Shishido sacudió la cabeza mientras la sangre corría por su frente. "¡Maldita sea, Cuatro Temibles! ¡No dejaré que te escapes!" Luego se puso de pie y continuó la persecución. Mientras corría, le gritó a todos en las calles que se quitaran del camino por su seguridad.
Todo esto sucedió mientras me apoyaba contra una de las paredes de la librería local de esta calle con mis manos en los bolsillos delanteros de mi sudadera con capucha negra y roja.
"Estos cuatro payasos se van a escapar si otro héroe no aparece pronto", dije mientras veía cómo sus formas en retirada desaparecían a la vuelta de la esquina. "De todos modos, ¿qué estaba haciendo? Correcto, buscando trabajo".
Ignoré el caos a mi alrededor mientras la gente miraba la destrucción causada por los villanos que huyen y el héroe solo. Ahora, entonces. A pesar de tener 11 años y la edad legal de trabajar en Japón es de 15, todavía tenía la esperanza de poder encontrar una tienda que me contratara para algo de mano de obra infantil barata. No estaba particularmente preocupado por cuánto me pagarían mientras me pagaran.
Una pregunta que cualquiera haría en esta situación sería por qué un estudiante de secundaria de 11 años necesita un trabajo. La respuesta, es simple, es por dinero. Ser huérfano no cuenta necesariamente con una asignación semanal. Para poder completar mis metas y ambiciones, necesitaba dinero. Uno de los objetivos era tener un flujo constante de ingresos pasivos. La forma en que planeaba lograrlo era comenzar a vender mis propias historias escritas y manga de mi mundo original. Teniendo en cuenta que la mayoría de las obras más prolíficas y famosas de mi mundo no existían aquí, era una forma garantizada de ganar algo de dinero.
"Oh, ¿así que estás haciendo lo que la mayoría de las personas reencarnadas hacen en este tipo de situaciones? Qué original". Te oigo decir.
Sí. Sí, lo hago.
Si no está roto, no lo arregles.
Saltando sobre todo al caos, me detuve cuando vi a una anciana luchar por ponerse de pie. Antes de que pudiera decidir qué hacer, una chica mayor con uniforme de secundaria se acercó a la anciana y la ayudó a levantarse. Al ver eso, continué por la calle llena de varias tiendas a unas pocas cuadras de distancia.
Como huérfano, sabía que era solo cuestión de tiempo antes de que el orfanato ya no pudiera mantenerme una vez que llegara a la mayoría de edad. Lo que significa que me quedaban 4 o 5 años hasta que me echaron a la calle con nada más que algo de dinero de lástima y un pase de autobús. Esto solo hizo que mi necesidad de dinero fuera aún más imperativa. Necesitaba dinero para financiar mis suministros de arte y herramientas de escritura. Sin ellos, nunca podría dar vida a mis historias robadas para venderlas a un editor.
"Ja... si tan solo me hubieran podido adoptar. Entonces no tendría que hacer esto".
Normalmente, un niño lindo, guapo y bien comportado como yo habría sido adoptado hace años como mis muchos hermanos huérfanos, como Keiko. Sin embargo, debido a lo que me pasó hace cuatro años, mi cuerpo libera pasivamente un flujo lento y constante de energía negativa que asustó a cualquier padre esperanzado de adoptarme. Por otra parte, la mayoría de la gente tendía a evitarme debido a mi energía negativa también. Malas vibraciones, escuché a algunos decir.
Dicha energía negativa era mi energía maldita.
Me detuve en mi caminata y esperé junto a muchos otros a que los coches que pasaban se detuvieran en una intersección. Mientras estábamos de pie con paciencia, algunas de las personas más cercanas a mí comenzaron a alejarse ligeramente. Sus expresiones eran nerviosas y ansiosas. No les preste ninguna atención. Una vez que los coches se detuvieron debido a la luz roja, la señal de no cruzar cambió a caminar, lo que nos permitió a todos cruzar la calle.