Llevaba desde las ocho de la mañana trabajando en aquel hotel. Había tenido suerte, ya que ese mismo día compartía turno con Sofía, por lo que el día se me haría más ameno.
Eso es lo que imaginaba.
El rebidor estaba lleno de gente, kooks que iban arriba y abajo todo el tiempo sin parar, con mochilas, tablas de surf, bolsas y niños. Muchos niños. En específico había uno que llevaba llorando más de diez minutos seguidos porque le habían prohibido salir fuera a jugar sin sus padres, y sus berridos se escuchaban desde la quinta planta.
Estaba bajando en el ascensor, después de haber limpiado la habitación 207, un hombre acababa de dejar la habitación, y una familia tenía que ocuparla dentro de dos horas. Me limpié las gotas de sudor que caían por mi frente. Me había atado el pelo en un moño mal hecho, del cual algunos rizos se salían de el, mi uniforme, unos pantalones oscuros y una camisa blanca, estaban sucios desl día anterior, ya que tuve que ir por toda la playa ayudando a unos padres. a encontrar a su hijo. El mismo que ahora estaba llorando.
Unos mareos hicieron que mi vista se nublara y tuviera que apoyarme en el carro de la limpieza que estaba apoyado delante de mí. Me había tomado una pastilla para intentar detenerlos, pero no había hecho mucho efecto.
- Ay, Dios, que alguien calle a ese niño - murmura Sofia cuando llego a su lado.
- Deberían de dejarlo ir a la playa solo - me acerqué más ella para evitar que alguien pudiera escucharme -, a ver si se pierde de verdad.
Las dos nos reímos por lo bajo mientras ordenábamos los papeles que teníamos justo delante. Me fijé en que no hubiera mucha gente a la que atender para que Sofía pudiera hacerse cargo mientras yo me ausentaba durante unos minutos.
- ¿Me cubres diez minutos? Voy al baño - le pedí.
-Claro.
Le agradecí con una sonrisa y caminé hacia los servicios de los trabajadores. Abrí la puerta del baño de las mujeres y solté un suspiro de alivio al ver que no había nadie, entonces saqué las cuatro pequeñas cajas que guardaba en el delantal que me había puesto después de dejar los productos de limpieza en su correspondiente almacén.
Espera en silencio, sentada en el suelo del baño. Había echado el pestillo para que pudiera estar tranquila sin que nadie entrara de imprevisto. Habían pasado siete minutos cuando, en las pruebas que tenía en la mano, empezaron a paracer dos finas líneas de color rosa.
Bajé la cabeza soltando un suspiro. Me levanté del suelo, y dejé las pruebas que había comprado esa mañana en la farmacia en el lavababo, y me miré al espejo. Las lagrimas se me acumularon en los ojos, con los que observaban mi aspecto.
Tenía unas ojeras moradas, y claramente visibles, unas mejillas rojas por la calor y también porque me había quemado el día anterior mientras surfeaba. Iba toda despeinada, y sucia, y todo para poder ganar una miseria de dinero.
ESTÁS LEYENDO
AMOR EN LA MAREA ALTA || Rafe Cameron
FanfictionBrooklyn se ha separado de sus hermanos y sus amigos, ha dejado CASI toda su vida atrás como Pogue para estar con el chico al que quiere, Rafe. Donde Brooklyn lucha por juntar las dos vidas que quiere o donde Rafe intenta dejar a un lado su resen...