—En serio Juanjo, le va a encantar —dijo cogiéndole la mano tratando de que se calmara —Quien te ha visto y quien te ve... preparando un calendario de adviento con veinticuatro citas. Te digo yo a ti que Martin va a morir.
—Como no salga bien no se que voy a hacer...
—Juanjo —dijo la chica más seria, haciendo que este le mirara —Te juro que va a ir bien. Martin te quiere tanto como tú lo quieres a él.
...
—Perdón! Mi madre me ha pillado cuando iba a salir y necesitaba ayuda para sacar unas cajas del desván; hola Juanji —le saludó enérgico.
Los chicos habían quedado esa tarde para merendar en casa de Juanjo, al igual que hacían todos los findes y algunos días entre semana.
Aprovechaban cada rato que podían estar juntos; así que, en cuanto Almudena se fue, Juanjo le escribió por si le apetecía merendar un colacao con esas galletas que tanto le gustaban.
—Hola Martinxu, pasa anda
—Espero que me hayas preparado el manjar de siempre...
—Sabes perfectamente que si —respondió rodando los ojos, mientras que ambos se sentaban en la mesa de la cocina, uno enfrente del otro, al igual que cada día que se veían allí.
Ambos comenzaron a merendar en silencio, uno de esos tan cómodos que compartían siempre; sin necesidad de rellenarlo con palabras.
Todo era así de simple. Cómodo. Familiar.
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veinticuatro citas
FanfictionMartin y Juanjo llevan siendo amigos desde que tienen uso de razón... Se contaban absolutamente todo. Todo, excepto los sentimientos que empezaron a sentir por el otro hacia unos años. Fuertes. Veloces. Arrolladores. Ambos preferían callarse todo...